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La danza contemporánea brilla con humildad en la VII edición de la Noche de los Teatros. Durante poco más de una hora, el cuerpo humano lanza al espacio la fuerza de su distorsión descriptiva. Se retuerce, estrangula el contorno de su sombra, devora su propia presencia, construye amor y odio, se consume y resurge renovado. El sentido de lo maleable cobra fuerza.
La noche se convierte, por una vez al año, en antorcha que ilumina la apagada escena cultural madrileña y española. La imaginación sigue en movimiento gracias a mentes inquietas; sus fronteras son de abierta creatividad. La muerte se regenera en vida sabiendo que abandonará su carácter eterno para entregarse a lo finito. Conoce la belleza de lo pasajero. |
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Nace Feedback mientras observamos con recelo su alumbramiento al amparo de iniciativas culturales marcadas por lo político. No nos dejamos engañar con intentonas institucionales encargadas de aupar la cultura, un bien colectivo, bajo el paraguas de una noche mágica encargada de publicitar la oferta y "bajar los precios". Se interconectan espacios; el movimiento se convierte en arma comunicadora de sensaciones y maneras de pensar. Danza y coreografía se fusionan en las representaciones de su primera edición. El silencio con que fueron contempladas invitó a participar de esta ofrenda resplandeciente. Comunión. |
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Esta iniciativa busca, desde su primer grito, la senda de la retroalimentación, la opinión del público sobre lo presentado; anhela sugerencias. Los artistas necesitan de esta ayuda para mejorar sus propuestas, para crecer y sentirse más arropados dentro de un entorno pequeño y acogedor. La sala de la Kubik Fabrik, cercana y de dimensiones reducidas, es el recinto idóneo para este fin con sólo un pequeño inconveniente de visión para el espectador cuando los actores ocupan el primer plano de la escena y trabajan a ras de suelo. La antigua fábrica de papel en Usera se ha convertido en un interesante espacio innovador; estudio de trabajo, laboratorio y plataforma de lanzamiento para futuros escenarios. |
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El festival creado por Antonio Ruz, en colaboración con Kubik Fabrik y Paso a 2B, vincula carácter multidisplinar e innovación plástica. Esta primera edición, y esperamos que el comienzo de una iniciativa escénica innovadora, arrancó con los pasos de una danza a caballo entre la evocación y la fuerza. |
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La caja oscura que es Kubik observó cómo la imaginación chapotea entre la vida y la muerte, la resurrección y el fin, a galope tendido y con movimiento alegórico. |
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Las cuatro piezas presentadas se lanzaron a la búsqueda de una empatía sensual entre actor y público. El mundo se volvió del revés dentro del jardín apocalítico y romántico pintado por el proyecto La Inspiradora. “El Huerto Humano” es una fábula surrealista con guiños a la realidad; el cansancio frente a las ganas de vivir. Es musicalidad saxofónica que ¿a propósito? se come la placidez de esa decadencia onírica. Las palabras de un hombre desgastado regalando ternura y experiencia; poca cultura de libros educada por el poso que proporciona la edad. Melodías oscuras sobre fondo negro acompañadas por el absurdo de unos visuales con forma de persona, abstratos en su danza y significado. No se busca la justificación del gesto sino la gestualidad del momento, las ganas de emplear el tiempo en cosas que el mundo moderno considera banales: mostrar la inocencia infantil del ser humano. El cansancio ante el pasado y la puerta abierta al futuro en un huerto alimentado por el peso de los sueños. (Seguir leyendo). |
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