Declaración de Corriente roja en apoyo a la labor de la asamblea de la Parroquia de San Carlos Borromeo del Barrio de Entrevías ante el decreto de cierre por el arzobispo M. Rouco Varela


"Praxis: actividad humana que transforma la sociedad y la naturaleza, transformando, a su vez, al sujeto que la ejerce. Ya sea en la política, el arte, la ciencia o el trabajo productivo. Como concepto expresa la unidad de la teoría y la práctica. Es la categoría fundamental de la filosofía de Marx."

Néstor Kohan


Cuando las instituciones y jerarquías religiosas católicas legitiman el orden social y económico establecido, inculcan a los creyentes resignación, paciencia, obediencia y mansedumbre. Y si ese orden es esencialmente injusto, llevan la confusión y la contradicción a la conciencia de los creyentes.

La parroquia de San Carlos Borromeo está en el barrio de Entrevías (Vallecas) y es conocida como la Parroquia de los marginados. Desde hace casi 30 años los locales de la parroquia han sido un techo para los "sin techo": insumisos, toxicómanos, jueces, "sin papeles", madres y ex-presos, cristianos, ateos, agnósticos o musulmanes, sufrientes todos, que la praxis de los curas de la parroquia ha sido capaz de transformar en instrumentos para la superación colectiva de sus males individuales en Madres contra la Droga, Traperos de Emaús, Coordinadora de Barrios, Fundación Raíces, Escuela sobre marginación, etc.

Siguiendo la Teología de la Liberación como opción preferencial por los pobres, la parroquia impulsada por sus tres curas, Enrique de Castro, Pepe Díaz y Javier Baeza, viene trabajando con población excluida económica y socialmente y actúa consecuentemente alojando encierros de inmigrantes, procurando defensa legal a los presos sin papeles, ayudando a tantos chavales fruto de todas las carencias , también las afectivas, que sólo habían recibido "tratamiento burocrático" a sus problemas durante su reclusión en Centros de Protección; y contribuyendo a la comprensión de que las reivindicaciones vecinales no pueden ser el reclamo de los egoísmos individuales sumados. Así han llegado a constituirse en comunidad.

Obviamente, a las jerarquías que sostienen la iglesia católica a base de ley y orden y comparten las reglas de juego del sistema, bendiciendo tanto negocios como bodas reales, esta demostración palpable de que otra iglesia es posible mediante el amor, la generosidad y el compromiso social, les pone en evidencia y les molesta.

El cardenal Arzobispo de Madrid Monseñor Rouco Varela decidió cerrar la parroquia como lugar de celebración y destinarla a centro de atención social de la ONG católica Cáritas Madrid, cerrando las puertas a la lucha contra la injusticia para abrirlas a la caridad ya integrada en el modelo económico y social capitalista. Medida consecuente con el catolicismo al uso que apoya a organizaciones como el Opus Dei, los Legionarios de Cristo o movimientos neocatecumenales que en alianza con los movimientos religiosos integristas fomentados por las fuerzas más reaccionarias, intentan neutralizar la lucha de los pobres, sobre todo en América Latina, reactivando los mecanismos del Santo Oficio de persecución y condena sistemática a todo movimiento cristiano de liberación, como en la reciente reprobación a Jon Sobrino.

En Corriente roja valoramos el esfuerzo humano de recuperación colectiva de los descartados por el capitalismo, teniendo en cuenta las dificultadas y las limitaciones de las estructuras en las que han tenido que moverse, la iglesia católica y el capitalismo. Un común sujeto transformador, los explotados y ninguneados por el sistema, nos hace marchar juntos y con voluntad integradora para recorrer el camino emancipatorio.

En consecuencia, apoyamos la resistencia de la asamblea de parroquianos y otros, que sostienen la reivindicación de que la parroquia siga siendo un lugar de encuentro, acogida y celebración de la fe ajena a rituales encorsetados, y actúan transformando la realidad con el compromiso.


Madrid, a 6 de abril de 2007