La realidad social colombiana ha vivido a través de la inconsistencia: la soledad en Bogotá, las FARC y una manipulación gubernamental en “La Historia que no contaron. Caso 11227”, de Erika Antequera y Ayoze O'Shanahan; respira brisas carcelarias con “La Corona” y tradiciones ancestrales como ritual de comunicación en “El cholo Valderrama”. El empuje latinoamericano ha encontrado su premio con la coproducción chileno-francesa “La quemadura”, nombrada el Mejor Largometraje de Creación Documenta, mientras que la película mexicana “Presunto culpable” obtuvo los premios del Jurado y del Público en la categoría de Competición Documental.
Campos de refugiados convertidos en ciudades, Mahmoud Al Massad trae “Reciclaje”; invasiones, Intifadas.
El documental árabe también es Documenta Madrid.

Los cineastas independientes han gozado de buena salud en Estados Unidos, la nación donde el patriotismo forma parte de su tesoro nacional. La denuncia que propone Joseph Strick resulta incómoda para Washington. Amante de los trabajos de autor, y miembro del movimiento cinematográfico “Off-Hollywood”, vida y obra se funden en una paradoja. Tras aprender el oficio como camarógrafo en las Fuerzas Aéreas durante la II Guerra Mundial, pone su cámara al servicio de una conciencia subversiva. En 1949, populariza la mentalidad fitness con “Muscle Beach”, crítica a la subcultura californiana del músculo playero. “Interview with My Lai veterans”, Oscar al Mejor Documental (1970), pone de manifiesto esa percepción agitadora. La criminalidad social es analizada a través de casos reales en “Criminals”. Strick se hace cronista de las lacras norteamericanas. Lise Yasui, mezcla de Erika Antequera y Strick, ahonda en las consecuencias de los abusos causados por la II Guerra Mundial sobre los ciudadanos americano japoneses en suelo occidental, poco difundidos.

Documenta Madrid 2010 salta al espacio en su ánimo de conquista estelar. Los avances mezclados con las excentricidades que provoca el dinero nos convierten en turistas espaciales (“Space Tourists”), la clase obrera alcanza el universo a través del proyecto “Intercosmos Programme” en “Space Sailors”, de Marian Kiss; Estados Unidos no esconde su afán de controlar todos los escenarios posibles de guerra con ”Pax Americana and the weaponization of Space”, dirigida por Denis Delestrac.

Los sueños del ser humano, diseñados por el poder político, dan los primeros pasos hacia la colonización del universo: se convierten en obsesión nacionalista y hegemónica dentro de la Guerra Fría. Pavel Mendelev muestra a China y Rusia como precursores de la carrera espacial en “Ascention”.