La finalidad abstracta de las cintas insustanciales, o que desvían su interés hacia experimentaciones visuales, se topa con la manera de exponer el argumento. Rompedor, quizás; anecdótico si debajo de esta capa no hay nada.
Su temática no es nueva, la querencia rompedora con que se presentan las imágenes en “Blog” campa sin regidor en steady-cam. La innovación no siempre conduce a la aportación enriquecedora de contenidos, ni de situaciones, ni de personajes, ni de historias. La palabra innovación en la ópera prima de Elena Trapé se escribe al revés. Muestra un intento plausible de espolvorear la realidad confusa de una juventud vacía que clama ayuda. La filosofía de “Blog” se refugia en comentarios cibernéticos de sinceridad momentánea. |
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La idea escogida por su directora parte de una realidad ocurrida dentro del puritanismo norteamericano, que suena a suicidio colectivo. La adolescencia, con sus miedos y decisiones, sucumbe ante una realidad intercomunicada.
La juventud decidida a sentirse dueña de su vida -rutinaria e insustancial- late en el fondo de “Blog”, algo que tienen muy claro sus protagonistas. Su toma de postura está a caballo entre la revolución y la estupidez. La hermandad que construyen se solidifica en el aislamiento. La mujer se convierte en sujeto y objeto de su secreto.
Se habla con lenguaje codificado por pantalla y diálogos de andar por casa. El mundo de la webcam se pierde en su definición y ésta actúa como espejo de vivencias e inquietudes que no logran emocionar. |
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“Lo que todavía nos falta a las mujeres aprender es que nadie te da poder. Simplemente lo tienes que tomar tú.” (Roseanne Barr).
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La de “Blog” no es una narración al uso, los antiguos diarios de pasta rosa han sido jubilados. La tecnología cam covierte al PC en un confesonario al estilo Gran Hermano frente al que se desnudan los personajes. Video realidad narrada por sus protagonistas en un afán de romper reglas.
La cámara pierde su identidad corporativa para abandonarse a imágenes naturalistas, de introspección adolescente, de interés difuso en el dialogo. Es el ojo que todo lo ve y nada procesa durante el rodaje bajo planos tomados al azar, depurados en la sala de montaje. Imágenes suaves que comunican incomunicación y hastío. La música, en segundo plano, de presencia escasa, suena a oquedad. |
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Los conflictos que aparecen en “Blog” son de valor universal, los personajes que rodean a sus protagonistas, fantasmas de relleno. |
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