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MININO PATOSO
Película "El Gato con Botas"
J. G.
(Madrid,
España)
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Ficha Técnica |
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Banda sonora |
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El toque latino ha invadido al personaje que Charles Perrault recopilara a finales del siglo XVII en “Cuentos de mamá ganso (Contes de ma mère l'Oye)”. La voz de Antonio Banderas otorga ese carácter hispano lleno de tópicos lingüísticos, mezcla de espanglis y cartucheras caza recompensas.
La industria del cine lo invade todo con sus brazos, envueltos por la imaginación de directores al servicio del mercado. Imaginación y creatividad diferencian el cine bueno del pasable; personajes de carne y hueso versus creaciones AVI. Una moda que, cada vez con más profusión, está siendo engullida por la tecnología 3D. El gato de Perrault pertenece al cuento popular; Chris Miller, bajo el paraguas de DreamWorks, lo reconstruye sobre la pizarra electrónica.
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Desde que la voz del malagueño se sumara a la serie Shrek con silueta gatuna, su presencia no se ha apartado del animal, confiriéndole ese espíritu arrogante y conquistador que tan bien sabe manejar Banderas. Bienvenido al clan del ogro en sus ediciones posteriores, bienvenido a la piel del gato con botas que terminaría independizándose bajo las órdenes de Miller. El felino adopta un aspecto a caballo entre la arrogancia y la inocencia. Patoso y meloso. La saga Shrek da la bienvenida a un spin-off reemplazando al ogro bonachón por una oca neurótica. El caso de Humpty Dumpty proporciona una intención literaria a este paisanaje aventurero. El mundo de Lewis Carrol enseña la patita gracias a él. El huevo parlanchín (voz original de Zach Galifianakis) conocido gracias a “A través del espejo y lo que Alicia encontró allí” se convierte en protagonista. La capacidad discursiva que mantiene con Alicia denota una inteligencia que ha sido suplantada por la zafiedad y la avaricia en “El Gato con Botas”. ¿Pequeño sentimiento de inferioridad, de traición? Humpty Dumpty enseña su vena vengativa. |
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Dumpty es un personaje más literario que el propio gato, relegado a lo anecdótico del estrellato argumental. Comparte plantel con una gata abierta al riego, Kitty Softpaws (en la voz de Salma Hayek). La rivalidad se convierte en aliada para conseguir un propósito; un sentimiento que no acaba tras lograrlo. De esta manera, se plantea el futuro como un escenario abierto a la conquista. Otra batalla de gallos donde el el rap se sustituye por el flamenco gatuno. A posteriori, ¿vendrán los consiguientes video juegos y ediciones DVD?, como ha ocurrido con su padre Shrek y cualquier pieza cinematográfica susceptible de pasarse al mundo rentable con suma facilidad. No se puede negar que “El Gato con Botas” es un producto fruto del mercado, antojadizo y cariñosón, con mirada de lindo gatito.
“El Gato con Botas” es un baile de actores y directores coincidentes. |
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La historia es intrascendente y archiconocida: ¿dónde están los huevos de oro?... El ritmo de las aventuras suma enteros a un gato con botas bobalicón e impulsivo. Encerrado por las tres dimensiones, con cara de bola suave, las escenas nadan en la rapidez de la acción. Corre libre como el viento en la animación de DreamWorks, que concede una libertad limitada a sus personajes, donde sienten las voces de sus dobladores, el resto es 3D-motion y storyboard electrónico.
Las carcajadas no están garantizadas; el entretenimiento, sí. |
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