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ENTRETENIMIENTO DE GUARDERÍA
Película Spider-Man: Homecoming
J. G.
(Madrid,
España)
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Ficha Técnica |
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Al joven Peter Parker todavía le dura la resaca de su experiencia como Capitán América en forma de recuerdo adolescente que intenta emular a esos héroes que nunca mueren y permanecen petrificados en las fantasías más reales. Su singularidad se acomoda a los tiempos en un acercamiento a la calidez humana, hasta ahora inexistente, con la mutación en un personaje más creíble que en entregas anteriores. Navega a sus anchas por una comedia llena de efectos repetitivos que, en vez de sorprender, cuentan más de lo mismo embadurnado con una mascarilla que sólo puede encontrarse en un supermercado caro. Peter Parker ha crecido al superar lo temores de adolescente sensiblero y asustadizo hasta de su sombra, dejando atrás al superhéroe enclenque (tipo Kick-Ass) de procedencia arácnida, para surgir con una imagen actualizada de adolescente que no puede esconder su hiperactividad indomable.
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MARVEL se actualiza poniendo los pies en la tierra sin por ello renunciar a sus figuras míticas, como los Vengadores, que esconde la constancia del gusto por las heroicidades personificadas. Spider-Man: Homecoming vende a un joven capaz de respirar como el público que mantiene las distancias con el vulgo, siempre pendenciero y dispuesto a dejarse ayudar por esta fábrica de arreglar entuertos que perjudican el bien. Peter Parker, alias Spider-Man, se solidariza con los problemas pubescentes por la senda de una madurez hipotética enclaustrada en su historia. Se deja cautivar por sensaciones impropias de su condición supra natural, protegido por la superioridad en forma de tela de araña blandiblú con la consistencia de escupitajo galáctico. Es un personaje tan exprimido que su jugo empalaga mientras el producto se reinventa con sabores edulcorados nuevos. Sólo el villano de esta la trama fantasiosa, encarnado por Mikel Keaton, hace honor a su papel entregándose a la vileza con naturalidad malévola exitosa, ejecutada sin esfuerzo. Lástima que Vulture, la otra cara de Adrian Toomes (el personaje de Keaton), y Sipder-Man se enfrenten en batallas con regusto a Transformers. |
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En su nueva entrega, deudora de Sam Raimi y Tobey Maguire, Sipder-Man se recicla como buen chico tocado por la gracia de una picadura aracnoide. El zagal hace méritos demostrando esa humanidad plastificada que empatiza con un espectador cansado de que alguien le restriegue sus capacidades sobrenaturales mientras sueña con emularlo. Spider-Man: Homecoming funciona como elemento episódico que exprime la franquicia saca dineros, como encuentro en la tercera fase que le hubiera gustado rodar a Steven Spielberg, como entrega por fascículos condenados a repetirse. La imaginación encuentra sus limitaciones en escenas impactantes siempre iguales. Spider-Man, como todos los personajes de una saga con pasado mutante, arrastra la secuela del pasado a pesar del lavado de cara evidente, empobreciendo la capacidad de asombro.
Spider-Man: Homeconig es fantasía pura. Las andanzas juveniles nuevas alargan un metraje sobrado de artificio y falto de naturalidad. El equipo de guionista que ha parido al nuevo Spider-Man refresca la marca a pesar de que su final pronostica una continuidad molesta. |
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