Dicen los entendidos en la materia que el cine, como espectáculo, nació oficialmente el 28 de diciembre de 1895. Aquel día, los hermanos Lumière mostraron al público varias de sus escenas en el Salón Indien de París, en el Boulevard des Capucines. Ese día nació la cinematografía. El aparato con el cual consiguieron semejante adelanto fue bautizado como Cinematógrafo.
En una de las primeras emisiones, el 10 de junio de 1895, se presentó "El regador regado", que originariamente se tituló "El jardinero". La filmación dura escasamente cincuenta segundos. Se la considera la primera comedia de la historia y la primera película de ficción. Con un argumento muy simple, nos muestra la broma de un muchacho a un regador y el previsto final de la venganza ulterior.
En este caso y contrariamente a la mayoría de sus producciones, la acción es totalmente ficticia: se trata de una obra con argumento y con actores (François Clerc y Benoît Duval). A esos interpretes se les puede considerar los primeros actores de la historia del cine, aunque realmente se trataba del propio jardinero de Louis Lumière y de un aprendiz de carpintero de la fábrica de elementos fotográficos que tenían los hermanos.
La película fue rodada en Lyon, aprovechando lo florido de los jardines en primavera. La cámara permanece fija durante toda la toma y los actores, aunque saben hasta dónde llega el campo de la cámara, llevados por su ímpetu interpretativo, estan a punto de salir de plano en varios momentos.
Se rodó en película de 33 mm y con una cámara que al mismo tiempo servía de proyector.
Aunque hoy nos pueda parecer una historia demasiado simple, todavía conserva el poder de atraer y de despertarnos la sonrisa, mas aun si reflexionamos sobre el tiempo y los elementos tan rudimentarios con los que fue creada. Imaginemos lo que supondría en su época.
"El regador regado" queda ya como una joya dentro de la historia del cine.