Triple ración de Space rock y Psico rock
a cargo de peregrinos, nébulas espaciales y
monstruos. La sala Heineken abrió sus puertas con una puntualidad exquisita, inusual, casi insultante. Vacío. Los peregrinos de Notthingam, Pilgrim-Fathers, fueron los primeros en
inaugurar una noche metálica. El olor a recientes cierres de salas madrileñas se dejó
caer en la barra y pista de las sala. La música comienza a fluir.
Su transición fue de rock oscuro a rock cálido, de temas apagados a gruñidos con sonoridad. Esta música oscura contrastó con el título de alguna cancion: ”Amazons",
“Tokyo”, “Bambu” o “Batiscafo”, despertando un aire imaginativo.
Se rodearon de ese halo misterioso con que muchos grupos intentan atraer la atención del público. La tónica experimental de sus temas recordaron tiempos mejores para la lírica. Todo se supera. La voz perdida de Shelf fue un eco sin fin. El bajo de Stepehn Averill desempolvó los bafles mientras sus pelos largos revoloteaban esquizofrénicos junto a una batería que no dejaba de sonar a modo de mortero.
El movimiento de los cuerpos tenía algo de prehistórico. De cuando el hombre comenzó a articular sonidos para comunicarse, aquí acompañados de cubatas y porros. Su psico rock se quedó en un grutarock.
La experimentación de Pilgrims dio paso al rock nebuloso de Eddie Glass y su grupo, con más fortuna de público. Eddie Glass (guitarra/voz), English geezer Tom Davies (bajo/voz) y Rob Oswald (batería) son Nebula. El trío que encendió los fuegos del rock demandado en Heineken. La escasa puesta en escena de su música se compensó con un rock ácido de guitarras eléctricas. La agresividad de Oswald en la batería se encargó de rellenar el hueco interpretativo que dejaron sus compañeros. Los sonidos de "Apollo" han originado un disco tan potente como creativo.
El “tres, dos o uno” que hizo famoso en la historia de la música el alma de los fans, Joaquín Luqui, se iba a desvelar. Monster Magnet estallaron en escena. “4-Way Diablo” es su séptimo trabajo grande y supone un nuevo paso del rock entre espacial y hard. Space rock y Psico rock, Rock psicodélico, Stoner rock...Tanta nomenclatura musical vuelve tarumba a cualquiera, confunde. Su actuación se abrió con “Dopes To infinity”“, primer tema de su quinto álbum. Descarga trallera que descolocó incluso a quien se la esperaba.
¿Dónde está el rock?, excepto en la guitarra de Dave Wyndorf. El hardcore es la música que se escucha, mazazos que esfumaron las raíces del rock. Gracias a que estaba el bajo de Jim Baglino. Su energía fue constante, al igual que su imaginación. Los sonidos se percibieron cada vez más juntos, hasta apelmazarse y llegar a emborrachar. Monster Magnet se estaba convirtiendo en una confusión de sonidos ruidosa.
La simplicidad de los duos entre la voz de Wyndorf y la guitarra, ambas en solitario, trajeron las aguas a su cauce roquero. Sencillo, sin interfrencias. Eso fue rock. Era MM. Su guitarra y voz penetrante se convirtieron en un rock posesivo, en un “desenchufado” de sonido perfecto. La simplicidad de la voz de Wyndorf y la guitarra trajeron las aguas a su cauce roquero. Sencillo, sin interferencias. Eso fue rock. Era MM. Su guitarra y voz penetrante se convirtieron en un rock posesivo, en un “desenchufado” de sonido perfecto.
El comienzo hardcore se fue mudando hacia una piel mejorada con rock salvaje. Dave Wyndorf es un Tachenko de la escena, cuadrado y sudoroso. Suenan “Crop Circle”, “Powertrip” o “ Twin Earth”. Les acompañan imágenes de una sociedad decadente, espacios lunares, psicodelia, mundos subterráneos, 3D y blandiblús. Los juegos de guitarra fueron contantes, se hicieron eternos recordando etapas donde la experimentación era la base de la música. Largas solfas de cuerdas eléctricas, demasiado largas. Mucha caña. Para destrozar los tímpanos.
Triunfaron los temas de ertribillo fácil como “Negasonic Teenage Warhead” y su “I will not be denied” o “Space Lord”.
Dave Wyndorf mantiene el peso de su banda con la voz rota de roquero cervecero y motorista. Denominación de marca, insignia de un grupo que tiene hueco en el rock internacional. Monster Magnet no permanecieron sobre el escenario más de una hora. Los conciertos cada vez son más cortos, ¿bajarán en la misma proporción el precio de sus entradas?. Legión no les falta.