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CLUB MANCHESTER
(Amari + The Whip.
Sala Caracol. 16 de diciembre de 2008)

J. G.
(Madrid, España)

The Whip

Dos años han sido suficientes para colocar a The Whip en la alto del clubbing y la música underground. Mamaron del electro-indie de Nylon Pylon y han llegado ha construir temas como “Trash”, sin los que el Dance o la música House se encuentran algo desamparadas. Lo suyo no es oportunismo comercial, ni el ejemplo de seguir una moda. The Whip demostraron en Madrid que siguen siendo fieles a su sonido, a pesar de que no sea un producto de consumo mayoritario. Les honra.

El concierto se abrió con Amari, quinteto representante de la escena de club italiana desde 1996. Dariella y Pasta, sus creadores, se interesaron en lo que sucedería a la hora de aplicar cambios alocados en el hip hop. Un proyecto de experimentación cuya única arma inicial fue el sampler.
En su primera visita a España mostraron una música divertida para bailar y disfrutar. Aire jocoso. Una banda que aparentó desorden latino frente a la linealidad sajona de The Whip.

Su calidad de músicos independientes quedó sentenciada en el 2000 al ganar el concurso del festival de música independiente más importante de Italia, Arezzo Wave. Gracias a este premio, el sello oficial del festival les dio la oportunidad de grabar un EP, "Guida Verde". El grupo engordó con dos nuevos componentes: Marcopiano (guitarra) y Carletto Baracus (batería), deslizándose hacia un lado más al indie-rock. Su faceta exploradora se ha visto en el disco "Scimmie d'Amore", definido por la banda como su “black album”. En su proyecto paralelo al grupo, Amari Night Members Club, se atreven a hacer remix de bandas como Settlefish, Disco Drive, Mendetz, My Awesome Mixtape o Thieves Like Us, entre otros. Ahí está su versión electrofestiva del tema ”Love Boat”. Quizás sea ese aire latino el que les haga atreverse con todo. Coraje no les falta. Amari es una multibanda con mezcla de electrónica, ramalazos de La Kinky Beat, algo de hiphop y Depeche Mode. Muy comercial, tan extravagantes como particulares. Estribillos pegadizos. Electrónica y rapeo. Pizza música.

La identidad de The Whip se escondió sobre un escenario oscuro, con luces apagadas. Fue un cuarto oscuro donde los sonidos se proyectaban como bombas. Los bafles de la sala no estallaron de milagro. Las programaciones de Danny Saville fueron el álter ego de Chemical Brothers. Reventaban los tímpanos. Saville parecía un cura sin faldones y con capucha, amante del Canto Gregoriano discotequero.

La voz y guitarra de Bruce Carter se ganaron el pan en temas como “Trash”, “Frustration”. Éxitos del ultimo disco, “X Marks Destination”, producido por Jim Abiss (Arctic Monkeys, Kasabian o Editors). La penumbra continuó en el escenario, triunfó el sonido de los mancunianos. El fantasma de la oscuridad, guitarra en mano, no dejó de jalear a la gente. Los flasazos de algún fotógrafo desnudaron la cara de Carter. Todo se desarrolló como el concierto de una sombra, sin necesidad de focos para dejarse sentir. Su música se quedaría coja sin la aportación de una batería furiosa con Fiona Daniela. Una mujer que en cada una de las canciones mostró una vitalidad embrutecida.

La Navidad y su fiesta se habían adelantado en Caracol. En algún momento del concierto las canciones parecían haber sido compuesta con ayuda del Musik Maker u otro programa similar de edición musical. Para aficionados. El chundachunda con estilo fue el rey. The Whip y su electro rave son martillos de oro. Sólo falta un promotor arriesgado para verlos en espacios mayores la próxima vez que visiten Madrid. Su música tiene empaque. Es minoritaria, no está creada para triunfar en las listas comerciales. Ese es otro de sus activos.

La locura de esta música radica en la gente que la baila. Canciones como “Blackout” o “Divebomb” son ejemplo de ello. Danzas tribales. La atmósfera se había envuelto en un manto Rave festivo. Un recuerdo a la saga cinematográfica “Blade” y su banda sonora, medio histérica. Quién puede olvidar “Vampire Dance Club Theme” en la escena del baño de sangre (“Blood Bath”). Mitos de la música electrónica. Hipnotismo.

Los temas de The Whip cansan a la primera o cautivan desde el comienzo. Son así de radicales. Eres medio vampiro, medio humano: como Wesley Snipes en “Blade”.
Nacidos a la hoguera del Manchester industrial, los Atari o de New Order, el grupo tiene su reino en el underground. Un ejemplo de que la música en general, y electrónica en particular, no necesita de montajes visuales para ser efectista.
Su lema es "I Just Want To Dance". Fenómeno de clubbing.

 

 

J. G.

La revista Photomusik no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores expuestas en esta sección.
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