Había poca gente en la sala Nasti de Madrid. El ambiente era oscuro y tranquilo, pero familiar.
El público, espectante, se repartía por la sala, sentado en el suelo, rodeando el lugar donde estaba el escenario, o en los altavoces.
Matt Elliott entra en escena como si fuera un espectador más, se sienta tranquilamente y anuncia que sería el último concierto del tour y que se alegraba de poder pasarlo entre amigos. Su voz era suave, envolvente y grave, su sonrisa simpática, pero, tanta tranquilidad era el preludio de algo muy diferente.
Matt empezaba, con una guitarra acústica, temas en registro folk, melancólicos e intimistas y, a través de samplers, grabados en el momento, iba sobreponiendo una guitarra eléctrica, un par de flautas, una melódica o el conjunto de todos estos instrumentos, hasta crear un sonido - mejor dicho, ruido – agresivo y distorsionado, suma de todos los instrumentos, acompañado, la mayoría de las veces, por su voz, en coros agudos y dulces, casi angelicales.
El público le seguía el ritmo balanceándose hipnóticamente, sobre todo cuando lanzaba sus samplers con ritmos de drum&bass. A pesar de que éramos pocos, la sala se iba llenando de aplausos calurosos, a lo que Matt contestaba con un castellano gracioso "gracias so much".
Su música sutilmente iba siendo creada, "pieza por pieza", porque Matt va "construyendo" sus canciones como si de un poema se tratara, pero un poema maldito. Instrumento por instrumento, sampler por sampler, hasta llegar a la culminación, a la estratosfera.
Sus letras pesimistas, desoladoras, su voz grave y aterciopelada, no se escondian por detrás de cada melodía. Las palabras y frases como: "gone", "ghost", "glad to go" y "we are on our way to the grave" nos transportaban hacia un universo denso, desolador y sin esperanza, donde la única salvación es la muerte.
Matt Elliott, músico británico de Bristol, ha recorrido un camino interesante que se refleja en el presente. Habiendo comenzado con el drum&bass, con el proyecto llamado "The Third Eye Foundation", Matt ha sido miembro de grupos como "Amp" y "Movietone" y ha tenido participación en proyectos con los "Flying Saucer Attack", banda inglesa de Space Rock experimental.
Además del ambiente oscuro, nocturno y denso tan característico en Bristol por las bandas del trip-hop inglés (Massive Attack, Portishead), los temas de Matt también se podrían considerar, unas veces, folk, con una pequeña dosis de flamenco y, otras veces, post-rock, con influencias tanto del rock progresivo como, incluso, de la música clásica, un poco a la semejanza de la banda canadiense "God Speed you Black Emperor!" pero llevado a un extremo cercano a la música industrial.
Después de un encore, Matt termina el concierto con un cómplice guiño y tímidos gestos de agradecimiento hacia el público. Tras su despedida, el público, satisfecho, abandonó la sala rápidamente, sin esperar a lo que vendría más tarde con el propio Matt pinchando drum&bass perteneciente a sus primeros proyectos bajo el pseudónimo "The Third Eye Foundation".
