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NOTICIAS Y NOVEDADES 2011

Histórico

 


¿Y SE HACE CINE ASÍ?
Festival de cine basura.

J. G.
(Madrid, España)



Festival 'Cutrecon 2011'

¿Cómo se define una película cutre?: ¿es una cinta en la que las incongruencias y los desatinos empachan por su repetición?, ¿un mecanismo de tortura promovido por mentes retorcidas?. En dos palabras, mal gusto, gracias al que la mofa se ha convertido en género cinematográfico. Más allá de las definiciones, el cine cutre cuenta con una legión importante de seguidores y, cosas de la vida, fiel hasta morir. La base de este género se sustenta en crear películas sin pies ni cabeza, desestructuradas; llamativas por sus fallos más que los aciertos. Se trata de un movimiento que no está abanderado por ningún director en particular a pesar de que cualquier género es susceptible de ser engullido por su caspa. Cutre no sólo es una película de serie B, producciones de bajo presupuesto y escaso éxito; grandes éxitos de taquilla pueden considerarse cutres debido al empeño del guionista o sus actores. El 10 de diciembre de 2011, se celebró en el madrileño Centro Cultural Casa del Reloj, el primer “Cutrecon”, reuniendo tres películas contaminadas con imágenes aburridas que, debido a su rareza, se apartan de lo convencional.

La web cinecutre.com ha logrado afianzar su presencia en Internet tras diez años divulgando la existencia de películas poco recomendables. La diversión está asegurada entre tanto contenido friky. No existe una lista definitiva sobre las peores películas de la Historia sino tantas como opiniones que las generan. Cinecutre.com, con el pretexto de sus diez primeros años en La Red, ha elaborado una mini selección ambientada en un microfestival de tarde sabática. El hip-hop amenizó la apertura de este evento con escenas de vídeos poco agraciados en su realización. Zombies bailando, gazapos, metal y algo de gore principiante. Fue una celebración singular, tintada de casposa, a caballo entre el gamberrismo y la reunión de amigos. La cartelera estuvo compuesta por tres cintas realizadas con poco cerebro cinematográfico, a juicio de los organizadores.

El espectáculo, entre película y película, contó con la amenización de CacaMan, un personaje barrigón, mirada vizca; emblema de cinecutre.com. Maestro de ceremonias patoso, dedicado a ensalzar las grandezas de este cine bajo: marca registrada de la casa. El primer título que abrió la tarde chapucera llegó con "Undefeatable" (Godfrey Ho). Se trata de una de sus obras más logradas, dentro de la vulgaridad que le caracteriza: desde planos repetidos en diferentes escenas hasta montajes a capón.
CacaMan
Godfrey Ho ha sido responsable de títulos reconocidos sobre el universo ninja como “Ninja Terminator”, “Ninja Thunderbolt” o “Ninja Squad”. “Undefeatable”, movida por la continuidad de su estupidez, nunca se hace pesada. Juega al desfase bien resuelto dentro de su bajo nivel. Un buen bocado para abrir el apetito; cutre por una simplicidad interpretativa del ¿hormonado? Don Niam (como Stinggray) poco amante de la claqueta entre plano y plano. Mezcla de karatekalandia y adicción al chiste barato. Un tipo convertido en psicópata enfermizo protagoniza una trama resuelta a trompazos junto a la heroína de los puños, Cynthia Rothrock, mujer cachas y vulnerable.
Don Niam y Cynthia Rothrock en 'Undeceteable' El Batman amarillo de 'Blackstar y Golden Bat'
Gam, muñeco Gusiluz de 'Star Crystal'

Cine descuidado de Don Niam actuando como una Nancy robotizada, bebé en busca de su biberón; visión nublada por una mente embrutecida. En “Undefeatable”, con un presupuesto cercano a los cien millones de dólares, la sangre recuerda al ketchup de hamburguesa artificial. Don Niam es un artista del gesto desproporcionado; las peleas son toques de contacto que no causan la mínima herida sangrante. La música de Todd M. Hahn volvería a aparecer junto a Godfrey Ho durante el mismo 1993 en “Honor y gloria” (“Zong heng tian xia”). Ylifero, integrante de cutre.com y con varios años a sus espaldas titulando películas, ofrece su particular conversión lingüística de los diálogos con términos tan castizos como “tasca de Manolo”, “Pocholón”, “Chatín”. El director hongkonés ha desarrollado su carrera en las películas de artes marciales, cultivándose entre las cintas de serie Z gracias a la inclusión del cortar y pegar. Después de 25 años en el género (filmó en Hong Kong, Taiwan, y Filipinas) se retiró a enseñar cine en la Universidad Politécnica de Hong Kong.

Cutrecon 2011
La diversión de Cutrecine tenía su espacio fuera de pantalla, también: en el ambiente que se respiraba durante las proyecciones. Contra más fallos se encontraban en la pantalla, mayor era el estruendo de los aplausos y los piropos hacia los artistas. Piropos cariñosos con acento guasón. Cine de barrio sin pipas ni palomitas, con el listo de turno sentado en primera fila gritando eso de “...y ahora se cae estando muerto, ¡que horror!”, como si los demás no se percataran del gazapo. Los comentarios de la gente forman parte del todo, decorado con imágenes míseras; el público perseguía la risa gracias a los errores cinematográficos. Es como subirse a una montaña rusa o hacer la ola, cada uno aportando su comentario: “cielos... ¿y la pistola?”.
El festival, una vez probado el primer plato, se adentra en el mundo del esperpento colorista. "Black Star y Golden Bat" es animación primaria. Fallos de racord, continuidad y cambios de peinado en los personajes son algunas de las lindezas aparecidas en el trabajo de Heon-myeong Han. Es una sucesión de imágenes defectuosas. Esta película fue una serie de televisión japonesa comprada por la TBC-TV para emitir en Corea. Los cuatro primeros episodios se fusionaron para crear una película que sería emitida en cines de verano. Este es el resultado. El concepto de la serie japonesa “Golden Bat”, 1968, agradó a la audiencia de tal manera que, en 1979, nació “Blackstar y Golden Bat”.

Los coreanos, para evadir el plagio, pintaron de amarillo a su Batman particular. “Nuestro lema es vivir la aventura y pasarlo bien”, suspiro general. El salvador limonado aparece tan tarde en la película que se le cree olvidado. Primero surge como una idea que hace el bien sin manifestarse ante los ojos humanos. Una imagen filosófica del comunismo enmascarada por la animación, representando a papá Estado, que existe y nadie le conoce. Es el uso de la caricatura como propaganda política. El argumento enfocado al ambiente político en el que fue creado y para el entorno social que iba destinado es interesante. Sus 59 minutos resultan dormilones hasta el final. Está plagada de errores técnicos: armas que aparecen por arte de magia, personajes que cambian de color sin sentido. Una visión tercermundista del héroe. Soldados tan madelman como en Star Wars, de trazo menos sofisticado.

Undeceteable
Black Star y Golden Bat
Star Crystal
El festival cutre cerró sus puertas por todo lo alto, en el espacio.
La carrera de Lance Lindsay comenzó durante 1976 trabajando en “Twas the Fight Before Christmas...” , el primer episodio de la serie televisiva “McCloud”, y finalizó en 1991 como actor en “Quietfire” (J. William Whelan). Durante este tiempo participó en siete películas de baja popularidad, extensibles a la serie B. La presentada como colofón a esta trilogía de cine cutre, "Star Crystal", significó su estreno en la dirección. Más que epopeya, es un experimento de mínimo presupuesto, con aires galácticos nada persuasivos. Ambientes enclaustrados con esporádicas vistas al espacio cubierto de estrellas posterizadas: un exterior pegado como plancha sobre las ventanas de una nave ratonera. La amenaza extraterrestre que intenta animar este submundo es un bicho deforme, sin identidad terrorífica. Risas. Un bloque compacto de masa untada con gelatina; un pésimo recuerdo a “E.T. el extraterrestre” y “Alien”. Alienígena de saldo que proyecta su aire cutre hacia una nueva galaxia. La misión a Marte de esta nave gaseosa es lo único que suena a real entre tanta locura imitadora. “Star Crystal” simula una space-horror-movie donde la ciencia ficción hace gala de una inventiva pobre. El monstruo maligno se trasforma en el eco de Spielberg sobre la tercera fase. Las armas parecen juguetes de Hipercor e inventos de locos profesores sin trabajo.
El ritmo lento de las imágenes triplica sus 91 minutos de duración.

Errores es lo que se encuentra en un festival más diseñado para reír por compasión que disfrutar con emoción. ¡Que acabe, por favor!, se escuchaba ente los huecos de las butacas que aún permanecen ocupadas. La Casa del Reloj se convirtió durante seis horas en centro del cine mugriento.

J. G.

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Texto: www.photomusik.com ©

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