Lo que las desavenencias de fondo alejan a los partidos políticos, parece que tienden a unir con más fuerza a la juventud. Y más aún cuando ellos andan en medio de todo el desaguisado, cuando de ser protagonistas de la sociedad pasan a ser instrumento de los que mandan. Este es el caso de la reforma educativa y su Ley de Calidad de la Enseñanza, aprobada en diciembre de 2002.

Gran parte de la juventud estaba intranquila aquella semana de diciembre, tenían previsto manifestarse por las calles de Madrid para decir "no" a esa ley. Cual fue su sorpresa cuando dicha manifestación quedó reducida, por orden ministerial, a una concentración en la Plaza de España, ya que el acto no fue autorizado. La céntrica plaza fue llenándose de gente ante un escenario todavía vacío, con una pancarta de fondo en la que se podía leer "Por una educación pública. No a la Ley de Calidad". Hora de la cita: 11.30 de la mañana; pruebas y más pruebas de sonido, nadie sale a escena, chavales cargando con sus mochilas se acercan al lugar, hoy han hecho pellas: "¡Estamos de huelga!", caras de bollycao (binomio chico-chica a babor y estribor) - "¿Sabes quién toca...? ¿Cuándo empiezan...?".

Tras casi una hora de espera (hay que admirar la paciencia del tendido) se escucha una voz en el backstage por megafonía: "¿Sí, sí...?" se distingue la figura de Ramoncín, abanderado del "pollo frito", transformado de punky cáustico a fenómeno mediático, arropada por un montón de personas que escuchaban con atención la lectura de su manifiesto anti Ley de Calidad de la Enseñanza.

José Ramón Julio Márquez Martínez, nuestro Ramón Ramoncín, con gafas, chupa guapa y aire cuidado, estaba rodeado por una piña de concubinos y concubinas que apoyaban sus palabras con sonrisas de mejilla a mejilla. Leyó el manifiesto y volvió a recordar a todos que aún existe educación para ricos y educación para obreros, universidades sólo para los niños de papá, ediles e instituciones que clausuran salas de conciertos, que se desentienden de la música, para los que ésta no es Cultura si no hay dinero por detrás o una captación electoralista. Ramoncín era feliz. La agresividad de sus años locos se había transformado en una cuidada forma de hablar, menos espontánea y una cara de abuelo buenazo, comprometido con la juventud.

"Lo importante no es escuchar lo que se dice, sino averiguar lo que se piensa". Juan Donoso Cortés (1809-1853); ensayista y diplomático español.

La música se apoderó del escenario con Mago de Oz y el calor de la concentración comenzó a subir con el violín de Mohamed, la batería de Txus y Jose, todo de negro, al micrófono: "Me voy hacia un lugar donde el tiempo es una ilusión, la brisa es de color, la voz música, y el sol es de algodón". (Es Hora de Marchar)

Para muchos manifestantes, la Ley de Calidad es un castillo en el aire que puede derrumbarse por su propio sentido de la injusticia.

Si la música amansa a las fieras, ¿puede educaros a vosotros?...

La gente tarareaba las canciones haciendo de la plaza una enorme caja de resonancia donde la música era el único sentimiento palpable. El rock, el folk o cualquier tipo de manifestación musical también es Cultura aunque estas formas de expresión no las enseñen en las universidades. ¿Quién se imagina una cátedra de Nu Metal, de A.O.R.o sobre Historia de la Música Underground...? Quizás es por ahí por donde deberían haber atacado los políticos de escaño y colegio de pago. Llegó el turno a las chicas con Amparo Llano y Cristina Llano, DOVER, y su rabia guitarrera más ácida que melódica. Chicas guerreras allá donde las haya. DOVER fue creado por las hermanas Llano en Madrid, y el nombre del grupo surgió de una marca de ropa de señoras que había en la tienda que tiene la madre de ambas en Majadahonda.

Sonaron los últimos acordes de "Late At Night", el escenario se quedó vacío y comenzaron a caer las primeras gotas de lluvia bajo un cielo nublado. En palabras de José Cabezón, portavoz del grupo estudiantil del Instituto Joan Luis Vives de Zaragoza, "se trata de demostrar a la sociedad que los jóvenes no sólo nos oponemos al gobierno gritando y rompiendo cosas".

"El que nada duda, nada sabe" (Proverbio griego)

Sadornil