La música se ha convertido en un objeto de consumo, y los músicos,
en su mayoría, se han vendido a las demandas del mercado. Unas
demandas que están bajo los dictados de las grandes multinacionales
discográficas. Como aire fresco a esta polución surge desde
un pequeño pueblo de Pamplona una brizna de imaginación
y rabia que se opone, con su música, a semejante vorágine.
Son Khamûl, sangre nueva repleta de hardcore y rechazo a lo establecido:
todo un reto. Estas son sus palabras.
Photomusik: El
primer tema del disco, titulado "Entra", que comienza con
una mezcla de violín y truenos, no tiene nada que ver con el
resto de las canciones (mucho más salvajes). ¿Es el preludio
de un disco maldito? ¿Por qué una entrada tan suave para
un disco tan feroz?.
Khamûl:
Desde un principio quisimos hacer una intro que enlazara de alguna forma
con el primer tema. Preferimos que fuera algo suave y melódica
para despistar, y que contrastase con el resto del disco.
Ph: En este trabajo se ha dado tanta fuerza a las guitarras que parece
que su sonido hablara, ¿qué papel juega este instrumento
en la composición de Khamûl?.
Las guitarras son algo fundamental. De hecho, la mayoría
de los temas comienzan con una melodía de guitarra que creemos
que puede funcionar, y a ésta le vamos añadiendo cosas.
Ph: También se notan efectos de scratch propios de Dj, ajenos
a la contundencia de vuestra música. La técnica del Dj
se está introduciendo en el trash metal, ¿no es esto una
contradicción por sus diferencias musicales?.
K: No te creas, la música va evolucionando y los diferentes
estilos se van mezclando, generando unos nuevos. Los ambientes que puede
dar un dj sampleando sonidos o haciendo scratchs es algo que encaja
bastante bien con la dureza del trash. Aunque esto no es nada nuevo,
hace ya 10 años que Ktulu sacó su "Orden genético".
Este segundo trabajo es un LP oscuro, de
música agobiante y sonidos que requieren de una segunda
audición para comprender su vitalismo.
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Ph: La tónica predominante de "En
la habitación", a nuestro juicio, son sonidos rasgados,
de desesperación. ¿Podríais decir que se trata
de un disco apocalíptico, por su música dura, casi decadente?.
K: Más que apocalíptico, yo lo definiría
como pesimista, muy crítico con la sociedad actual.
Ph: ¿Y catastrofista?.
K: Podría ser, pero es porque da la sensación de que
el mundo se va a ir en cualquier momento por el desagüe.
Ph: Para muchos, el trash metal no es música,
sino berridos. ¿Cómo os defendéis de este argumento?.
K: Quien opina así es que no tiene cultura musical, porque
si considera de esa forma al trash, me gustaría saber que opina
del Death, del Grind o del Doom. La gente debería abrirse un
poco más a diferentes estilos de música y no quedarse
con los cuatro grupos que le gustan. Nosotros mismos escuchamos cosas
tan diferentes a nuestra música como King X o Lamb.
Ph: ¿Qué sentís cuándo componéis
un tema?.
K: Placer. Cuando vamos sacando un tema nuevo, y ves que va tomando
forma y que empieza a sonar bien es una gozada. Y cuando lo tocas en
directo y sientes que a la gente le gusta, es la mayor satisfacción
que puede haber.
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"Hay que intentar huir del orden establecido,
del pensamiento único".
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Ph: ¿Qué no queréis sentir?.
K: Aburrimiento. Si llega el día en que no disfrutas con
lo que haces, es mejor dejarlo.
Ph: ¿Qué persigue la música de Khamûl?.
K: Nuestra música es claramente reivindicativa. Lo que queremos
es que la gente cuando la escuche reflexione sobre el mundo en el que
vivimos y piense si es en esa dirección hacia donde quiere ir.
Ph: Comenzando con la portada de "En la habitación",
el disco en sí parece transmitir la idea de pesadilla, de agobio...
K: "En la habitación" habla un poco de eso.
De la locura, de la gente que está metida en algo y quiere salir
de ese círculo, pero no puede.
Ph: ¿Y qué tiene de inconformismo?.
K: Todo. Hay que intentar huir del orden establecido, del pensamiento
único.
Akeloo es la discográfica que ha
apostado por esta banda de "metalcore cannábico",
como ellos se definen. Khamul son: Mikel Jamar (voz), Raúl
Clemente (guitarra), Richard Muñóz (guitarra), Jaime
Zubiaur (bajo), Javier Bejarano (batería) y DJ Arkaitz
(platos).
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Ph: ¿La industria de la música actual es ya por sí
conformista?.
K: Eso es indiscutible, en especial las grandes compañías.
Muy poca gente apuesta por cosas nuevas, esto es un negocio y a nadie
le apetece arriesgar su dinero. Cuanto más estable esté
todo, mucho mejor para sacar el máximo beneficio.
Ph: ¿Qué os ha exigido esta industria, qué
precio habéis tenido que pagar hasta llegar a grabar "En
la habitación"?.
K: Hemos tenido que pasar por el aro de SGAE, algo que no nos hizo
mucha gracia, pero cuando eres pequeño es muy difícil
luchar contra estas cosas.
Ph: ¿Creéis en las utopías? ¿y en los
sueños? ¿Por qué?.
K: Las utopías son necesarias, es como el final del camino.
Hace falta tener una meta hacia la que ir caminando. Es posible que
nunca llegues hasta ahí, pero cada paso que das te acercará
un poco más. Si tú no llegas, puede que el que va detrás
de
ti sí lo haga.
Ph: ¿Por qué algunos estilos musicales, como puede ser
el trash metal, se siguen marginando?.
K: Seguramente sea porque no da tanto dinero como otros estilos.
Hace unos años las grandes compañías creyeron ver
un filón en el heavy metal y se metieron a fichar un montón
de bandas de este estilo. Yo creo que ahora se han vuelto hacia gente
más rentable como Bisbal & co.
Ph: Cuando escribís las letras de vuestras canciones, ¿escribís
lo que veis día a día o el repertorio de Khamûl
se nutre más de vuestra imaginación particular?.
K: Nuestras letras suelen ser reflexiones sobre la sociedad y
críticas con lo que vemos que no nos gusta, pero preferimos no
ser muy explícitos para que la gente cuando las lea pueda adaptarlas
a vivencias personales y se vea un poco reflejado en ellas.
Ph: Sois un grupo que viene de Iruña, Pamplona,
que tiene muy cerca la problemática existente en el País
Vasco. ¿Cómo veis el incidente que hace poco ha ocurrido
con Fermín Muguruza (vasco) al ser calificado por algún
medio de prensa como proetarra y, por esta razón, han sido cancelados
varios de sus conciertos en la gira por España?.
K: Desgraciadamente esto no es nada nuevo, pero es la estrategia
que más se está usando ahora para luchar contra todo lo
que sea diferente y suponga una alternativa (y si es vasco mejor). Grupos
como Negu Gorriak, Flitter o SA ya han sufrido esto en sus propias carnes.
Ph: Por haber nacido en el País Vasco, o cantar a favor de
la independencia vasca, ¿ya se es terrorista?.
K: Esta es su estrategia, criminalizar todo lo que no les gusta.
Es el método que ahora usan para coartar la libertad de expresión.
Ph: ¿Vasco sí, español también, o vasco
sí, español no?.
K: Nosotros no creemos en los Estados sino en los pueblos. Lo
que no tenemos que hacer es buscar lo que nos separa, sino lo que nos
une.
Ph: ¿Cómo ve Khamûl el mundo actual? ¿Qué
modificaría y qué no tocaría? ¿Por qué?.
K: Hay tantas cosas que van mal en este mundo que la lista sería
interminable. Lo que creemos es que es necesario intentar no pensar
cada uno en sí mismo y ver un poco más allá.
Ph: ¿Qué os sugieren las palabras proetarra, proterrorista,
xenófobo y antisemita?.
K: Son la serie de chorradas de las que acusaron a Soziedad
Alkoholika hace unos años. Cualquiera que haya conocido mínimamente
al grupo ve enseguida que estas acusaciones no son más que una
estupidez. Nosotros animamos a todo el mundo a que entre en la web de
SA
y lea sus comunicados al respecto.
Ph: La palabra Khamûl tiene varias acepciones: es el nombre
de un monstruo en los cuentos de J. Tolkien , llamado Khamul the Easterling;
Khamul, the Shadow of the East, teniente de Sauron, (guerrero del Este)
poseedor de uno de los nueve Anillos en el cuento de J. R. R. Tolkien
"El Señor de los Anillos"; teniente Dark W; Khamul
the Nazgul, el apodo de Calen Galvorn (teniente comandante en la Guerra
de las Galaxias), etc. ¿Cuál de estas acepciones se identifica
con la banda? ¿O tiene otro significado más personal?.
K: Es cierto que Khamûl es un ser de la mitología
tolkiana, aunque no solemos hacer referencia a su origen para intentar
escapar de toda esa moda que ha surgido con las películas de
Peter Jackson. Khamûl era un nombre que nos gustaba por
su sonoridad y porque era fácil de recordar, nada más.
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Dos personajes de la obra de Tolkien:
a la derecha, Blurz y Khamul The Eastender, a la izquierda.
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Ph: La música de un artista suele definir un
poco su personalidad. Vuestra música es dura y agresiva. ¿Cómo
son los miembros de Khamûl?.
K: Esa es una pregunta difícil de responder, se podría
decir que somos un poco inquietos. Nos gusta disfrutar de lo que hacemos
y dar siempre el máximo de nosotros mismos.
Ph: Las voces se oyen escondidas en este disco, ¿queréis
dar más importancia al sonido que a la letra?.
K: Es posible, aunque quizá de forma inconsciente. De hecho,
cuando componemos un tema nuevo siempre empezamos por la música
y cuando ya está la base hecha nos planteamos meter la letra.
Ph:. En los textos de vuestras canciones se descubre cierta idea
de escape. ¿De qué huye Khamûl?.
K: Quizá tengamos miedo a que todo siga igual, a que nada
cambie. A que por mucho que hagas no sirva de nada. Pero preferimos
no darle muchas vueltas a ese tema.
Así se despidió esta banda joven, de
hardcore oscuro, que tiene bastante que decir en el panorama de la música
nacional, carente de ideas innovadoras. ¿Serán ellos la
respuesta? Todo está en el viento.
Más información sobre KHAMÛL
en Akeloo
Records y
www.khamul.com