ENTREVISTA A MÉLUSINE MAYANCE
Actriz de la película "La llave de Sarah".


Pregunta: ¿Que te hizo querer ser actriz?
Mélusine Mayance: Mis padres siempre me han llevado a ver todo tipo de películas. Tenemos una videoteca llena de DVDs. Vi Parque Jurasico con ellos cuando sólo tenía tres años y me encantó. Y aunque trabajan en el mundo del cine, jamás me empujaron a actuar. Eso sucedió por casualidad cuando un cazatalentos me vio fuera de mi colegio y me invitó a participar en una audición para Ricky, de François Ozon. Fui y me cogieron.

P.: ¿Y cómo llegaste a trabajar en La llave de Sarah?
M. M.: Me llamaron para una audición que se hizo en tres partes con tres escenas diferentes. La primera vez estaba sola, y luego me hicieron actuar junto a la niña que interpreta a la chica con quien Sarah huye.

P.: ¿Cómo te sentiste al leer el guión?

M. M.: Intente leerlo para la audición, y me encantó. Me entusiasmo la historia, mi personaje... todo. No sabía mucho sobre la Segunda Guerra Mundial, y aprendí un montón mientras me preparaba para el papel.

P.: ¿Y cómo te preparaste?
M. M.:
Parte del trabajo de mi padre es trabajar con los actores durante el rodaje, y se convirtió en mi preparador particular. Trabajó el papel conmigo, para ayudarme a aprenderme mi texto y entender los sentimientos. Después todo me pareció más sencillo. Leí la novela de Tatiana de Rosnay con mi madre, y le hice muchas preguntas y buscamos información por Internet para saber más cosas sobre esa época. También leí La petite fille du Vel d'Hiv de Annette Müller. Y cuando acabé su novela intenté descubrir si seguía viva, porque quería conocerla, no para hacerle un montón de preguntas, sino para darle un gran abrazo, porque su historia me hizo llorar mucho. Curiosamente Gilles lo había organizado todo para que yo pudiera conocerla justo antes de rodar la escena en la separan a las madres de sus hijos antes de que se los lleven a los campos de concentración. Después, mi madre me preguntó qué le había dicho, y le contesté «nada, solo le he abrazado y he llorado.»

P.: ¿Cómo te afectaron las escenas más duras de la película, como la de la separación?
M. M.:
Fue como cuando rodé Ricky. Me sentí como la pequeña Sarah, cuando la separan de su madre, y sentí lo mismo que ella al pasar por aquella situación. Pero no es que confunda realidad con ficción. Después de cada escena volvía a ser yo misma, sin ninguna preocupación. No quede traumatizada ni nada...


P.: ¿Qué tal fue trabajar con Gilles Paquet-Brenner?
M. M.:
Maravilloso. Siempre encontraba el modo de ayudarme a entender lo que quería. Fue genial trabajar con él y se que luchó para que me dieran el papel a mí. Es increíble saber que tenía tanta confianza en mí.


P.: ¿Quieres seguir siendo actriz?
M. M.:
Sí, por supuesto, y en todo tipo de películas. Sueño con hacer muchas cosas diferentes: comedias, trabajar con Jean-Pierre Jeunet, Tim Burton... Es un trabajo maravilloso. Siempre me siento algo triste cuando acaba un rodaje, y cuando pasa mucho tiempo entre dos películas, porque lo hecho de menos. Siempre disfruto con los nuevos proyectos.


La revista Photomusik no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores expuestas en esta sección
.
Texto: Golem ©
 

 
Recomienda esta entrevista