ENTREVISTA A ERIC LAVAINE
Director de la película "Barbacoa de amigos".


Pregunta: BARBECUE es su quinta película. Marca una ruptura respecto las anteriores que ha hecho.
Eric Lavaine: He intentado hacer una película más personal e íntima sobre un mundo que conozco bien: mi vida. Y tanto en mi caso como en el de Hector Cabello Reyes, mi coguionista, nuestros amigos son muy importantes en nuestras vidas. Para escribir este guión partimos de la idea de que no hay mejor familia que la que se crea uno mismo, es decir, los amigos. El problema es que al cabo de un par de décadas, tus amigos se convierten en tu auténtica familia, con todos los conflictos, envidias, desavenencias y cosas no dichas propias de una familia. Los amigos te vuelven loco, pero al final no puedes pasarte sin ellos.

P.: ¿En quién se inspiró?
E. L.:
Para escribir el guión y decidir cómo contar esas emociones positivas, dulces o amargas que se comparten con los amigos, nos inspiramos en nuestros auténticos amigos, pero mezclándolos y combinándolos. En realidad ninguno se reconocería a sí mismo? ¡por fortuna, porque no queremos perder su amistad! Una vez que diseñamos el grupo, le escribimos una historia a cada uno, una personalidad tipo y unas características con las que el público se pudiera identificar. Todos tenemos un amigo que se volvió un tristón antes de tiempo, otro que introduce a su nueva pareja en el grupo, otro que oculta cosas, o un amigo de la infancia que no salió tan bien.

P.: Las distintas situaciones de la película ¿están tomadas de la vida real?
E. L.:
Lo que he intentado es presentar situaciones que yo he vivido y que creo que al espectador le dirán algo. ¿Qué hacer con una pareja que se divorcia en un grupo de amigos? ¿Cómo deben comportarse los amigos de toda la vida cuando les presentan a la nueva pareja de alguien? ¿Cómo se ayuda a un amigo cuya carrera se hunde? ¿Qué consejo se le da al hijo de un amigo que va por mal camino? ¿Cómo se le dice a un amigo de toda la vida que se ha convertido en un pelma? ¿Cómo le dices a un amigo que ya no tienes nada que decirle? ¿Cómo se es un "verdadero" amigo? También me interesaban temas más prosaicos, de índole material; por ejemplo, cómo se distribuyen las habitaciones en una casa compartida en vacaciones, o cómo se comparten las tareas del hogar. Respecto a esto último se podría hablar del "síndrome de la barbacoa", que consiste en que el tío que ha puesto la carne en la parrilla considera que ya ha cumplido y que lo demás lo puede hacer la mujer: ir a la compra, lavar los platos, educar a los niños...

P.: ¿Por qué el título BARBECUE?
E. L.: Porque me gustaba la palabra. Suena bien y evoca inmediatamente imágenes de amigos y familia, buen tiempo, vacaciones, sencillez y buenos ratos juntos. Y lo de comer carne (a veces mal cocida) con los dedos (¡éstos bien cocidos!) tiene su encanto. Y me gusta el hecho de que las barbacoas sean algo que sólo se hace en grupo. Nadie hace una barbacoa solo.


P.: ¿En su película se come mucho?
E. L.: Yo quería hacer una película que hiciera que la gente saliera del cine queriendo ver a sus amigos. En esta película las comidas son importantes; con los amigos nos relacionamos mucho en torno a una mesa. Y con la edad, la comida se hace cada vez más importante. Como dice Antoine: "Si en las parejas mayores la ternura sustituye al sexo, con los amigos la comida sustituye a las risas".

P.: ¿Cuáles son los elementos de cohesión en este grupo de amigos?
E. L.: En toda pandilla hay una historia común. En mi película todos se conocieron estudiando empresariales en Lyon. También comparten cierto tipo de humor, una ironía y una solidaridad. Pero ya no están en la misma longitud de onda. En un grupo siempre hay elementos motores y otros más pasivos. Algunos hasta se sienten ignorados.
Esta pandilla ha tenido su época dorada, y ahora vive de los recuerdos de la juventud. El infarto de Antoine le hace tomar conciencia más que a los demás de que ha llegado el momento de hablar de ciertas cosas, de hacerse daño, quizá, para revitalizar el grupo. Así que se lanza y dice lo que tiene que decir.

P.: ¿Describiría BARBECUE como una comedia?

E. L.: Es una comedia en el sentido de que hago la crónica de las vidas de un grupo de amigos, y en la vida pasan muchas cosas divertidas. Divertirse con los colegas no es una tontería. Los he presentado pasándoselo bien, y espero que el espectador sienta la misma felicidad que yo. A título de información, yo mismo estuve en una cena en la que alguien, sin darse cuenta, hizo sangría con un vino Château Pétrus muy caro. Una cosa que me gustaba de esta historia es que me permitió hacer que la comicidad emanara de los mismos personajes. Cada uno tiene sus peculiaridades, y a mí me resultó inspirador jugar con sus defectos y sus diferencias, crear oposiciones entre los personajes y discrepancias, para que tuviera más gracia, demostrar que la amistad es un estado de ánimo, un poco como estar enamorado. Uno no decide gran cosa, es algo que se le impone, con sus pros y sus contras, pero las cosas que se tienen en común son las que crean la atracción y nos permiten resistir al paso del tiempo.

P.: El infarto de Antoine ¿es autobiográfico?
E. L.: Ahora que he llegado al medio siglo, empiezo a perder piezas poco a poco. Lo que primero está empezando a fallarme es la vista, como a Antoine. Pero el corazón todavía resiste. En realidad fue un amigo mío el que tuvo un infarto durante una media maratón, al mes de cumplir los cincuenta. Se recuperó, pero pasó unos días en coma, y cuando se despertó decidió dar un vuelco a su vida. El infarto es el pretexto que lleva a Antoine a replantearse su vida y marcar un punto de ruptura. Tiene cuentas pendientes, y no sólo con los demás, sino consigo mismo. Para querer al prójimo también hay que quererse un poco a uno mismo.

P.: ¿Se plantearía hacer una secuela de BARBECUE?
E. L.: Si el público la pide, me encantaría volver a trabajar con este plantel de actores tan extraordinarios. Y ya tengo el título: ¡Plancha!


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Texto: A Contracorriente ©

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