Pregunta: ¿Qué le hizo involucrarse en un proyecto que exigía varios años de trabajo?
Florent Masurel: La pasión, la posibilidad de trabajar en un universo y de llevar a término una exhaustiva
investigación del mismo. En esta industria, es muy raro poder explorar un universo durante tanto tiempo. Esto sólo es posible en la animación.
Una de las otras particularidades importantes de mi labor en un film de animación consiste en comprobar que los diseños están a la par con la historia, que en
Ballerina resulta una actividad poderosa y cargada de emoción. Trabajar con un equipo de más de ciento cincuenta personas en lo más álgido de la
producción, y observar que todo el mundo trabaja en la misma dirección es una experiencia extraordinaria. Abruma ver a tantas personalidades y tan distintas, de
gustos tan diferentes, ser capaces de ponerse de acuerdo y trabajar juntos.
P.: ¿Cuál fue su contribución concreta al desarrollo de la película?
F. M.: La dirección artística, que connota la creación de los personajes, los platós, los objetos, los ambientes y los colores.
Desarrollamos una auténtica visión del París de la época, un París tangible y no sólo una evocación poética del mismo. Nuestro principal objetivo estaba en situar a
los personajes en un entorno creíble, rico y palpable.
Un modo magnífico de rendir tributo a esta ciudad, y sobre todo a la Ópera de París, que es una obra maestra de la arquitectura. Comenzamos con una abrumadora
investigación histórica para establecer el estilo de vida de los parisinos de la época y trazar la transformación de la arquitectura en la ciudad debido a los
proyectos constructivos del gran Haussmann. El auténtico trabajo de diseño comenzó con una síntesis de todos esas especificidades del París de 1870, tratando de
extraer su esencia.
P.: ¿Qué le conmovió en los temas abordados, en los viajes espirituales de los personajes de la película?
F. M.: Ese hacer que sus sueños infantiles se
hagan realidad, el sentido de aventura y exploración.
La amistad también es un tema muy presente en la película. Por último, el universo de la danza y de sus estrellas, con todo el rigor y la magia que implica.