ENTREVISTA A WARREN ELLIS
Compsitor de la banda sonora de la película "Gauguin, viaje a Tahití".


Pregunta: ¿Qué te hizo componer la banda sonora de la película?
Warren Ellis: Vi la primera edición de la película y me conmovió la actuación de Cassel, también me tocó el desenlace de la vida de Gauguin que lo llevó a su clímax. Creo que mi respuesta emocional tiene algo que ver con mi edad.

P.: ¿Has leído 'Noa Noa'? ¿Cómo investigaste a Gauguin?
W. E.: No, no lo he leído. Leí el guión pero no pude imaginar la película solo a partir de eso. Me encantan sus pinturas, es uno de mis artistas favoritos. He estado en muchas galerías de arte y siempre estoy redescubriendo aspectos de su arte. Me gustó la forma en que trabajó y reveló los paisajes de Tahití, incluso en circunstancias tan difíciles.

P.: ¿Tuviste prejuicios ante la película?
W. E.: No estaba convencido del género, las biografías generalmente me aburren, y eso me hizo dudar de aceptar el proyecto. Pero cuando vi la película y la actuación de Cassel, me di cuenta de que era mucho más que eso. Era una historia poética sobre el sueño de una vida en el momento en que esa vida parece hundirse.

P.: ¿Qué guió tus elecciones para el viaje que hace Gauguin a través de la isla y para la frenética pintura nocturna?
W. E.: Escuché a Édouard y a Guerric (el editor): conocían la película mejor que nadie. Creé una paleta sonora basada en mis conversaciones con ellos, con flauta, piano y violín. Fue un desafío ir al estudio y crear cada pieza. No trabajo con imágenes ni escribo partituras detalladas. Compuse cada pieza en orden cronológico, y encontré la melodía final por casualidad, antes de haber visto la película. Es una de esas cosas que realmente no puedes explicar.

P.: ¿Cómo creaste el sonido musical de su ansiedad metafísica?
W. E.: Nunca lo pienso de esa manera. Busco un lenguaje musical que encuentre un equilibrio y el tono adecuado para cada personaje. Si lo hubiera pensado, estoy seguro de que hubiera sido menos espontáneo. Me gusta crear música y ver si se corresponde con la imagen. El hecho de que Édouard y Guerric encontraron el lugar para la música en la película me ayudó enormemente. Tenía dos semanas para componer la música, entre una gira y otro proyecto, así que tenía que ser preciso y eficiente. Como dije, una vez nos dimos cuenta de que el violín era la representación de su voz interna, todo encajó en su lugar.

P.: ¿Cuál fue la influencia de la música tahitiana (tambores, coro de Tahití...?
W. E.: No hubo influencia, hubiera sido deshonesto y engañoso. Dicho esto, en la última pieza de la película, incorporo un coro tahitiano que se presenta anteriormente en la película.

P.: ¿Cómo evoca uno la pintura musicalmente?
W. E.: Al principio, descubrí que el violín parecía representar la voz interior de Gauguin, y que lo acompañaba en momentos de revelación personal a lo largo de la película.
Comenzó de una manera frágil y se hizo más fuerte y más lírica, luego melancólica.


P.: Para tí, ¿qué no está permitido?

V. C.: Nada está prohibido.


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Texto: VerCine ©

 
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