*.
Contanze le pasó el "Réquiem" que no había
podido terminar su marido a Josepth Leopold Eybler (1765-1846),
discípulo de Haydn y amigo de Mozart, para que lo acabara.
Eybler escribió y completó sólo unas partes
orquestales de la "Sequentia".
*.
Constanze pidió ayuda a Maximiliam Stadler (1748-1833), que
instrumentó los dos movimientos del "Offertorium".
Finalmente acudió a
Franz Xaver
Süssmayr. Éste falsificó la firma de su maestro,
cuyo trazo figura en la parte superior derecha del original.
*.
Se atribuye a Süssmayr el "Sanctus",
"Benedictus" y el "Agnus Dei", así como
la adaptación de los dos últimos movimientos iniciales:
"Lux aeterna" y "Cum sanctis tuis", para los
cuales Mozart había dejado escritas las líneas vocales
y un bajo cifrado. Sólo una es original en su totalidad,
el "Introitus, Requiem aeternam".
*. Otro
de sus alumnos, Freystädter, hizo la instrumentación
que le falta al "Kyrie", excepto las tropetas y los timbales,
que son de Süssmayr. Mozart compuso el "Introitus"
por completo y las partes vocales del "Kyrie", el "Dies
irae", el "Tuba mirum", el "Rex tremendae",
el "Recordare", el "Confutatis" y los primeros
ocho compases de "Lacrymosa". La breve fuga del "Hosana"
es de Süsmayr.
*.
El "Réquiem" ha sido reorquestado por Richard Maunder
y Robbins Landon.
*. Según
la leyenda que ronda a esta obra, fue un encargo. Tal encargo resultó
ser algo tan prosaico como el deso de un aristócrata, el
conde Wassel-Stuppach, por presumir ante sus amigos de haber escrito
una obra a la memoria de su mujer, fallecida recientemente.