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SE QUEDARON EN LAS CAVERNAS
Película Trogloditas, donde empezó todo.
J. G.
(Madrid,
España)
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La historia se repite para los más nostálgicos. El rock español contempla maravillado cómo un grupo dado por muerto renace de sus cenizas. Los Trogloditas, huérfanos de Loquillo, se lanzan al mundo del aniversario videográfico con un documental lleno de palabras y vacío en su atractivo. Mal comienzo para un final que se antoja conocido.
Quieren demostrar que no son unos lisiados sin la presencia de José María Sanz Beltrán; que saben andar sin la dirección de un nombre estelar sino gracias a la aportación común de un grupo dispuesto a no ponerse barreras.
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Había que festejar los treinta años en la carretera, ruptura incluida, para atestiguar que Los Trogloditas no han fenecido. Su actuación como teloneros dentro de los conciertos españoles de sus Satánicas Majestades en 2007 (gira europea A bigger Bang Tour) supuso el fin de un matrimonio entre la banda y su vocalista, Loquillo. Fue un divorcio celebrado con música y éxtasis. ¿Después de la ruptura con Loquillo tocaron fondo? Parece que sí, y con este documental intentan dejar atrás el pasado.
Su nombre se borró de las listas, en las radio fórmulas ya no se escuchaban sus canciones y ni tan siquiera había recuerdo de algún VHS grabado. Los de Vic están dispuestos a vivir una segunda juventud. El trabajo que les reúne, Trogloditas, donde empezó todo, es un pretexto musical para reinventarse, plagado de nuevas canciones. Una novedad para coleccionista en formato de Vinilo+CD+DVD con la película documental Donde empezó todo, dirigida por Juan Arnal. La piel de este presunto manjar no es particular y su contenido no va dirigido hacia nuevos paladares. Se queda en la autocomplacencia aburrida; es menos original que un rosario del Papa en el Vaticano. |
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El interés de sus confesiones dormita desde los primeros testimonios hasta el anuncio final de que estos chicos malos prometen volver con más fuego que antes. Las imágenes, incapaces de despertar la mecha en quien desee profundizar sobre la personalidad de Los Trogloditas, pasan con más pena que gloria.
La formación original de la banda se reúne para hacer perder el tiempo al curioso y para que el seguidor acérrimo suelte la carcajada estúpida de comicidad babosa. Una tras otra, las confidencias se suceden a ritmo de bostezo. ¿Dónde esta la lucidez que mantiene atento al espectador ante un documental? Igual que en su día tres amigos se reunieron en Vic para formar un grupo de rock, treinta años después, antiguos colegas de bolos, con pelos en el pecho, vuelven a arrejuntarse para compartir la moderación que la experiencia les ha proporcionado. Algunos apuntes históricos de Quimi Portet hacen que la curva de atención se enderece hacia senderos de altura. ¡Lástima que fueran tan pasajeros como una tormenta de verano! |
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Los comienzos difíciles se juntan con los excesos ocasionados por el éxito mal asimilado. El abuso de los vicios comunes y caros pasó factura con el tiempo, segando vidas y destrozando otras. El recuerdo a Guille Martín, guitarrista de Desperados y Trogloditas entre 2003 y 2006, es inevitable; las imágenes de archivo lo convirtieron en un recuerdo meloso. Conocieron el triunfo, reuniendo hasta 5.000 personas en un concierto, mientras sintieron el tacto de la obación.
Si algo tiene de interesante este documental es que supone una bofetada a Loquillo y la desmitificación de su figura acaparadora del grupo.
Se echa en falta la exitencia e imágenes que justifiquen su trayectoria; el éxito alcanzado, el ambiente de calor humano y triunfo profesional que han vivido. Nunca es tarde pa volver a empezar. ¡Ya nada será igual! Más que interesar, defraudan. |
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