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LAS VOCES DEL SILENCIO

PALABRAS SOLIDARIAS
Histórico

 

CONCIENCIA MANIPULADORA
"Good", película de Vicente Amorim
JGS

Good, con Viggo Mortensen

Desde el instante en el que movemos una piedra de sitio, o damos un paso, hemos alterado el orden de las cosas. Nada permanece, todo se transforma, hasta lo más efímero. Lo mismo sucede con el comportameinto humano. Nuestra forma de actuar transmuta el orden de los acontecimientos, mudamos de piel sin darnos cuenta, somos cautivos del destino.

La Historia, la bondad y la angustia se pueden transformar en monotonía, poder o decepción. La moral del poder es sibilina y maquiavélica; el hombre, pragmático y terrorífico. Las doctrinas políticas ayudan a instaurar el triunfo del fuerte sobre el débil, algo que rememora conceptos históricos que han manchado la conciencia universal. El ensalzamiento del Nazismo como valor único mató a Europa durante los años treinta y cuarenta del siglo pasado. Sin embargo, la fuerza del poder no respeta el tiempo ni las ideas.

John Issacs en Maurice
...
Viggo Mortensen y Jodie Whitaker

Quienes se sometieron a esa ideología fueron corruptos: por creencia o por interés; por traición, algunos lo hicieron para sobrevivir. De una forma u otra, todos somos golpeados por el puño selectivo del poder. Nadie se salva. Esa supervivencia cambió las vidas de muchas personas, anegando su voz, para someterlas a la del partido. La corrupción sigue acompañándonos de una forma menos sangrienta que la ejercida por la Europa Nazi, igual de ruín. Somos corruptos, en ocasiones invocados por el instinto de supervivencia.

John Halder

Viggo Mortensen se ha lucido en la gran pantalla, quizás por última vez, con una película sobre la corrupción que emana del poder, su manipulación. La historia de John Halder vio como su vida quedó marcada por la impotencia de contradecir a esta fuerza. Mortensen, para ambientarse en su personaje, ha recorrido las localizaciones que éste habría visitado: Berlín, Munich, Varsovia, Auschwitz, Treblinka y Dachau, con la música de Mahler en su cabeza.

Berlín, aproximadamente 1937: los nazis comenzaban su expansión. Alemania ya era un gran campo de concentración habitado por víctimas y verdugos: judios y arios. La contextualización histórica de “Good” levanta ampollas, nunca cerrará heridas. El nazismo se presenta como un Gran Hermano Caín. Así lo descubre el primer cruce de miradas en forma de plano corto de la película, a través del espejo retrovisor: sospecha e incertidumbre. Poder.

La dirección de Vicente Amorim desarrolla la trama de los que se dejan corromper, los corruptores y los perseguidos. John Halder es un profesor que imparte literatura en Frankfurt. El humanismo es su primera dedicación, su familia la otra: una mujer entragada a la música, unos hijos felices y una madre enferma de senectud.

Un alto mandatario nazi se fijó en él al descubrir un libro suyo a cerca de la eutanasia consentida, escrito hace varios años. El principio de la corruptela que vislumbra el film, planteado de forma exquisita y cruda.

Destino: Francia

Los nazis lo usaron con intereses propagandísticos y Halder comienza a sufrir el ascenso en el escalafón político, sin renunciar a formar parte de la Schutzstaffeln, SS, dirigida por Himmler. “Good” es la historia del autoengaño, de cómo Hadler se cuestiona su fidelidad hacia quienes están jugando con él, y de qué manera se va integrando en su estructura como peón mudo. Ni las advertencias de su mejor amigo, el psicólogo judío Maurice, le abren los ojos. Halder permanece ciego hasta que, tras la muerte del General Rudolf von Rahm, peón de Vichy, se desata el linchamiento en masa de la población judía.

Halder estaba obsesionado por la música de un destino tormentoso, intentando buscar la respuesta en Mahler. Contempla asustado cómo le acompaña una sinfonía de voces alienadas y cautivas del poder nazi: obreros sin patria, carne fresca judía recién linchada.

...

Su paranoia musical, que no deja de acosarlo, recuerda a Horst Buchholz, el Doctor Lessing de “La vita è bella”, atormentado por las adivinanzas de Guido Orefice (Roberto Benigni).

...

Su búsqueda de identidad termina entre la peste de los campos de concentración. Una orquesta surrealista, formada por los del pijama de rayas y cabeza rapada, da la bienvenida a los prisioneros en un clima de ironía expuesta sin paliativos. Una orquesta fantasma que hace menos duro el camino hacia su exterminio: la única música que Halder ha reconocido como viva, real. "Good" es un análisis de la condición humana sin escenas de mal gusto, ni evasivas de la crítica más feroz hacia el poder.
Es una historia de hoy.

Good, una película de Vicente Amarim


JGS

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