En este marco avasallador que todo lo engulle, sus vidas resisten las embestidas del momento, aferradas a la ilusión por vivir y encontrar un futuro mejor. Se entrelazan como vidas paralelas que convergen en el desamparo compartido.
Nada deja de ser sueño dentro de una realidad amarga. El paro dialoga con la emigración, la vejez con la rutina laboral, la vitalidad mental con el decaimiento físico, la prostitución con el silencio, los anhelos de mejora con la ingratitud de la realidad. |
“La plaga” no busca sorprender sino contar experiencias por el placer de vivir la intensidad de sus personajes. La esperanza está presente en todo momento sin encontrar el límite entre ficción y realidad.
Los protagonistas se topan con el peso de sus destinos incontrolados.
La soledad de este mundo tiende a crear puentes entre ellos, acostumbrados a relacionarse con el límite de sus fuerzas. El hombre, tan poderoso, se encuentra acorralado por sus temores, sus esperanzas y su trabajo. Esa mezcla de dictado documental con relato ficcionado impone frialdad a una película que no atraviesa la pantalla. |