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PATERNALISMO CORRUPTO
Película "Los exámenes"
J. G.
(Madrid,
España)
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Ficha Técnica |
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Romeo Aldea pertenece a esa generación que fracasó en el cambio de su país. Se trata de un personaje universal, enclaustrado en una trama universal y hundido en su manipulación particular. El futuro de los hijos no debe ser programado por los padres, esculpido con la precisión de un busto personalista. Los rumanos que pueden enviar a sus vástagos a estudiar a Inglaterra se cuentan con los dedos de una mano. Romeo, prototipo del hombre decepcionado con su país, es uno de estos privilegiados que, conscientemente, bordea los límites de la ilegalidad: no se sabe si por el bien de su hija o como necesidad autocomplaciente. Entra a formar parte de un círculo burgués que se esconde tras el disfraz de padre protector. Su actitud, sumisa con la burocracia administrativa, asfixia los límites de la ética, convirtiéndose en depredador moral con conocimiento de causa. |
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El ambiente generado en “Los exámenes” se convierte en irrespirable por culpa de unos personajes mustios. Ajenos a cualquier sonrisa, se manifiestan con gestos sombríos. Son el retrato de una sociedad decadente, sombras sobre un papel interpretativo que languidece por su intensa dejadez. Los protagonistas aparecen planos, exentos de emoción, dueños de una horizontalidad vertiginosa que los identifica con una realidad podrida y amarga. Esta rebeldía, inexpresiva ante el espectador, los encierra dentro de una coraza inexpugnable, transmisora de frialdad grisácea. Cristian Mungiu se sumerge en la nada, convirtiendo la violación de una hija en el pretexto para enviarla a un mundo mejor: al extranjero. Las imágenes son quistes apelotonados que enlazan personas sin un destino determinado; más bien, caminando a la deriva por los cristales de sendas dolorosas (fracasos sentimentales, agresiones sexuales). La corrupción mantiene vivo a un enjambre de desconciertos gracias a su respiración artificial inquietante. |
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El quinto largo de quien dirigiera “4 Meses, 3 Semanas y 2 Días” es la descripción rocosa de una sociedad oscura basada en mentiras. El sentimiento confundido de un padre, incapaz de empatizar con su hija, se enfrenta a la necesidad adolescente de no sentirse manejada. ¿Por qué parece él quien quiere irse a estudiar al extranjero en vez de Eliza?, ¿acaso su violación se convierte en una vergüenza a esconder? o ¿es la punta de un trauma sobre protector? Esta realidad incómoda alimenta el cliché paternal que niega al hijo la oportunidad de equivocarse, entendida como una opción personal que debe probar. Comienza una carrera de sobornos que visualiza la influencia creciente del amiguismo en las instituciones para lograr algo, porque “sólo quien tiene padrino se bautiza” en el mundo civilizado.
Los problemas conyugales son un roto para un descosido, identificando una convivencia enrarecida y embarazosa. Mungiu plantea una continuidad de relatos en los que la proyección de una necesidad paterna se trasforma en obsesión. “Los exámenes” muestra, con la misma intensidad ajada, a la corrupción burocrática rumana en una radiografía de la condición humana. |
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