Entrada a nuestra tienda
To our shop

flecha
Home

 
 
PHOTO

USIK

 

Buscador interno

Loading
pto

.MENÚ
.ZONA GRÁFICA

puntoConcierto 1
puntoConcierto 2
puntoConcierto 3
puntoConcierto 4
puntoRecuerdo 1
puntoRecuerdo 2
puntoBiografías
puntoPasaron
puntoReportajes
linea puntos
ZONA AL DÍA

puntoAgenda
linea puntosAgenda Clásica
linea puntosNoticias
linea puntosNovedades
linea puntos
.ZONA DE OPINIÓN
puntoPágina del Musinternauta
puntoEntrevistas
puntoFrases musicales
puntoCine y espectáculos
linea puntos
.ZONA DE CLÁSICA
linea puntosAgenda Clásica
linea puntosBiografías
linea puntos
.ZONA DE CONTACTO
puntoForo
puntoDe interés social
puntoEnlaces
puntoNewsletter
puntoTIENDA
linea puntos
.ZONA DE OCIO
linea puntosGraffitilandia
linea puntosAnecdotario
linea puntosChistes musicales
linea puntosLetras de canciones
linea puntosJuegos
linea puntosMúsica y salud
linea puntosRADIO
linea puntos
.ZONA DE DESCARGAS
puntoSalvapantallas
puntoProgramas
puntoTonos musicales

pto

 

 
 


 


MUSINTERNAUTA

TU OPINION TIENE UN SENTIDO
Histórico

 


EL SONIDO DESCALZO
(MICHAEL FRANTI & SPEARHEAD.
Presentación de "The Sound Of Sunshine"
Sala Heineken. 13 de octubre de 2011)

J. G.
(Madrid, España)

Michael Franti & Spearhead

Ritmos calientes. Caribe sin canutos. Globos en la sala, el directo de Michael Franti se convirtió en una fiesta donde sólo faltaba la espuma para dotarla de la sensualidad a la que incita su música. Sus palabras recordaron con nostalgia la última vez que pisó suelo madrileño, hace ocho años. La diversión estuvo garantizada, las ganas del artista consiguieron su efecto contagio; la legión de seguidores, minoría selecta, confraternizó con él desde que sus pies descalzos se plantaron sobre el escenario de Heineken.

El sombreo que llevaba le atribuía un aire de peregrino hippy; fiel al estilo rasta, recordatorio de la edad del porro, cuando estaba permitido que el humo campara por las salas y se mezclara con las notas de las canciones. Franti abarcó todo el escenario desde “EDM”; la impaciencia se olía en el gallinero. “¡Este tío ha llenado estadios. Ha llenado estadios!” exclamaban algunas voces entreviendo un lujo histórico. La convocatoria de Michael Franti & Spearhead fue respondida por un aforo medio: cañonazos de jolgorio.

El músico-compositor de Oakland se presentó con la banda que lidera desde 1994. Guitarras nada desdeñables y una batería poderosa que se intercalaba de forma inteligente con la electrónica de Raliegh Neal al teclado. Esta fuerza inicial, de ímpetu interpretativo, actuó con magnetismo sobre el público. Sus largas trenzas permanecían estáticas, reflejando una conexión permanente con el movimiento reggae. Interactividad hacia su audiencia. No se lo pensó dos veces y, con ganas de integrarse en este ambiente propicio a la mezcla, descendió del escenario para pasearse, música y figura, entre el corrillo de entusiastas. Hizo de músico callejero, sonriente y hombre espectáculo. La música de Michael Franti exige complicidad escénica.

Se acompañó de Carl Young, un bajista fuerte de corpulencia y vibraciones; Dave Shul, al mando de las cuerdas eléctricas, fue un manojo de nervios; de sonido más fibroso. La batería potente del nigeriano Manas Itiene avasalló con su ritmo constante, apartado del reggae. El reggae de Michael Franti se mueve por el rap con soltura, cuyos estribillos recordaron a Huey Morgan, la voz de Fun Lovin' Criminals. El concierto fue una incitación al baile. La música despidió ritmo rave y electricidad: batería y órgano en dueto electrizante. “Every body ona move”. La guitarra acústica de Michael Franti sosegó este ambiente enfurecido: es tiempo de reflexionar, aprender del pasado y seguir construyendo. La temática social punzante en estos tiempos de crisis salió de su chistera. “Show Me A Sign” apareció como una flor surgida del asfalto, rebelde; una canción dedicada a los tiburones de Wall Street. Ritmos guitarra impulsados por la batería. La canción protesta dejó paso a la juerga rave anterior.

Michael Franti se apartó del guión perteneciente a un concierto convencional donde las distancias entre artista y público se estrecharon. Raliegh Neal fue el único miembro que parecía estar fuera de este juego danzante. Quieto y mecánico, ni los flirteos de Michael inmutaron su estatismo frente al órgano, en pedestal. Éste se comportó como un entrenado saltimbanqui. Acompañado por una banda sobresaliente, mantuvo encendida hasta el final la llama del movimiento. El suyo fue uno sonido de raíz étnica. “Rise your hands and make some noise” fue la consigna durante su actuación, impulsada por el jazz-hip hop de complicidad ambiental.

 

 

J. G.

La revista Photomusik no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores expuestas en esta sección.
Texto: www.photomusik.com ©
 
<< 2010      < anterior          siguiente >       2012 >>

© Copyright Photomusik.com