Polanski y el Ardor (a veces, escrito Polansky y el Ardor) fue un grupo de música punk que ocupó, con brevedad, el espectro musical español en los años ochenta del siglo XX. El contexto de la movida madrileña le dio un aire fresco y atrevido transmitiendo locura y cierta ansiedad. El guiño cinematográfico al director franco-polaco y sus tocamientos ilícitos con la menor de 13 años de Samantha Geimer podrían resumir el nombre. La intención antibelicista que entraña hubiera cuajado mejor si se hubiese llamado Kubrick y el Sendero de Gloria. La actualidad que está sacudiendo al mundo pone de moda a una banda de culto. Hasta ahora, su sonido ha pasado inadvertido excepto para nostálgicos y amantes de los trallazos que no envejecen. El cuarteto se creó cuando el Telón de Acero existía aún, cuando la política de bloques era realidad y su disolución, un juego que se atrevía a cruzar las líneas rojas de la amenaza. Europa tenía piel estratégica en un tablero diseñado por los despachos militares. Han pasado más de cuatro décadas y la tragedia actual en suelo ucraniano despierta curiosidad sobre un paralelismo macabro. En 1982, un maxi-sencillo titulado Ataque preventivo de la URSS dio prestigio de rebeldía a la pandilla madrileña. La conciencia social poco advertida fue un himno de militancia juvenil ferviente. La presión del NO a la OTAN, el ecologismo naciente y la función reivindicativa de canciones que compaginaban la diversión con cierta responsabilidad comunitaria encontraron su espacio. La letra sencilla, casi dadaísta, expresaba disconformidad hacia un mundo dividido entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte y el Pacto de Varsovia. La desconfianza ante cualquier alianza político-militar era absoluta. Polanski y el Ardor fue el vértice de un ritmo psicodélico y letra absurda en ocasiones. Ambos elementos siempre han resultado efectivos. El rock siniestro estaba trufado de enunciados oscuros y ritmos desbaratados que no invitaban a reflexionar sobre los textos. Ataque preventivo de la URSS, con Leonid Brézhnev como Jefe del Estado de la Unión Soviética, les abrió las puertas de una fama efímera. En su melodía se escucha Lanzar un Yakovlev ocho con misiles. Putin los ha sustituido por los cazas Sukhoi Su-35. La premonición de este punk maldito forma parte del relato político. Aquella canción se pone de moda en una oración donde sujeto y predicado cambian de significado.
La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas ya no existe y los asaltos de Rusia se han convertido en asedios. Ataque preventivo de la URSS se llama, ahora, Ofensiva incomprensible (y previsible) de Rusia. Los tres únicos álbumes de estudio producidos tienen títulos expresivos: los maxi en formato sencillo Ataque preventivo de la URSS, Bailando en el alambre y Chantaje emocional: un vinilo de 12 pulgadas iniciado por la simbología militarista de Cruzando El Rubicón. Lo bailable camina junto al pánico de una conflagración mundial. La visión apocalíptica sigue en Las Venas De Mi Amigo Están Ardiendo. No falta la guerra fría con Cielo Rojo Sobre Poznan. Quizás Chantaje emocional haya sido una aportación visionaria que, por desgracia, contiene una lírica tan danzarina como certera.
La actualidad les ha puesto en el candelero junto a un nombre propio (desmedido y peligroso): Vladimir Putin. Putin ha lanzado un ataque ofensivo, Putin ha atacado el lado directo de las emociones con la batalla para imponer la paz del vencedor, Putin está bailando en el alambre mientras pone en jaque al mundo entero comenzando por Rusia. Putin es un autócrata, sin la dimensión histórica de Iván el Terrible, a quien las emociones ajenas le importan un bledo. Un nostálgico del zarismo que busca reescribir la historia con la fuerza de la opresión para recuperar la Rusia blanca. Putin es el anfitrión de un The Horror Picture Show particular. Su fanfarria armígera es atronadora.
Polanski y el Ardor, tras ganar el primer premio del II Concurso de Rock Madrid-Región, ficharon con Ariola. El hecho de que la discográfica desechara la edición de las maquetas, grabadas con Peter McNamee para su segundo trabajo, facilitó su final a mediados de 1984. Ataque preventivo de la URSS siguió sonando en un disco homenaje al programa radiofónico Esto no es Hawaii junto a la canción inédita La noche. Sus versiones han corrido por la boca de Cycle, se han incluido en la caja recopilatoria Bailando en el alambre o en Eric Fuentes / Barcelona, el álbum triple de Eric Fuentes (vocalista de los desaparecidos y The Unfinished Sympathy).
Recordings From The Other Side, el subsello de Everlasting Records, publicó en 2006 una caja recopilatoria con dos CD y un DVD titulados Bailando en el alambre con grabaciones de ensayo, maquetas de lo que iba a ser un disco nuevo, material inédito y algún vídeo. Polanski y el Ardor, liderado por la voz y guitarra eléctrica de Víctor Manuel Muñoz Vázquez, culpaba al militarismo de las escaladas bélicas, tenía la mosca detrás de la oreja antes de que Putin apareciera. En más de una ocasión, igual que reflexionamos ante la lectura, deberíamos analizar las frases de las canciones que escuchamos. Polanski y el Ardor se cuestionaba ¿Qué harías tú en un ataque preventivo de la URSS? Después de lo visto en Kiev, me pregunto con una incomodad que nos hace partícipes de la catástrofe: ¿Qué deberíamos hacer frente a un asalto letal de Rusia contra Ucrania como prólogo de una agresión mundial?
