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ALARMAS MUSICALES
La cultura se moviliza para seguir escuchándose
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German Copinni y Golpes Bajos versionaron el poema de Bertold Brech, ante el avance del nazismo, pronosticando ‹‹malos tiempos para la lírica››; la situación actual de la música no augura buenos momentos para el sector. La creatividad es una rama del árbol que sostiene negocios, ideas que generan puestos de trabajo y estabilidad cultural. Un concierto da de comer a mucha gente. Para que los músicos hagan pasar una velada apetecible al público ha habido un trabajo previo: gente funcionando como una maquinaria perfecta para alcanzar el sonido e iluminación óptimos. Las bambalinas de este mundo son las grandes desconocidas del espectáculo; es la parte ignorada por el espectador que incluye el precio de su entrada.
El coronavirus no entiende de categorizaciones artísticas ni profesionales. Los ingresos han ido mermando desde que esta primavera trastocó los esquemas sociales. Los gastos fijos para las empresas que hacen caja con las entradas musicales no conocen pandemias, no perdonan. 2020 es un año para el recuerdo sombrío en su actividad, un tiempo para evaluar las fisuras en la industria cultural que no puede repetir el mismo traspié, entendible por su novedad. |
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La insuficiencia de ayudas gubernamentales está obligando a cerrar locales. ¿Falta dinero y sobran salas? Esta pescadilla que se muerde la cola tiene hambre en momentos de crisis, sobre todo si los apoyos sectoriales escasean. Todos queremos más cuando hay menos. El sector de los eventos está pidiendo una reactivación de su actividad. Las subvenciones solicitadas llaman al Gobierno de España y a los Ministerios responsables (Trabajo, Hacienda, Asuntos Económicos, Cultura y Deporte e Industria) a tomar medidas urgentes para garantizar su supervivencia. Las demandas económicas se hacen extensibles al apoyo sanitario en lo referente a las medias de cobertura social a los empleados. Estas deberían favorecer la prevención de accidentes laborales. La muerte de dos trabajadores, de 38 y 44 años, mientras desmontaban el escenario de los Rolling Stones en el Vicente Calderón de 2016; el deceso de un acróbata en el festival de música Mad Cool en 2017, poco antes de la actuación del grupo Green Day y el fallecimiento de un operario durante las Fallas de 2019, en el jardín de Viveros, son ejemplos llamativos de que el peligro sigue acechando. |
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La regulación de un convenio laboral a nivel nacional es básica para avanzar en las responsabilidades de las partes involucradas. Se pide el amparo y la representatividad de un sector que representa el 3,8% del PIB español y crea 700.000 puestos de trabajo relacionados. La industria musical se sostiene gracias a las organizaciones, asociaciones, plataformas, federaciones, foros, salas de conciertos, oficinas de gestión, promotoras, productoras discográficas, locales de ensayo, estudios de grabación, personal auxiliar, distribuidores, equipos de alquiler, logística, orquestas, feriantes, artistas profesionales, músicos, servicios eléctricos, montadores, proveedores y barras en fiestas así como cualquier estructura vinculada a este campo. Unas negociaciones serias deberían trazar la línea por donde derechos y obligaciones circulen sin ocultismos. |
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La alerta roja está sonando en un espacio económico que lleva medio año parado con perspectivas oscuras para su reintegración en un mercado tocado por el virus. La pandemia no ha despertado impulsos concretos de la Administración adaptadas a la vulnerabilidad de este tejido productivo. Mientras los movimientos solidarios inundaban las plataformas digitales, el Global Day sirvió para dar voz a un entorno impactado por la crisis de la Covid-19 que precisa un plan de rescate para garantizar la supervivencia de muchas familias. Las movilizaciones en Norte América y en el Reino Unido dieron a conocer la propuesta iluminando en rojo portadas e interiores de edificios vinculados a la música. La fachada del edificio Soñar en la Ría de Olabeaga, Bilbao, obra del artista @spyurbanart, permaneció así el día en que se convocó una concentración en 23 ciudades españolas bajo los lemas: #alertaroja #alertagorria #redalert #hacemoseventos #ekitaldiakegitenditugu #wemakeevents. |
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El movimiento promotor de esta jornada reivindicativa, Alerta Roja #HacemosEventos, fue reconocido con el Premio Ondas 2020 como fenómeno musical del año en defensa de un campo pasto de la sequía institucional. La supervivencia del circuito creativo de los compositores, cantautores, bandas y solistas ¿está tocada de muerte? |
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Texto: www.photomusik.com
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