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LA RETIRADA FANTASMA SILENCIOSA
Obra de teatro "Ligeros de equipaje"
(Teatro del Instituto Francés, Madrid)
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El arquitecto alemán Mies van der Rohe abanderó el minimalismo a partir de la frase ‹‹Más es menos››. Sus palabras se pueden aplicar con rigor histórico a la obra teatral Ligeros de equipaje. La dirección de Jesús Arbués nos traslada hasta 1939 en la frontera hispano-francesa cuando los Pirineos se llenaban de republicanos forzados al exilio en una caravana de hormigas con el hogar destruido. El ambiente sombrío de una época oscura en el pasado vívido español se respira por los poros de su supervivencia. La historia toma la palabra entre recuerdos dolorosos y diálogo generacional de lo experimentado con el ansia por descubrir una época desconocida. Este espectáculo conducido por dos voces, Pedro Rebollo y Javier García, es un pulso entre las identidades que dieron vida a la intrahistoria de la Guerra Civil Española: el republicano vapuleado convertido en relator protagónico, la madre que busca salvar a su bebé, el ratero que hace de la rapiña su modus vivendi en esta marcha en cuartel o el soldado franquista que abraza ciego el triunfo ideológico en una acuarela de tonos desvaídos.. |
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La población civil se mezcló con restos del ejército republicano en una retirada humillante. Unos murieron en el intento, otros no volvieron nunca, la mayoría portó las cicatrices de una derrota amarga que huía del pánico. Fueron personas calladas escapando de una España fragmentada por la persecución franquista a través de un túnel negro convertido en pesadilla a cielo abierto, vestidas con su único traje de domingo. Las heridas sin cauterizar cosidas con una anestesia moral fabricada en el laboratorio del golpismo fascista se reproducen de manera introspectiva.
El éxodo de 30.000 republicanos con los hombros caídos, el peso de la miseria, la injusticia, la incertidumbre y el estereotipo del español reniega de su fosilización mientras Europa les abría las puertas con sorna humorística. |
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Después del enfrentamiento fratricida, el entusiasmo por la vida circulaba sobre una vía muerta mohosa de salud democrática. La España de los dos bandos vuelve a recordar las diferencias entre víctimas y vencedores respirando frío húmedo e invernal como emigrantes empujados por la espada del nacionalcatolicismo invasor. La memoria histórica existe para cada una de las partes, los perdedores han sido arrasados y Ligeros de equipaje mantiene despierta su voz como narración descriptiva sin pelos en la boca.
A pesar de una escenificación condensada, esta representación teatral de impone su insuficiencia dramática más confortable en la lectura dramatizada. El enganche teatral huye del realismo, la dicción se pierde, la comunicación verbal se repliega en una posibilidad frente a una recreación artística reivindicativa. |
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Antonio Machado decía: ‹‹Peor que ver la realidad negra, es el no verla››; para Elías Canetti, ‹‹La historia se compone de días adulterados››. Por eso, olvidar ambos factores (realidad e historia) es rechazar nuestro pasado sin asumir sus consecuencias. Ligeros de equipaje, con sus defectos humanos, ayuda a reflexionar sobre un momento oscuro que no puede ser enterrado en el sofá familiar ni dormido con la morfina del silencio tergiversador. |
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