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EL R.I.P. DEL DEPORTE SOCIAL
Marisa Ojeda
(Madrid, 6-3-2008)
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La "Misa de requiem" es un ruego por las almas de los muertos, que tiene lugar antes del enterramiento o en las ceremonias de conmemoración.
No estamos ante un cadaver, pero algo empieza a oler a difunto. |
Paseo por la incierta zona, entre Ventas y Pueblo Nuevo, próxima al cementerio. Ha sido un día apagado tras semanas de luz. La tarde se ha ido borrando y, paso a paso, me interno en la oscuridad.
El patio del polideportivo de la Almudena, en plena noche, tras la luz hiriente de los faroles, devuelve un toque de fantasmagoría e irrealidad. Cruje la gravilla. Paro. Aguanto la respiración. Observo entre la alambrera: un puñado de tiendas de campaña se levantan decrépitas sobre el gris de la grava. ¡Insólito lugar de acampada! Algo se mueve en su interior.
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Insólito lugar de acampada. |
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La fachada, como libro amigo, desvela el misterio que los focos, inmisericordes, pretenden ocultar. Un mudo cartelón de tela pende de la azotea: "Catorce dias encerrados".
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Sí, desde el veintiuno de febrero, un grupo de personas está recluído en el recinto de la Almudena para protestar por la transferencia de los derechos de gestión de este polideportivo municipal a una empresa privada. Aquí trabajan mas de cuarenta empleados que perderán su trabajo con la privatización de las instalaciones.
No es un caso puntual: polideportivos, centros culturales, juveniles, centros de mayores, sanitarios... Todos los servicios públicos van cayendo paulatinamente en manos de empresarios avezados o amigos del político de turno.
Los trabajadores de los centros ven peligrar su trabajo o, en el mejor de los casos, aumentar sus horarios, cambiar sus destinos y disminuir los salarios. En su lugar, personal de contrata, sin preparación, en situación de extrema precariedad y sin ningún apoyo, se ve obligado a trabajar en condiciones casi insoportables, ofreciendo unos servicios de ínfima calidad.
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| Juan Bravo, delegado de Hacienda del Ayuntamiento de Madrid, aseguró, en una reunión de negociación del convenio de trabajadores municipales, que no privatizaría ningún centro que ya estuviera en marcha y en el que trabajara personal del Ayuntamiento. ¿Por qué privatiza el polideportivo de La Almudena? ¿No sirve lo que prometió hace menos de una semana? |
Cada instalación municipal construida cuesta un dinero que sale de los bolsillos de todos y cada uno de los ciudadanos que viven en Madrid. No importa. El esfuerzo es necesario; vale la pena. Necesitamos espacios de ocio, de deporte, de encuentro. Todo eso hay que pagarlo y se paga. Pero... ¿emplear nuestro sudor y nuestro dinero para que alguien con pocos escrúpulos regale a otro, como si fuera suyo, lo que es exclusivamente nuestro...?
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¿Cuándo se enterarán estos personajillos, de que los hemos elegidos y les pagamos, para cuidar, mejorar, ampliar, nuestro patrimonio? Que administrar no es apropiarse; que gestionar no da derecho a regalar.
¿Pagamos para que nos estafen y nos roben? ¿Consentiríamos eso mismo con nuestro patrimonio individual? ¿Es que lo colectivo, por comunitario, es menos nuestro? |
| En el pliego de condiciones económicas de adjudicación, el Ayuntamiento establece que "si hubiera déficit, en los próximos diez años, se darían dos millones y medio de euros a la empresa adjudicataria". No es mal negocio. Obtienes unas instalaciones nuevecitas, que han pagado otros, por cuyo uso vas a cobrar a esos mismos que las han pagado y, por si falla el asunto, dispones de una claúsula que te garantiza, no las pérdidas, si no las ganancias. ¿Qué empresario no daría su brazo por semejante bicoca? |
| Cada año suben los precios de unas actividades que el consistorio debía fomentar, promocionar y subvencionar. Cada año nos vemos avocados a sufragar los grandes eventos deportivos y los grandiosos espectáculos que, aun estando bien, sólo pueden disfrutar unos pocos -los privilegiados con enchufe y acceso a invitación y los sufridos que chupan horas de cola para conseguir una entrada. Los demás, al sillón, a verlo en chiquitito y a almacenar grasa en la cintura. Honor y fanfarria para las autoridades. |
Sí, desde hace quince días, unas personas se han encerrado y duermen sobre sacos que denuncian las imperfecciones del suelo; nuestros asalariados, a los que pagamos para que trabajen para nosotros, duermen a pierna suelta en casas calentitas sobre relajantes colchones de látex.
Éste es el intento de unos cuantos por recuperar lo de todos. Demandan un poco de apoyo. Solos no conseguirán demasiado, pero muchas voces se oirían mas lejos. Es sólo un gesto, un mero símbolo para llamar la atención, para despertar espíritus adormilados y costumbres acomodadizas. Un revulsivo para la enfermedad de la indolencia. Ante el mangoneo, nos estamos habituando a la pasividad. Dejar hacer exige menos esfuerzo. |
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| El polideportivo de la Almudena es un solo ejemplo de la larga lista; quizás no se salve. Ya hay tufillo a difunto. Desde que la palabra dada tiene menos peso que una pluma en el aire, los efluvios de muerte emponzoñan el ambiente. ¡Ojalá no tengamos que decir, como en el " Introito": "Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis"!; O sea: "¿Mataste la burra?: pues que Dios nos coja confesaos". |
| El seis de marzo, último día de encierro, hubo un paro general en los centros del Ayuntamiento y una manifestación a las puertas del Polideportivo de la Almudena. Muchos madrileños despacharon la pereza y se unieron a la protesta. |
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