He estado revisando algunos informes sobre la exportación española de armas. Exhala un tufillo...
No lo puedo remediar: me huele.
Ya apesta el hablar de estos artefactos pasando de mano en mano y con dinero por medio. Me huele.

En 2006 se duplicó la exportación española de armas respecto al año anterior y en 2007 aumentó “solamente” un diez por ciento: un millón de euritos de nada. ¡Psa! "Pa comprar un poco desodorante".
Total: ¡para estar en el octavo puesto en venta de armamento!
Menos mal que en el 2008 nos desquitamos y hemos conseguido llegar a los dos mil millones. Además, no olvidemos que tras el 2008 llega el 2009 y el 10 y el 11 y... Pero claro, si el gobierno dice que somos un exportador modesto... ¡Qué panorama!: ¡habrá que arrimar el hombro para subir puestos!

Vendemos a Colombia, Haití, India, Estados Unidos, Indonesia, Pakistán, El Salvador, Omán, Maruecos, Israel... y otros treinta y seis sitios más en donde NO pasa nada. ¡Uf!, ¡que peste!

¡Hay que ver lo que consume el África Subsahariana en safaris!: en 2007, trece países de esta región nos compraron armas de caza y tiro deportivo, con sus correspondientes municiones, por valor de siete millones de euros. ¡Luego dicen que el comercio exterior no es rentable!
Ghana, ella solita, se llevó más de la mitad de esa cantidad. ¡Y eso que parece ser uno de los países más pobres del mundo! ¿Será que rinden más sus 2.600 dólares de PIB per cápita que los 32.000 de España?

Luego está lo de las estadísticas oficiales, que no coinciden con el asiento de aduanas ni con el registro que entrega el gobierno a Naciones Unidas. ¡Fuera contables! ¡Ya huele!

Dicen que el gasto militar del Estado español para el año 2009 disminuirá hasta un 1,6% respecto al 2008; pero si se contabiliza la inversión hecha por el Ministerio de Defensa y otros anejos, la cifra será mucho más elevada. ¡Huy! ¡huy! ¡huy!

Armas pequeñas, armas ligeras, aeronaves, bombas, cohetes, torpedos, misiles, lanza misiles, granadas, lanza granadas, buques de guerra, obuses, ametralladoras, materiales energéticos, equipos de formación de imagen o contramedida, vehículos de tierra, sistemas de dirección de tiro, municiones, software criptográfico, dispositivos, componentes... esparcidores de podredumbre.

El 98% de las víctimas de las bombas racimo son civiles, especialmente niños atraídos por sus colores brillantes. Unas bombas preciosas y muy fétidas.

Se trabaja para conseguir un tratado internacional que prohíba las bombas de racimo y que incluya la asistencia a los supervivientes, así como la limpieza de sus tierras. Actualmente cuenta con el apoyo de 94 países, entre ellos el Estado español. Claro, aquí lo de la pólvora y el pimpampum mola.

El Congreso de los Diputados aprobó finalmente la nueva ley de comercio de armas que obliga al Gobierno a aplicar los criterios del Código de Conducta de la Unión Europea. Es decir: “Haz lo que yo digo pero no hagas lo que yo hago”.
El tal código de Conducta de la UE en materia de exportación de armas se lo pasa por el forro hasta el mas pintado. ¡Hiede!
Esta nueva ley tiene aspectos positivos, como la prohibición de venta de armas a países en conflicto y donde se violen los derechos humanos; también algunos negativos, como la ausencia de obligación del Gobierno a dar información detallada del producto exportado. Seguro que sólo están vendiendo toallitas perfumadas, pero... ¿a quién?

A nivel internacional, se celebró la buena noticia del avance de las negociaciones para lograr un Tratado conjunto sobre Comercio de Armas. Ciento cuarenta y siete Estados miembros de la ONU apoyaron el seguir el proceso para alcanzar un tratado internacional que se base en los derechos humanos. SÓLO Estados Unidos y Zimbabwe votaron en contra, pero... apesta a caca. Habrá que pedir ciento cuarenta y siete pañales de recambio.

El Gobierno español, en este asunto, está resultando un poco hipocritilla:  por un lado, dice poner las consideraciones humanitarias en primer lugar; pero, por otro, no es partidario de prohibir ciertos tipos de armas, con supuestos avances técnicos y que, casualmente, coinciden con los que fabrican algunas empresas españolas. ¡Puf! En mi tierra, que también, casualmente, es España, a eso se le dice “nadar y guardar la ropa”. ¿De dónde serán estos políticos? ¡Qué peste, qué peste!      

Reuniones en Viena, Oslo, Tlatelolco, Washington, Wellington, Dublin, Lima, Wassenaar, Méjico, Paris, Nueva York... Nauseabundo. Vacaciones pagadas a todo confort. Repugna.   

Cada día un millar de personas muere a causa de las armas de fuego o por la violencia indirecta derivada de la violencia armada. Hay más de 600 millones de armas ligeras en circulación por el mundo. Armas responsables de más de medio millón de muertes al año, incluyendo 300.000 en los conflictos armados y 200.000 más de homicidios y suicidios. Como dice mi amigo Paco: “Que se tenga una, estatal, para los que se quieran suicidar por ese método. ¡Ah! y que pidan hora.  Los que no quieran esperar que se tiren tres veces desde el primer piso”. Husmea hasta el chiste.

Pero mira, dicen los de ANA (Asociación Nacional del Arma) que, piense en si usted, conductor prudente, debería verse privado de su automóvil porque tengamos la desgracia de convivir con estúpidos y asesinos que conducen en sentido contrario o que atropellan a los viandantes. Que piense si realmente el culpable es el coche o el que lo conduce. ANA, cariño, ¿adonde dejas a los que se lucran vendiendo indiscriminadamente a los cuerdos y a los locos, pensando únicamente en lo que van a meter en el calcetín? ¿Lo ves?: huele a pies.

 Este asunto rezuma fetidez por los cuatro costados. FALTA DESODORANTE.