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LAS VOCES DEL SILENCIO

PALABRAS SOLIDARIAS
Histórico

 

EL TEATRO DE LA POLÍTICA INTERNACIONAL
La OTAN se reúne en Madrid con pompa publicitaria

JGS

La cumbre de la OTAN es un mercadillo de ideas que busca el rearme entre escaparatismo circense
 

El mundo entendido como una alianza militar de naciones para sostener la paz es el propósito de la OTAN. ¿La irrupción de focos bélicos a escala global justifica su existencia? ¿Aunque sea para mantener el carácter disuasorio, para advertir a las intenciones agresivas la presencia de un oponente duro? ¿Para hacer sentir seguridad dentro de una órbita política ligada al aspecto geoestratégico? La invasión rusa de Ucrania es la excusa perfecta para que las opiniones pro-OTAN apoyen su presencia. Siempre habrá locos como Vladímir Putin que justifiquen su carisma ¿defensivo? Este organismo castrense trabaja con la sutileza mientras algunas naciones creen que la norma pacificadora a través de las armas nos viene de serie. También se ha saltado la ley cuando su secretario general, Javier Solana, ordenó el bombardeo contra territorio serbio, sin contar con una autorización del Consejo de Seguridad de la ONU. En arreglo a la Carta de las Naciones Unidas, dicha actitud puede considerarse como una agresión contra un Estado soberano. Después de que los miembros de la OTAN activaran el artículo 5 de su Tratado fundacional, George W. Bush ignoró la acción conjunta, dicho de manera fina, al declarar una guerra unilateral al terrorismo islámico.

Es verdad que la OTAN cubre misiones de riesgo alto en calidad de protector humanitario, sirve para ayudar frente a desastres naturales sin separarse de su sombra acorazada. La presencia pacífica y disuasoria de su armamento no garantiza la paz sino la autodefensa, asegura el miedo del hombre y la incapacidad por alcanzar acuerdos a través del diálogo, insostenible a veces. La fuerza, aunque sea pacífica, siempre está en medio. Los gobernantes necesitan reunirse para fumar una pipa de la paz conjunta que revitalice estructuras dadas por muertas, como la que ocupa esta reunión. El conflicto ucraniano ha aupado una cotización abocada a su quiebra moral y representativa.
La contienda desencadenada por el autócrata del Kremlin ha abierto varios frentes, desde el belicoso en suelo de una república semipresidencialista hasta el diplomático en el Cuartel General Supremo de las Potencias Aliadas en Europa, y el económico expandido por todo el continente. Mientras la batalla se dispersa a nivel universal en forma de macro y micro estallidos, el circo refinado de una organización político-militar desembarca en Madrid. Muchos nostálgicos de los años ochenta desempolvan consignas guardadas en el recuerdo como Otan no, bases fuera. Las chaquetas de pana de algunos dirigentes pasaron a lucir líneas de diseño con tacto de sastrería. Las marchas desde Madrid hasta Torrejón de Ardoz tomaban los tres carriles de la autopista de Barajas pacíficamente; estaban en el ADN de una juventud combativa, embadurnada de rojo comunista, como diría Isabel Díaz Ayuso. Eran caminatas en las que luchadores contra el franquismo se codeaban con ecologistas barbudos que comenzaban a levantar la voz. El mismo personaje les calificaría de antisistema. Las delegaciones del Pacto Atlántico aterrizan lejos y cerca de la herida que el tirano ruso ha derramado sobre un continente fracturado. Cinco mil asistentes arrastran un espectáculo que tiene mucho de elefante ruidoso con sombra intocable. Luego, las entidades provida dicen que el concepto de familia está muriendo en el mundo.

Los medios de comunicación, aconsejados por La Moncloa y sus asesores, alertan a la población civil madrileña de que su vida se va a ver alterada por un ciclón. Proponen despejar calles principales para maquillarlas como circuitos automovilísticos de limusinas que se saltan cualquier semáforo. Recomiendan sanear las zonas perimetradas. Nos sugieren que tomemos el transporte público, gratis durante tres días según el alcalde José Luis Martínez-Almeida. ¿Gratis para quién, si un porcentaje alto de sus convecinos tiene abono transporte, que cuesta un riñón? ¿Gratis para los acompañantes que vienen a hacer turismo en vehículo oficial? Las arterias principales tienen que permanecer limpias de monopatines varados en las aceras y vehículos sospechosos que la grúa municipal no ha retirado por... ¡qué se yo el motivo! Esto suena a activación de la ley franquista contra vagos y maleantes, a limpiar aceras en momentos puntuales para dejar que Míster Marshalll vea un Madrid impoluto y seguro. Si los malos te la quieren colocar, ya tenemos el 11S. De alguna manera hay que justificar el gasto defensivo y la preparación de la Policía Nacional. Seguro que las calles de la capital de España estarán menos agitadas por alborotadores que su nombre en las redes sociales. La ciudad debe adaptarse a las exigencias del invasor. ¡Hombre!, tiene su lógica por si un atentado contra este turista de élite lo tiñe todo de sangre. Cuantas menos víctimas inocentes, mejor. Otros ya saben que esa contingencia va en su sueldo. Lo siento por los guardaespaldas.

La OTAN decide por segunda vez que Madrid repita como sede de sus encuentros multitudinarios. La primera fue en julio de 1997, con José María Aznar como anfitrión. El desembarco de estos dioses carnales que dirigen el mundo es una farándula con puñales escondidos en la espalda. Putin es el enemigo común capaz de reunirlos para conseguir una sintonía que nos haga verlos como hombrecillos preocupados por los demás.
El séquito del ejército imperial es un hormiguero que, según la hostelería, se dejará medio millón de euros en el sector de la restauración durante las cuarenta y ocho horas que permanezcan en tierra de San Isidro. Y eso aunque venga a gastos pagados. ¿Sus correrías culinarias se centrarán en los huevos estrellados de Casa Lucio, los calamares del bar El Brillante, las tapas de diseño con firma de autor, la tortilla de patata y humus? ¿Pedirán ryba (pescado frito en huevo y harina horneado con setas, queso, y limón)? Mientras tanto, a los plebeyos sociales nos obligan a ir de casa al trabajo y del trabajo a casa como robots temerosos de nuestra sombra. ¡Que le digan al dueño de un negocio cercano a Ifema que estos días toca teletrabajar! ¿Dónde está Ayuso y esa idea de libertad defendiendo a los trabajadores contra restricciones impuestas por socialistas? El confinamiento regresa por tiempo limitado.

Las cabezas pensantes de la OTAN se envuelven en charlas sobre los designios mundiales basadas en el rearme. Vienen para ponerse más cuchillos en los dientes como el Rambo cibernético que están dispuestos a engordar. La tierra es una pelota de golf cayendo por el agujero de la imbecilidad humana mientras eso que llaman política de bloques vuelve a aparecer. ¿O es que nunca desapareció? Hay que armarse para combatir a los dictadores, coordinarse para defender el pluralismo. Pero, ¿qué sucede con los déspotas colocados por potencias defensoras de acrónimos democráticos? Por algún cabecillla de la coalición. El documento estratégico redactado durante esta reunión plantea un mundo más peligroso con Rusia y el terrorismo como principales lacras a combatir. ¿La OTAN se ha convertido en el mal necesario mientras se pide más munición? ¿La población se cuestiona la pertenencia seria a su estructura o se deja llevar por la inquietud actual? ¿Cuántos creen que la integración ha traído cosas positivas a España? ¿Las conocemos?

A las reuniones del Politburó soviético asistían cientos de individuos que se dedicaban a escuchar entre marcialidad escolar, y aplaudir con estruendo multitudinario. Como si fueran el clamor de una nación. A parte de las comitivas que cada delegación engancha al carro de la representación (seguridad, traducción, ¿cocinero?), se ha habilitado un centro internacional de prensa con capacidad para mil quinientos periodistas que rastrearán los pasos del planeta OTAN. ¿No agobia?
Para que esta cumbre no hubiera dado motivos de crítica barata, sus cerebros protocolarios podía haber instalado el cuartel de operaciones en Los Monegros. La meditación es más efectiva en este desierto que entre la contaminación matritense. Allí no molestarían ni serían molestados. A ver si, entonces, también se hubieran apuntado a la excursión cinco mil personas. Los honorables Jens Stoltenberg, Ursula Von der Leyen, Charles Michel, Joe Biden o Pedro Sánchez podrían haber regado con sus conocimientos esas tierras tan áridas. Lo que pasa es que a estos mandatarios de altos vuelos les gusta montar el escaparate allá por donde van.

 


JGS

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