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LAS VOCES DEL SILENCIO

PALABRAS SOLIDARIAS
Histórico

 

HENRY KISSINGER, UN PERSONAJE POLIÉDRICO
Un siglo lleno de controversias
JGS

El político Henry Kissinger muere a los cien años de edad
 

Cuando figuras con un poder arrollador tan grande llegan al final del agotamiento físico, la huella de su presencia queda como impronta de una labor con luces y sombras. Henry Kissinger fue una de esas personalidades. Alguien de dudosa limpieza moral. Alguien importante por lo que el destino le tenía preparado, no siempre cercano a la bondad ni mucho menos a la honradez. Siendo un hombre prestigioso en la mediación internacional, yo apenas alcanzaba a entender el significado de sus actos, la naturaleza de las actividades en las que se encontraba inmerso. Expresiones como paz, protección nacional, Vietnam, haz el amor y no la guerra o crisis del petróleo removían la mente de un chaval que aprendía a caminar mentalmente entre noticias que convertía en hemeroteca particular. Henry Kissinger aparecía por todas partes como sujeto transcendental, como modelo a seguir, como paradigma global. Hablamos de una adolescencia que gustaba hurgar en la información con hambre periodístico e intelectual. Alguien que disfrutaba descubriendo nombres para sentirse integrado en las conversaciones adultas. Alguien que, en busca de la objetividad como su piedra filosofal y, sin intoxicación informativa, confiaba en el sentido común ajeno a la politización ideológica. Alguien que no hacía de la subjetividad opinante un arma de guerra con la que se puede asesinar justificadamente. Alguien que saboreaba una frescura irrepetible.

Corrían los años setenta del siglo XX y Henry Kissinger lo era todo para los telediarios, como se llamaba antes a los avances informativos. También focalizaba las miradas de figuras que, cerradas en sus paraísos democráticos, aspiraban a sacarse una foto de las Azores con menos propaganda mediática la actual. En 1994, Henry Kissinger publicó el libro La Diplomacia, propulsando las directrices que finalizarían la Guerra Fría para establecer el nuevo orden mundial. Sus resoluciones estaba en todas partes y en ninguna, como buen camaleón político que supo apoyar y derrocar. Su labor gubernativa le granjeó enemigos que, gracias a una longevidad generosa, ha visto cómo caían por el camino de la mortalidad contra la que él tenía la batalla perdida. Fue controvertido como secretario de Estado durante los mandatos de Richard Nixon y Gerald Ford así como en su papel de consejero Nacional de Seguridad durante toda la presidencia inicial del primero. Kissinger defendió la política de la distensión con la Unión Soviética y China, país con el que restableció relaciones comerciales. El viaje secreto que realizó en 1971, además de convertirle en el primer funcionario norteamericano en pisar la nación asiática, allanó el terreno a Nixon para su visita un año después. Cinco décadas más tarde, el gigante asiático fagocita al mundo. ¿Acaso Kissinger comprendió la necesidad de una relación estable con una potencia emergente? Seguro que se hubiera unido a Xi Jinping para hacer negocios gracias a su olfato. Su anticomunismo se basó en un pragmatismo estratégico que anteponía los intereses estadounidenses como arma para debilitar a la URSS en una estrategia de acoso silencioso y derribo fulminante. El archivo Bettmann / Getty posee un fotografía entre Kissinger y Nixon brindando tras la firma de un acuerdo de desarme con la URSS en 1972. Leonid Breznev se encuentra detrás de ellos con un gesto complaciente sin participar en el brindis, certificando la estabilidad del eje Washington-Moscú-Pekín. ¿Qué se maquinaría más allá de sus gestos?

La consagración al mandato de Nixon hizo de Henry Kissinger una figura indispensable en el Gabinete republicano. Sobrevivió a varios cambios de gobierno mientras se desconocía el alcance de su poder en la casa Blanca. Fue un secreto que se llevó a la tumba. La gestión atropellada que quiso poner fin a la guerra del Vietnam en una película patriótica a lo Roland Emmerich, y su papel en el conflicto del Yom Kippur, le regalaron un Premio Nobel de la Paz en 1973. Kissinger, antes que político, fue un militar sagaz que supo aprovechar su descendencia judeoalemana para ganar puestos en la inteligencia norteamericana. El dominio de la lengua germana le llevó a la sección de Inteligencia Militar de la 84ª División de infantería durante la batalla de las Ardenas, le sirvió como entrenamiento para su carrera política futura, manchada por sombras de ilegalidad intervencionista en la injerencia exterior estadounidense. Perteneció a la escuela de los duros, refugiado en la realpolitik que llevó un país a la guerra por deber patriótico. Él fue quien apoyó el golpe pinochetista contra Salvador Allende. Él impulsó la Operación Cóndor en Sudamérica. Él mostró un desinterés palpable por el problema de Israel, como recogen los papeles desclasificados del Pentágono. El primero de marzo de 1973, Henry Kissinger dijo en una conversación privada con Richard Nixon, tras una reunión con Golda Meir, la cuarta Primera Ministra de Israel, que ‹‹La emigración de los judíos de la Unión Soviética no es un objetivo de nuestra política exterior, y si dejan a los judíos en las cámaras de gas de la URSS, no es una preocupación estadounidense. Tal vez una preocupación humanitaria, mas no estadounidense››. En 2023, Kissinger ha muerto y la ira israelí contra Gaza hierve más que nunca.

Mi mito de juventud imberbe fue cayendo con el tiempo gracias a los beneficios de la madurez. ¿Cómo hubiera actuado Kissinger en el traje de Antony Blinken? Siempre me preguntaré si la concesión del Premio Nobel es equiparable a lo que sucede en festivales de cine con prestigio internacional. Se elige la vía rápida del ‹‹si no hay nada mejor...›› para acabar: ‹‹… que los galardonados estén contentos sintiéndose protagonistas de sus remiendos››. Todo lleno de apocalipsis y resurrección peliculeras. ¿Premio Nobel, y de la Paz, para alguien que apoyo el belicismo derrocando presidentes democráticos con sus guerras anticomunistas? Es indiscutible que Henry Kissinger fue un tipo espabilado e inteligente pero, hoy, con bastante camino recorrido y un poco de materia gris para hacer del análisis entretenimiento, me cuestiono si, además de lo anterior, Henry Kissinger fue honrado.

 


JGS

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