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UNA EJECUTIVA DESORGANIZADA
Película Tentación en Manhattan
J. G.
(Madrid,
España)
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Ficha Técnica |
Video |
Banda sonora |
Banda sonora Zigman |
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Arrancar de una obra impresa pone el listón muy alto para cualquier película. El reto es superado por los mejores... o te hundes en el mayor de los ridículos. Insustancial, anodina, sosa. Esto es Tentación en Manhattan. Una decisión entre el triunfo profesional o la atención familiar, sin tintes dramáticos ni comicidad aparente. El elenco ofrece atractivo que se desvanece en las imágenes. Cremosidad engañosa.
La conciliación ente el trabajo y la vida familiar: una comedia simple que refleja una problemática compleja. Kate Reddy (Sarah Jessica Parker), abocada a la actitud workaholic, recibe bandazos por todas partes. Con la precariedad laboral que está cayendo, más de uno pensará: “yo haría lo mismo”.
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Esta adaptación a la gran pantalla del bestseller escrito por Allison Pearson, La vida frenética de Kate, se divierte ofreciendo una visión superficial de la mujer en el mercado laboral. Lo positivo es que no cae en la discriminación sexista del trabajo, convirtiéndola en motor de una economía gobernada por hombres. El mercantilismo imperante no entiende de sentimientos ni afectividad. Todo por y para el trabajo. La fauna que rodea a Kate en este circo resulta interesante: colegas arribistas que ofrecen su ayuda desintersada cuando el barco hace aguas, amigas perfeccionistas hasta la médula, de estética rectilínea y fría, sin estrías. Bajo este patrón, Momo (Olivia Munn) es un modelo a seguir, anti papillas, eficiente en su trabajo, capaz de exprimir el tiempo hasta lo inexistente. Presa fácil de un descuido tonto en su mundo personal, planificado y pulcro. Un ambiente competitivo y machista como el financiero no es nada sin la presencia de un galán. Jack Abelhammer (Pierce Brosnan) rellena un espacio necesario sin más figura que su sombra. ¿Discreto?... anodino. |
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La familia pesa más que una aventurilla pasajera, hombre y mujer jugando al pescador que busca tensar su caña: Se mantienen los límites, la relación fácil es un avestruz. La tensión doméstica crece en la convivencia que se aleja a golpe de avión trasnochado. Una situación que pone a pulso la elasticidad sentimental. El cortejo de Jack se pasea como la timidez de un adolescente imberbe; Kate, abanderada del pragmatismo entre pañales, en el fondo ama las tartas caseras y los paseos por la hierba, descalza. Las estrellas de Tentación en Manhattan quedan apartadas por lo rutinario de su papel. El nombre de Richard Reddy (Greg Kinnear) evoca a As Good as It Gets y su relación, poco sentimental, con Jack Nicholson. Rompiendo convencionalismos, no se le puede olvidar en Little Miss Sunshine.
Su papel dentro de Tentación en Manhattan sufre los daños colaterales causados por el exceso de trabajo. Se mueve a gusto entre el papel de hombre emprendedor y marido apartado. Mientras su mujer asciende, se produce un desgaste en su figura de interesante evolución. |
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Ni el hecho de que Oprah Winfrey calificara a esta cinta como “el himno nacional de las madres trabajadoras” la salva de la quema. En el mundo de la farándula pesa más quien dice las cosas que lo que se dice. Concluyendo, fueron felices y comieron perdices. Humo barato. |
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