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PEQUEÑO REENCUENTRO CON EL DOLOR CHILENO
Película "Colonia"
J. G.
(Madrid,
España)
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Ficha Técnica |
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Banda Sonora |
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Durante los diecisiete años de dictadura en Chile, el régimen pinochetista arrestó, torturó y asesinó con absoluta impunidad a más de treinta mil personas en una de las mayores violaciones de los derechos humanos. Bajo el nombre de colonia existía un enclave que, encubierto por su acción religiosa y solidaria, se dedicaría a la represión policial. Paul Schäfer fundó Colonia Dignidad en 1961 como una secta poblada por inmigrantes alemanes, convirtiéndose en colaborador de la DINA mientras los abusos se convirtieron en norma dentro de este campo de tortura. Los hechos reales que recoge “Colonia”, enclavada en plena naturaleza alejada de miradas indiscretas, despiertan un recuerdo que sólo los esbirros del dictador chileno consideran cicatrizado. |
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La Historia interrumpe el encuentro entre una azafata y un fotógrafo alemanes, cuyo talento artístico juega la baza del activismo político seducido por la voz de Allende. El golpe de Estado que lo liquidó, ambientado en la Guerra Fría y el nerviosismo popular, trunca este romance dentro de una sociedad al borde de la confrontación civil.
Las violaciones de los derechos humanos, convertidas en ritual, se ejecutaron gracias a la colaboración de perros adiestrados, fieles al caudillismo de Augusto Pinochet y sus órganos policiales. Las calles se convirtieron en ratoneras para el sospechoso mientras el Estadio Nacional cambió el furor deportivo por el odio prepotente de las torturas. El dedo acusador del encapuchado chivato enviará a Daniel Brühl a Colonia Dignidad que, teóricamente, servía como reserva baptista germana. Es la hospedería de la muerte regentada por un antiguo miembro de las Juventudes Hitlerianas, amante de los niños, enfrascado en un espíritu tan mesiánico como violento. Es la antesala del infierno escondido donde sumisión y silencio brillan con la misma luz siniestra; el paraíso de la muerte lenta capaz de anular al hombre. Un mundo inicuo en el que Richenda Carey hace justicia a la dureza de su personaje: una ama de llaves con mirada despreciativa y mente retorcida, a caballo entre el ego desmedido de Paul Schäfer y la inferioridad de la comunidad. |
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Daniel Brühl vive en primera persona el infierno de los abusos físicos convertidos en rutina, donde el machismo se mezcla con la culpabilidad y el fanatismo religioso. La segregación entre mujeres, hombres y niños manipula mejor al individuo.
Emma Watson, bajo el disfraz de novia heroína, se introduce en las fauces del dragón, descubriendo la mazmorra del terror dentro de una historia que abandona el lado político de la trama. El miedo hacia Paul Schäfer, señor del canguelo y la repugnancia que suscita, envenena la esperanza de este gueto tiránico convertido en prisión. Es el día a día de otra dictadura, dirigida por un dios egocéntrico en su propio feudo celestial, al servicio de la dictadura chilena. La tragedia, no sólo presente intramuros, participa de la connivencia extranjera a través de la embajada alemana.
En formato de diario, “Colonia” es la crónica de una pesadilla con un final más novelesco que auténtico. Deja al aire la cara oculta de una vergüenza que merece ser conocida, a pesar de que le falte profundidad en el tratamiento. |
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