El aborto no debería tener nombres propios. Su despenalización es un derecho universal de la mujer que no se respeta. Abortar es sinónimo de matar para la Iglesia, y las mentes conservadoras, que hacen de la política un elemento de manipulación social e ideológica. El aborto carece de fronteras; su abolición también debería ser universal. Se ha convertido en mecanismo clandestino que ocasiona muertes provocadas. Atenta contra la vida porque pulveriza las existentes o deja la huella de un daño irreparable física y moralmente.
El 8 de agosto de 2018, Argentina quedó dividida por el debate de un
proyecto de ley de aborto legal. La Cámara de Diputados pasó el testigo al Senado en su carrera final hacia su despenalización.
La ola verde es el retrato de una batalla irreductible dentro de una sociedad que margina derechos. Este documental, sin polemizar en las opiniones enfrentadas, sirve de plataforma para quienes han sufrido el atropello del aborto clandestino. Los testimonios se escuchan de primera mano; describen experiencias desgarradoras en las que el poder desprecia a la mujer. Los relatos, sin esconder su cara y voz, acentúan el dramatismo de una situación ignominiosa. Son un reguero de explosión social a través de las batucadas y agitación social que hace de la calle una marea cubierta por pañuelos verdes. Las víctimas denuncia una persecución legal. Otras voces, defensoras de la vida, equiparan aborto con asesinato, justifican su postura con el argumento de que donde comen cinco comen seis sin analizar el contexto familiar. La llegada de otra boca, normalmente, trae más dolor que amor.