Quien piense que
Vivarium suena a nombre de urbanización, no va desencaminado. El milagro de la vida no es nacer sino tener un hogar propio. La familia puede esperar. El director irlandés Lorcan Finnegan juega con las palabras en una película inquietante. Lo monotonía puede agobiar y él lo sabe. Es una cinta particular por la suavidad brusca con que trata un tema profundo, actualizada porque es el pan de cada día e inusual por la exposición de su contenido antiutópico. Se barajan paralelismos de habitabilidad: ciudad-nido, Naturaleza-urbanización, apartamento-adosado con jardín. La convivencia se concentra en un juego de casitas.
Las aves expulsan al polluelo del nido para que aprenda a volar; el consumismo en el ser humano le corta las alas de la elección libre y la independencia. La presencia de
Jesse Eisenberg aumenta las sospechas sobre otra película para adolescentes.
Imogen Poots va creciendo como actriz en una madurez sólida gracias a su mirada tan dulce como aterrada. Ninguno de los dos puede evitar que el sueño de adquirir una vivienda en propiedad se convierta en pesadilla antes de que los primeros recibos de la hipoteca lleguen. La pareja ilusionada se topa con el prototipo del hombre que vende futuro y calidad de vida como una máquina a cuerda. Su insistencia pulcra es desquiciadora; invita a salir disparado de ese enjambre vacío para respirar aire puro, sin confinamientos.
La colonia donde van a parar, Yorden, es un lugar desértico y limpio, con nubes estáticas decorando el estado del bienestar. Son globos hinchados dentro de una angustia impoluta. Las casas se repiten con hermanamiento, solitarias. Los callejones lineales son las arterias de una ratonera inmobiliaria. La salida de este mundo perfecto se eterniza con recorridos circulares por edificaciones unifamiliares fantasmas. El equilibrio esconde intenciones desconocidas a caballo entre la felicidad y el campo de concentración. El diseño familiar se rinde al minimalismo en los acabados y colores, lo impersonal lanza aires sospechosos. El paisaje matemático de este complejo inmobiliario carece de lujos.