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POR LAS ENTRAÑAS DE UN VÍDEO CASERO ENLATADO
Película Visión nocturna
J. G.
(Madrid,
España)
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Ficha Técnica |
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La piel debería ponerse de gallina cuando la violación se convierte en sujeto del contexto. Un escalofrío, al menos, obliga a recorrer el cuerpo de quien conoce la noticia sin ser la víctima: el espectador. Visión nocturna se acerca al análisis a caballo entre la experiencia personal y el ensayo visual, ese cine que muy pocos entienden y su creador quiere que la sala sienta. El tinte social cabalga desde el inicio pasando del resplandor a la sombra, de ser una pieza sustancial para la acción a trasformarse en objeto personal de la confesión; la investigación del caso por el peso mudo que Carolina Moscoso da a su testimonio. La narración del forzamiento apuesta por lo informal y arriesgado usando técnicas casi telegráficas. Su viaje en 2009 a Papudo, un balneario cercano a Valparaíso, juntos a varios amigos de la escuela de cine puede servir de catarsis personal y ayuda a no silenciar los abusos sexuales sobre la mujer. La recreación del momento se presenta desgarrador, exige un ejercicio intuitivo del otro lado de la pantalla. El relato de lo sucedido en primera persona presenta la tragedia como una frivolidad adolescente. La recuperación se viste de proceso fugaz, y obligado, para la continuidad del metraje. El pasado se reconstruye en formato de videoinstalación mientras la narración describe un infortunio a base de literatura macabra nada conmovedora. Los dos elementos fusionados representan el impacto del trauma mental que revive el pretérito con intenciones terapéuticas. El contenido va por libre en una senda fría y aburrida. Las palabras acompañan imágenes de laboratorio intercaladas en grabaciones de cámara doméstica. Su modalidad de visión nocturna choca con la luz del día quemando la estampa a propósito, rompiendo formalismos estéticos, acercándose a la metáfora.
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El hincapié en el rodaje descuida la lectura seria ante lo que no se plantea como un infortunio distante, periodístico. La directora es la protagonista, narradora y cámara lanzada a la búsqueda de soplos que recompongan el episodio, ayudada por recuerdos sobre el percance. La directora aparece como el vehículo usado para recomponer la estética de una turbación imborrable. La vida se enfrenta a la muerte femenil. La ordenación del ayer es una forma secuencial de explicar lo acontecido sin rostro. Si en algún momento existe pánico u odio no tienen raíces humanas. Las cartas judiciales son actores que sobrecogen por la claridad de lo relatado.
Quizás para entender Visión nocturna haya que usar las gafas de una sensibilidad especial, sobrehumana. La crudeza del momento queda encerrada en la memoria de Carolina Moscoso. La implicación social de Chile aparece de soslayo como inserto sociológico feminista en la lucha contra la violación y el violador. |
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Texto: www.photomusik.com
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