Los gritos saltan en el espacio y tiempo desde un socorro encerrado. La necesidad de auxilio lanza el testigo en un camino circular con momentos para el dolor y la alegría. El drama de esta angustia sin rostro se traduce en comedia familiar que no hace ascos al humor. El arranque trágico, lleno de misterio, propio de Guillermo del Toro, abandona un mundo fantástico para acercarse a la realidad.
El
santuario de Fortuna Primigenia es un recinto sagrado dedicado a la Diosa Fortuna en la ciudad de Palestrina. El escenario idóneo para situar una historia de amor donde las dosis de fatalidad crecen lentas hasta desbordarse con fuerza volcánica. La irrupción inesperada siempre resulta incómoda a pesar de que Annamaria, la mejor amiga de Alessandro, aparezca sin violencia en una relación gay. Su llegada irrumpe como un huracán amable que se adentra en la normalidad de la convivencia entre él y Arturo. El imprevisto médico se proyecta como hilo conductor del desmoronamiento. La incomodidad desemboca en crisis acelerada por el cuidado de unos niños como un ejercicio de confianza.