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CINE Y ESPECTÁCULOS
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CUANDO LOS GATOS BAILAN Y CANTAN
Película Cats


J. G.
(Madrid, España)

Cats
Ficha Técnica Video    
La génesis de Cats está en la colección de poemas contenida en el libro Old Possum’s Book of Practical Cats (Los gatos sensatos del viejo Possum), de Thomas Stearns Eliot. Los mininos callejeros de Tom Hooper son híbridos generados por ordenador: mitad hombre, mitad animal. Su perfección técnica define Cats como un juego de ordenador con alma y nostalgia. Todo es monstruoso, gigante y desmedido: desde los decorados con diseño de pizarra electrónica hasta protagonistas que, como buenos morrongos, huyen de la socialización. El largometraje es un vídeo musical barroco y británico que trata por igual a adultos y pequeños; un logro técnico no una película grande.
Los gatos se apoderan de la noche londinense decadente entre luminarias fantasmagóricas y estampas de vodevil. La patrulla felina con alma de vagabundo mendigo, vigilante de los desperdicios y suspicaz ante lo desconocido, se apodera de la ciudad con su alma de animal territorial.
 
'Cats'  
Los gatos protagonizan el musical creado originalmenet por Andrew Lloyd Webber

La enésima reproducción de la obra que compuso Andrew Lloyd Webber muestra la fascinación por el mundo noctámbulo gatuno con ejercicios coreográficos repletos de entidad gimnástica. Los números musicales son las piezas de un dominó que encaja personajes vacíos; un sofoco que invita a dejarse llevar por los caminos de su partitura y la indiferencia con mucho maquillaje. Webber crea un lenguaje con su aportación explosiva, un reclamo para atraer la atención hacia una historia sin pies ni cabeza. Victoria (sonrisa deslumbrante y voz limpia) es ese lindo gatito tirado a la basura en el Londres de 1930; Jennyanydots, el mamífero félido perezoso y torpe que recuerda a Gardfield y encaja en las maneras que la actriz Rebel Wilson despliega (no olvidar Una boda de muerte, La boda de mi mejor amiga, Despedida de soltera o Dando la nota); el tipo atractivo que vive en una barcaza en el Támesis; el vago Mr. Mistoffelees; el misterioso Macavity, recuerdo de Nightcrawler en X-Men; Asparagus, el gato del teatro, que había venido como anillo al dedo para John Hurt; el patriarca Deuteronomio. El callejero londinense se convierte en hogar minino hasta que la banda desemboca en el teatro Jellicle Ball como un peregrino de Malasaña. Este cónclave bigotudo busca un mesías que justifique el sueldo de los actores y aspira ascender hacia la Capa Celeste galáctica.
Las interpretaciones se apoyan en pentagramas llenos de teatralidad, Memory y el recuerdo inevitable a Barbra Streisand se salen de esta norma. La presencia de Taylor Swift, a parte de actuar, populariza una banda sonora con dos canciones que no llega a la suela del zapato de la artista neoyorquina. Otro nombre conocido, Steven Spielberg, se descuelga entre los créditos de la producción ejecutiva. La cámara de Christopher Ross (Yesterday) baila danza libre en un viaje por la noche londinense. La dirección de Tom Hooper se postra ante la música de Webber mientras los gatos se mueven a golpe de ordenador, con disfraces pixelados y maullidos metálicos. Catwoman es reemplazada por aprendizas de maulladora educada. Hooper utiliza escenarios panorámicos que el cine reduce a anécdotas de postal.

Grizabella (Jennifer Hudosn), la gata tocada a la sucesión, subirá a la Capa Celeste  
Los felinos ejecutando uno de sus números musicales en la noche londinense

Cats es un espectáculo excesivo que se ahoga en la falta de imaginación donde el mensaje final apesta a moralina familiar; sus protagonistas: una pandilla de compis con cola y bigotes en busca de Don Gato. Mi torpeza sigue buscando un guion que me haga saborearla. A pesar del mérito técnico, imposible de olvidar, la película profundiza en una noche de desmadre que amanece con guiños a Los Miserables en una plaza londinense.

J. G.


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