El nombre Earl Simmons dirá poco pronunciado en singular. Si la siguiente pista se acerca al mundo del rap, alguna respuesta habrán podido descifrar el enigma. Pero si lo emparentamos con el nombre de guerra DMX, la cosa cambia. A los artistas les une un círculo esotérico a la hora de buscarse apodos profesionales. De esta manera, matan una identidad personal que quizás prefieran esconder al convertirse en nombres públicos. Al músico acariciado por la polémica de sus letras y un expediente delictivo abultado (posesión de drogas, crueldad con los animales, conducción imprudente, impago de la manutención de los hijos y evasión de impuestos) le ha llegado su hora con las manillas del reloj de la vida adelantadas. El fetichismo brota con intensidad vitalista en lo que significa el último adiós a un ídolo. Sus seguidores le han preparado una despedida por todo lo alto, nunca mejor dicho. Los asistentes a esta ceremonia excéntrica respetaron al muerto haciendo ruido, entre teléfonos móviles inmortalizando la adrenalina del instante, montándole en un camión monstruoso que exaltaba su presencia minúscula. El féretro recorrió las calles neoyorquinas flanqueado por una comitiva de motoristas sin el espíritu ceremonioso de los Ángeles del Infierno. El cortejo siguió las normas de un entierro faraónico carente de la elegancia egipcia pero con pompa hortera. A pesar de la altura en la que DMX se dejaba llevar inevitablemente, con un envoltorio de superioridad sempiterna, jamás fue tan enano ante una masa alienada.
El revestimiento de la muerte con una carrocería de partida pirotécnica es fetichista y demuestra nuestra necesidad posesiva frente al respeto de la intimidad. Normalmente, se despide a un cadáver; con DMX se honraba al ataúd. Ahora, el acompañamiento iba dirigido a un nombre envuelto en circo callejero, montado a lomos de un vehículo acorde a la energía que no despreció el exceso. Fue un paseíllo cargado de exageración que los amantes de su figura disfrutaron en comparsa. ¿No es esta una forma de implicar al difunto en un espectáculo manipulador, en un festejo terrenal? Impacta más la manera repentina de morir que la improvisación de un adiós carnavalesco.
¿Earl Simmons murió antes que DMX o DMX se marchó como Earl Simmons? Este podría ser un título oportuno para reunir su obra discográfica en una colección que alimentara el mito construido en torno a un acrónimo musical.