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SUAVIDAD CÁRNICA ADORABLE
Película Oink Oink
J. G.
(Madrid,
España)
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Ficha Técnica |
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La fiesta de la salchicha es un emblema nacional que decora la cultura de alguna nación centroeuropea. El olor a butifarra salpica un ambiente que abraza con placer el entorno ecologista. El despertar de una celebración con vínculos chacineros alimenta las disputas que pretenden alzarse con un trofeo cargado de simbolismo. El relato sitúa la acción en cualquier lugar de Holanda, dentro de un jardín modelado en stop-motion, junto a una familia inmersa en la tradición agrícola que, sin llegar a pronunciarse vegana, hace de la comida vegetal su fuente de minerales y actitudes. La aparición de un abuelo olvidado dulcifica una presencia que esconde intenciones poco amantes de las verduras a través de un lechón convertido en regalo envenenado para una nieta embargada por la inocencia de sus nueve años. El obsequio no tiene otro propósito que seducir su madurez desenvuelta para ganarse el corazón con un afecto transparente, y hacer del cerdito la meta de intereses pasados por la picadora. Esta llegada expande un espíritu sospechoso que lo ve como hamburguesa o picadillo, sabe introducirse en el mundo de Babs con tácticas dirigidas por el engaño. ¿Será el precursor de la salchicha vegetariana? Su pasado oscuro le acompaña en este regreso 'amable' para recuperar un honor charcutero. Oink despierta el lado humano de niños que hacen de la responsabilidad un valor alcista aunque, a veces, la alegría escurridiza del animalito se escape de las manos.
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La técnica creativa utilizada por Georges Méliès en 1896 alegra la vista delante y detrás de la pantalla, nos dibuja más afables, genera tramas divertidas que muchas veces se codean con la escatología impredecible. El aroma a Babe, el cerdito valiente es un canto a la expresividad onomatopéyica y vitalista, inocente. Arthur Hoggett, el dueño de aquella granja particular, sentó un precedente al hacernos entender que un cochinillo es igual de válido que un perro o un gato como mascota. Artesanía e imaginación resaltan el valor de una película hogareña, amable, cargada de mensaje sin voluntad adoctrinadora. El modelaje visual crea atmósferas entretenidas, responsables y siniestras, marcadas por correrías que estrechan la amistad, por sus antagonismos a la hora de apreciar la vida del suido. La conexión entre Babs y Tijan construye un cosmos cuya intimidad tiene las horas contadas. |
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Mascha Halberstad presenta una propuesta solidaria que hay que ver con perspectiva sin apadrinar extremismos. La necesidad por educar a Oink conduce a situaciones donde la preocupación por él se topa con claroscuros que van desde el engaño familiar hasta la emergencia climática. Las persecuciones desquician junto a peligros y risas. Oink Oink es redonda gracias a su facilidad por corretear entre la ternura. El mimo con que Halberstad realiza su primer trabajo como directora cuida cada movimiento y cada palabra hasta el punto de que quererlos demasiado no actúa en su favor. El guion de Fiona Van Heemstra, basado en el libro escrito por Tosca Menten, tiene a la sencillez como inspiración. El atractivo de las situaciones originadas posee elementos educativos para el adulto como el cariño hacia los animales o inculcar la responsabilidad que su cuidado implica. La camaradería, el hogar y el acoso a otro ser vivo mueven un largometraje ameno y colorista, marcado por un optimismo que confía en las personas. Más allá de la tecnología utilizada y una narrativa urbanita, el contenido merece una reflexión interna. El consejo publicitario de que debe comerse menos carne está por debajo del amor hacia los animales. |
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