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LAS VOCES DEL SILENCIO

PALABRAS SOLIDARIAS
Histórico

 

BIENVENIDOS A EUROPA
El documental “Stranger in paradise” se acerca a los inmigrantes que acarician el sueño europeo con acierto realista

JGS

Documental 'Stranger in paradise', Documentamdrid 2017
 

Dentro de un orbe regido por el tópico de la globalización, lo importante no es dónde nacemos sino a dónde nos dirigimos durante la vida. Aunque nada más ver la luz nos identifiquen con una pulsera que con los años se convierte en carné de identidad; a pesar de que la fisonomía, la lengua o las costumbres nos hagan pertenecer a una tierra determinada, más de 65 millones de personas en la Tierra llevan la etiqueta de refugiados. Se han convertido, por mandato forzoso, en vagabundos del mundo. Los intereses creados por mentes sin escrúpulos los empujan a dejar una vida a sus espaldas para enfrentarse a los temores que esperan en un país desconocido; lleno de alambradas burocráticas.
“Stranger in paradise” enfrenta al inmigrante con las relaciones de poder que encuentra al pisar Europa. El antiguo continente no sólo le cierra sus fronteras sino que, una vez dentro, se encuentra con barreras inquebrantables, más cercanas a los impedimentos administrativos que a la causa humana. El paraíso lejano se transforma en un infierno cercano. Convertido en ciudadano sin catalogar, el aspirante a refugiado es adiestrado con nuevos valores mientras llueven ofertas rebosantes de aciagas oportunidades para sobrevivir. Los sueños bajan a la tierra que tanto deseaba abrazar. Las sesiones pedagógicas destinadas a mostrarle la acogida fría del nuevo mundo enseñan la cara descubierta de la realidad: son reuniones en una aula transfronteriza destinadas a mostrar una Europa multifacética, mezcolanza de oportunidades con reglas estrictas referidas al sin papeles.

La primera parte del documental despierta el recuerdo ario en Europa. Su presencia irrita. La pasión incendiaria del monitor que imparte esta clase presenta al viejo continente como tierra hostil para el ilegal, describe al inmigrante como la basura que no queremos porque su mantenimiento, además de ser improductivo, cuesta dinero al Estado. Son sometidos al juego del análisis matemático amante del reduccionismo aritmético. El discurso de la superioridad germánica escupido a la cara hace que la rivalidad empatice con el susto en el espectador. No estamos asistiendo a un documental racista sino a una ficción creíble. Este tramo cinematográfico inicial es una cámara de gas sin tapujos. Valentijn Dhaenens ha interpretado con una veracidad aterradora el papel de cachorro ultra xenófobo, azuzando en la sensibilidad del espectador una tormenta de locura panfletaria. Este comportamiento agresivo da un giro absoluto, convirtiéndose en solidaridad que llama al corazón pidiendo. No escusa a la culpabilidad histórica de Occidente como esquilmador de libertades y riquezas económicas. La comprensión obliga a preguntarnos sobre la identidad de los verdaderos culpables de su situación.
Si hasta ahora los argumentos han supuesto una bofetada contra los refugiados, es tiempo de abordar nuestra responsabilidad en la creación del expatriado. El sistema de bienestar que el primer mundo (Europa) ha construido gracias a ellos (esclavitud, explotación de los recursos naturales, desprecio por lo derechos humanos) se cimenta en el miedo del débil.
A modo de epílogo, la dirección de Guido Hendrikx se atiene a la realidad de los tratados políticos. Sólo serán recompensados con una esperanza inestable quienes escaparon de países considerados seguros: aquellos que no causan problemas.

La valentía de Hendrikx ha combinado ficción con realidad manteniendo la tensión alerta. Mientras el inmigrante argumenta con una sonrisa, su monitor pasa de la prepotencia a la comprensión, siempre desde la distancia cercana que confiere tener la sartén por el mango. La ficción ha jugado con la realidad entre paredes frías y exaltaciones de un fanatismo dramatizado. Los argumentos escuchados enfrentan hostilidad, miedo, perdón y esperanzas ante el futuro gris que el inmigrante encuentra en un territorio lleno de minas anti personales. Los refugiados que protagonizan “Stranger in paradise” se convierten en pobladores flotantes de un extraño edén.

 


JGS

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