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LAS VOCES DEL SILENCIO

PALABRAS SOLIDARIAS
Histórico

 

EL CUARENTÓN MARRADO
El 23F esconde la cachaba

JGS

Se cumplen 40 años del golpe de Estado que Teniente Coronel Antonio Tejero dio en Madrid el 23 de febrero de 1981
 

El 23 de febrero de 2021, España amanece cuarenta años más curtida en la experiencia democrática (aunque los grupos parlamentarios no dejen de poner palos a su rueda). Si preguntamos a la juventud el significado del acrónimo 23F igual nos encontramos con sorpresas amparadas en el modelo no sabe o no contesta. Las etapas vividas son una postal que podemos conservar con orgullo y vergüenza, un borrón en la democracia española, una chapuza militar y una intentona desestabilizadora perpetrada con más corazón que cabeza. Cayó como un misil en una sociedad recién salida de la dictadura. El Tejerazo jugó con la sorpresa, ganó la partida al miedo causado por la asonada impensable excepto para los simpatizantes del viejo régimen. Unos pocos se frotaban las manos, la mayoría vio retroceder el país medio siglo. El golpe a la estabilidad vivió inquieto la noche de los transistores mientras descubría el valor de la radio como portavoz del momento.

Este aniversario se celebra con luces desgastadas por representantes que bailan en el puente colgante de una estabilidad frágil. Los invitados se mueven con ademanes patosos, zarandeando el esqueleto de la polémica sobre si asistir o no a un acto institucional que sigue el juego al binomio presencia-ausencia. El aplauso o su omisión ante palabras no compartidas se pierde en la simbología. ¿Sabrán los dueños y aspirantes a escaños que la mayor crítica y el respeto más elevado es el silencio? Lo único cierto es que quienes ponen cara a nuestro voto siguen sin entenderse ante el peso de momentos emblemáticos. Se aclama el gesto de quien tranquilizó a ciudadanos que necesitaban una voz contra el golpismo de la ultraderecha. La España de Serrat y Los Secretos puso las esperanzas en él con fuerza espiritual ante una situación orwelliana. El susodicho se ha esfumado dejando una nación en crisis. Su riqueza crece.
El tiempo se ha encargado de enseñar el respeto que este pájaro real tenía al país que le acogió sin rechistar. ¿Quién ha creído en su honestidad y quién ha abusado del poder? ¿Quién ha sido embajador mediático en el desierto del petrodólar para llevar el TAV como un vaquero del siglo XXI? Los cortes de manga disfrazados de exilio vacacional se merecen más pitadas que elogios. Fue una pieza clave trasplantada por imperativo histórico en el cerebro que aprendía a razonar con libertad. Las palabras de un hijo recuerdan al padre en su funeral con benevolencia y afinidad sentimental. Felipe VI ha alabado el papel de un rey jubilado con discursos de madera ante algo intolerable e imperdonable. La figura de Juan Carlos I capitalizaba el interés popular en 1981; ahora, despierta más animadversión que respeto. Su semblante apaciguador se ha esfumado a los Emiratos Árabes Unidos, una monarquía arenosa con poco aroma progresista.

Hoy, la reunión que recuerda angustias maratonianas da más importancia a las ausencias. PNV, ERC y EH Bildu no acudirán al acto, con la suma simbólica de JuntsxCat, BNG y la CUP. Es el triunfo de la diversidad y el fracaso del acuerdo. Se juntan para conmemorar un revés y un éxito, para alertar con la memoria sobre lo irrepetible, para respetar el papel momentáneo de quien reinaba entonces y para condenar el lado oscuro de la fama: ‹‹¡Quieto todo el mundo! ¡Al suelo! ¡Se sienten, coño!››. Las piernas temblaron ante la prepotencia del sombrero de charol, las cabezas se escondieron con el ruido de balas perdidas excepto Santiago Carrillo, Adolfo Suárez y Manuel Gutiérrez Mellado. Al resto, la dignidad se les fue por la pata abajo en un acto de sentadilla comprensible.
El empuje ultraverde que golpea con su populismo desestabilizador a gente cansada y harta de pandemia se alimenta del hueco protagonista dejado por un ex jefe del Estado. Los gobernantes desbordados trocean el mapa municipal, autonómico y nacional con tijeretazos improvisados. La conciliación sigue secuestrada por enfrentamientos y provocaciones de la facción más conservadora con la que una derecha desmontada no ha dudado en coquetear. ¿De qué sirve la repulsa del golpismo si esos mismos que palmotean se dan de bofetadas a la hora de alcanzar acuerdos? No modificar la Constitución de 1978 es un continuismo cómodo con ruido de sables dialécticos.

Se celebran cuatro décadas de un momento congelado para la madurez e inexistente en los más jóvenes. Entre tanto, las asonadas del rap callejero golpean la paz con virulencia coordinada. La diferencia estriba en que la marioneta no es un ex teniente coronel sino jefecillos adolescentes. La sensación de motín está vigente confundiendo protesta con disturbio.
El 23F de 1981 se temió por unas horas volver al terror franquista, el 23F de 2021 sabe que el malestar social tiene acorralado al gobierno sin tanques ni metralletas. La celebración del cincuenta aniversario será la bomba: una explosión de descubrimientos archivados hasta 2031. El secuestro del bienestar general se ha convertido en norma más dolorosa que los disparos de Tejero porque mata de forma repetitiva.

 


JGS

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