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CINE Y ESPECTÁCULOS
CARTELERA CULTURAL

Histórico
 
 
 


HACIA NINGUNA PARTE
Película "Tenderness".

J. G.
(Madrid, España)

Tenderness
Ficha Técnica Banda Sonora  

John Polson ha dotado de vida a la obra de Robert Cormier. La novela “Tenderness” nace de la angustia que su autor había sentido mientras leía las reflexiones de Kahlil Gibran en “The Prophet”. El texto en cuestión es “Experimentar el dolor de tanta ternura”, buscando delicadeza entre la mostruosidad. Profundizó en la idea de que la ternura siempre lleva implícita una carga de dolor añadida. Cuando un película nace de las entrañas de una obra literaria, saltan las alarmas. El hecho de que la literatura se convierta en síntesis fílmica encuentra la oposición de quienes odian el intrusismo del celuloide en la literatura.

 

Tenderness” se la juega; ha apostado fuerte con un elenco poderoso que hace redoblar las campanas de la interpretación. Si además está marcado como un producto proveniente de la factoría americana, coronado con la orla del suspense, todo queda en el aire. John Pole ha conseguido hacer resonar las campanas del drama con el estruendo del silencio asustadizo. Cuasi parafraseando a Brad Pitt en “La Sombra del Diablo”, la película de John Polson “no es una historia americana...”. El suspense de “Tenderness” se aleja de los estereotipos del thriller yanki, custodiado por armas blancas y justicia sanguinaria; más insustancial.
El desarrollo de “Tenderness” resulta plácido y atormentado: una conjunción que supera el sino astral resoplando en sus diálogos, como si el desarrollo de la película condujera a un desenlace que debe de ser aceptado estoicamente.
Sus protagonistas proponen un camino a ninguna parte doloroso, lleno de pulsión.
La aceptación del Destino como algo inalterable, y que está escrito desde antes que nacemos, representa una huida del presente envuelto por la sombra de Schopenhauer. “El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros los que las jugamos”.

Jon Foster es Eric Poole  
Sophie Traub es Lori

El aire que se respira en la película permanece estático, su aliento es interno. La incertidumbre y el auto control agitan la atmósfera hasta impregnarla de un olor a acoso que el espectador asimila. John Polson no es nuevo en los pantanos del thriller, con intrigas como “Fanática” (2002) y “El Escondite”, de 2005. En “Tenderness” sabe jugar con el instante exprimido hasta su último hálito, la caricia, el placer, la mirada, la muerte embalsamada en un ceremonial purificador. Es hedonismo solitario donde erotismo e irracionalidad humanas se besan.

Tenderness, John Polson   La orfandad de cada uno de los personajes de “Tenderness” recuerda insistentemente la desolación humana y paisajística que habita en “Liverpool”, mejor largometraje del Festival Internacional de Gijón 2008, dirigida por el argentino Lisandro Alonso. En ambas se apuesta por la recreación en la imagen y una importancia secundaria del diálogo, casi inexistente en la obra del director bonaerense. Las dos películas se cuentan sin estridencia, produciendo desgarro en el espectador. Una y otra ilustran la idea de soledad como sujeto de una trama que se recrea en su desarrollo.
El corazón de “Tenderness” reside en ta tensión de su lenguaje gestual. El dramatismo de la imagen se impone gracias al ritmo medido de sus escenas, creando una estética de la angustia. Es una apuesta por el cine de riesgo, dejando a un lado los estándares del mercado americano. Los actores miden cada palabra, su intensidad y la forma de transmitirla. Se percibe la mano directa y disciplinada del director. La profesionalidad del equipo se encuentra en el control. “Tenderness” es la expresividad cronometrada.
En el lago  
Viaje a ninguna parte

La imagen de Russell Crowe aparece ligada a la esquizofrenia-paranoia de John Forbes Nash en “Una mente prodigiosa”, (“A Beautiful Mind”) de Ron Howard (2001) y al historicismo dramatizado de “Gladiator”, Ridley Scott (2000). La turbación callada de Crowe, en el papel del detective Cristofuoro, se refleja en un rostro resignado, lacerado, solitario, sumiso. Su caracterización se pasea, sin una estancia fija, entre la angustia y la esperanza. Viste una fisonomía envejecida de llanero solitario. Sus gestos son el reflejo de quien acepta las escrituras del Destino atado a un pasado que no cambiará. Este holograma de “Blade Runner” no existiría sin Jon Foster (Eric Poole), que bien podría ser el protagonista de la canción de los Talkin' Heads “Road to Nowhere”. El círculo de “Tenderness” se cierra con la juventud provocadora de quien hace del pasado una alucinación del presente, Sophie Traub (la enigmática Lori).

Detective Cristofuoro

La historia está contada a tres bandas, desde ópticas distintas, con el deseo y el sufrimiento como denominadores comunes. La persecución metódica conduce hacia un abismo de soledad. ¿Quién no ha luchado contra la angustia de lo irreprimible? Jon Foster canta a la huida, al hombre que busca expiar su dolor sobre carreteras vacías. “Tenderness ” es una película de destinos donde no hay espacio para la casualidad.

Stop  
Russell Crowe es el detective Cristofuoro

La música de Jonathan Goldsmith no se atreve a levantar la voz ante la batuta de Polson. Su banda sonora se deja arrastrar... recordando a Michael Nyman en la dulzura de “El Piano”.
El mundo se divide en personas que sufren y otras cuyo dolor les da esperanza para pensar que les puede corresponder un destino mejor. La tensión atormentada se masculla hasta la última escena de “Tenderness”, con la vida y muerte caminando de la mano como visión de una existencia arrancada. Los fantasmas se mueven errantes entre la suavidad del paisaje.

 

J. G.

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