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AMABLE AMISTAD
Película "Intocable"
J. G.
(Madrid,
España)
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Ficha Técnica |
Video |
Banda sonora |
Premios |
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Entrevistas a: |
directores |
François Cluzet |
Omar Sy |
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El transcurso de una historia verídica puede convertirse, con suma facilidad, en relato documental. Nada más alejado de la idea que tenían en mente Eric Toledano y Olivier Nakache cuando se lanzaron a dirigir “Intocable”, una comedia deliciosa y particular. Es un gran ejemplo de que los obstáculos en la vida se presentan como barreras superables gracias a la complicidad de la amistad. Lo humano adquiere una dimensión mayúscula, cargada de humildad en la figura de sus dos protagonistas.
La autocompasión no tiene cabida dentro de esta película tierna, sensata, y, sobre todo, vitalista. Philippe (François Cluzet) y Driss (Omar Sy) aprenderán a ser más libres; madurarán con su amistad. La tetraplejia del primero se convierte en movimiento: sirve para acercar personas sin caer en la lágrima fácil.
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La aristocracia francesa de Philippe encaja con el espíritu de los suburbios parisinos lantente en Driss. Representan dos estratos de la sociedad gala, cada uno golpeado por distintas tragedias. Sea o no casual, el color de la piel adquiere un valor significativo en la sociedad de “Intocable”: la negra de Driss encaja perfectamente en la pluralidad del París multicultural. Los dos son pobres a su manera, una carestía que se complementará con la presencia del otro; su calor vivifica la existencia. Philippe se enfrenta a la imposibilidad física de valerse por sí mismo mientras que Driss es un hijo de la desigualdad material. Philippe posee un espíritu refinado que encuentra consuelo cultivando el gusto exquisito por las artes, afición que le imbuye en un mundo cerrado; rico en sensaciones místicas y alejado de emociones adrenalíticas. El amor hacia Elisa (la segunda mujer de su vida) es epistolar, de cortejo medievalesco; actitud tras la que se esconde el miedo a mostrarse como es; a evitar la decepción. Driss le enseña cómo lanzarse al amor; olvidare de esa mística.... y aventurarse al riesgo de romper un hechizo platónico.
Mientras que Philippe es dueño de un mundo artificial, Driss hace del pragmatismo su filosofía de vida. Sin trabajo, sin proyección social ni económica; apartado en la burbuja artificiosa de la espera sin respuesta. Su rostro, siempre sonriente, no acusa el recuerdo de la cárcel sino la adaptación a una colectividad que le amontona en la cola del paro. |
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Los problemas familiares le obligan a distanciarse de un entorno que no comprende su irresponsabilidad bohemia. Los azares de la vida reconducen su realidad hacia otra familia nuclear. Driss es un cruce entre lo cómico y la comprensión; su sinceridad conmueve, con ella gana la batalla a un mundo que le ha venido dando la espalda: el laboral, donde una entrevista de trabajo se convierte en competición; una farsa plagada de guiones estudiados, más formales que reales.
La sinceridad de Driss hace mella en la observancia tetrapléjica de Philippe, planteándole un reto a su orgullo de mantenido estatal. El hecho de que Driss no se limite a hacerle reír porque ve en él una persona inspiradora de compasión cautiva a su nuevo amigo. Entre ambos se gesta un vínculo de parentesco confidencial. |
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Driss insufla las ganas de vivir que permanecen apagadas. Se fragua una conexión plagada de diversión recíproca. Esta experiencia le reporta grandes beneficios como la introducción en el mundo de la música y la pintura. Si ha conocido a Vivaldi, ¿por qué no mostrarle a su amigo el feeling de Earth, Wind & Fire? Intercambio. La experiencia en común desarrolla un espíritu de equipo.
Driss convierte la vida en un proceso fascinante, enseñando cómo reírse de sí mismo. Logra que Philippe recupere la alegría y se enfrente al ridículo de su enfermedad. La evasión de la soledad le convierte en uno más. Ambos se tratan como seres humanos necesitados de compañía. Aunque la tetraplejia sea el eje de su argumento, no se habla de dolor en “Intocable”, sino de aprender a vivir. |
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Texto: www.photomusik.com
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