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CINE Y ESPECTÁCULOS
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LA FRAGILIDAD EN CARNE Y HUESO
Película "La delicadeza"


J. G.
(Madrid, España)

Silencio en la nieve
  Ficha Técnica Video Banda sonora Premios
Los fantasmas de una incógnita aparecen inmóviles en forma de estatuas ecuestres petrificadas por el hielo. Es una metáfora de la imaginería artística desprendiendo belleza gélida y una muerte terrible mientras ilustra el comienzo de una historia truculenta. El baticinio del final que espera a un batallón de la División Azul desperdigado por los montes nevados de Lituania. Son un puñado de hombres batiéndose en retirada o avance inmóvil ante el olvido de sus superiores en la Segunda Guerrra Mundial. Carnaza. Personas, lugares y acontecimientos históricos que actúan como referentes situacionales sin valor añadido. “Silencio en la nieve”habla de la crueldad con que el poder trata a la vida humana; su desprecio por las personas y la obligatoriedad de su cumplimiento, cueste lo que cueste. Este frente político-militar, creado para combatir a los masones y comunistas tras la Guerra Civil Española, se internacionalizó bajo la bendición de Franco. Con ello, demostró que España, sin intención de enrolarse en la Segunda Guerra Mundial, sí que participó como colaboracionista de Hitler. Las hipótesis, en la película de Gerardo Herrero, juegan con la masonería y la existencia de posibles agentes prosoviéticos; sólo juegos.
 
Silencio en la nieve  
Guerra fantasmagórica
La función del soldado es combatir para el poder que tiene como misión ejercer de tenaza sobre el primero incitándole a matar. Los reclutas de este batallón perdido viven la incógnita de su destino. La iconografía masónico-cristiana aparece grabada en el pecho de muertes que ayudan a engordar el enigma de las estatuas congeladas. Aparecen cadáveres con frases que se convierten en pesadilla para los vivos; adivinanzas linguisticas huérfanas de significado; una parada en la guerra militar para desarrollarse otra, más detectivesca, que esconde intenciones vengativas.
“Silencio en la nieve” está llena de personajes ricos en matices expresivos, desde los extras hasta los principales, moviéndose entre la responsabilidad e irresponsabilidad. La valentía del prepotente desprecia la vida mientras juega a esquivar la bala escondida que atraviese su cerebro; el parné mueve la diversión en el frente. Carmelo Gómez convence al mostrar solidez en su papel de sargento Espinosa, alentador del humor que resta hierro a la guerra. Arturo Andrade (Juan Diego Botto) navega en la desazón de sus pesquisas infructuosas como víctima más directa del poder arrollador.
Sargento Espinosa (Carmelo Gómez), a la izquierda, junto a Arturo Andrade (Juan Diego Botto)  
Silencio en la nieve
¿La venganza es un crimen cuando con ella se busca justicia? La trama que se plantea va más allá de los campos de batalla y de las pistolas para adentrarse en lo moral e ideológico. El asesino es un solitario que se vale de símbolos para desviar sospechas y atraer la tentación sobre lo que está haciendo. “Silencio en la nieve” va destapando esos atropellos cometidos por los ganadores adheridos al saco de la Wehrmacht alemana. Los crímenes que se investigan son meras tapaderas de una injusticia mayor ejecutada por honor y obligación militar, con sabor patriótico. Se deja al espectador que adivine el significado de estas pesquisas sin ofrecer elementos de aproximación deductiva sobre el hecho asesino. Conviven soldaditos manejados por el poder político defendiendo la entelequia de los ideales.
Buscando al culpable  
Apostando a la violeta o ruleta rusa

No estamos ante una película bélica, en el sentido puro de la expresión, sino que la guerra se usa como excusa para justificar un argumento: la venganza propiciada por esa situación. El ambiente respira belicismo por los cuatro costados gracias a una esmerada fotografía, retratando las miseras del frente junto a la belleza paisajística. Belleza que se une a la música, sinietra y consoladora. La guerra de “Silencio en la nieve” resulta más interesante que la proporcionada por bayonetas ensangrentadas.
“Mira que te está mirando, mira que te has de morir, mira que no sabes cuándo“, la frase que dirige “Silencio en la nieve”, se entiende al final, cuando, rodeada por el avance ruso, esta columna de pobres desgraciados se abraza a la muerte en acto de servicio.

J. G.


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