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CORRIENDO A TODAS PARTES
Película "El invitado"
J. G.
(Madrid,
España)
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Ficha Técnica |
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Banda sonora |
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La verdad no interesa a nadie... en el mundo del espionaje. Todo es susceptible de compra-venta dentro de un círculo donde no existen los escrúpulos; comerciar con información es sinónimo de comerciar con las personas. El hecho de que, tras diez años oculto, un antiguo miembro de este club restringido aparezca de entre las tinieblas olvidadas, no resulta indiferente para algún jefazo de la CIA. Su regreso pone nerviosos a quienes, en épocas con mejor sintonía, le concedieron privilegios especiales. No todo lo que se cuece en los cuarteles de Langley (Virginia) es trigo limpio. ¿Acaso Tobin Frost (Denzel Washington) quiere limpiar su imagen después de haber abrazado el adoctrinamiento de la inteligencia norteamericana?. Ahora, va por libre.
Lástima que, al terminar la película, nos quedemos con las ganas de conocer los motivos de su decisión.
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Eso de que te pongan a criar malvas guardando pisos francos en el culo de África, no le gusta a nadie. Como todo en esta vida, es lo que tiene cuando se comienza desde abajo y se aspira a lo más alto; en este caso, ser agente del servicio de inteligencia. Matt Weston, en la piel de Ryan Reinolds, el aspirante a este honor. Su estatus le convierte en peón del espionaje norteamericano al servicio gubernamental; guardián inconsciente de intereses corruptos en aras de la seguridad nacional. Es la última pieza de un estercolero político.
Se advierte la existencia, como piso oculto, de cárceles secretas dedicadas al hospedaje transitorio de sujetos conflictivos para el poder. Haya o no invitados, su casero está condenado al ostracismo despreciativo que, en el mejor de los casos, se salda con una palmadita en el hombro y la coletilla repulsiva de “hijo, lo has hecho bien, ahora nos toca a nosotros”.
“El invitado” posee un comienzo atractivo, cautivador; consistente y bien armado. Todo huele a basura justiciera encubierta. |
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La aparición de Tobin Frost en la vida del hostelero Matt Weston es, al mismo tiempo, una oportunidad y una pesadilla para este aspirante a top secret. Denzel Washington, siempre agazapado en la sombra de su apresamiento, bien podría ser el secundario y Weston, la estrella. La iniciativa corre del artista que interpretó ”Green Lantern” y “X-Men Origins: Wolverine”; D.W. se limita a observar, y manipular con las palabras, en tono pausado, los movimientos de quien debe actuar como su protector. El rol de peligroso pasa al guardián de pisos francos.
La película de Daniel Espinosa, sin ser épica, tiene algo particular que la convierte en digerible; se mantiene estable en un trasfondo donde pasarse un segundo, la destrozaría. Aprueba con prudencia.
Si algo no se puede reprochar a “El invitado” es su acción; aparece, en todo momento, trepidante y efectista. Los amantes de este género elogiarán sus peleas, disparos y persecuciones (abusivas, en opinión personal). La fuerza de sus protagonistas se dispersa entre carrerillas escapistas de un enemigo indefinido. El vacío de diálogos, jaleado por tanto ruido pistolero, se compensa con la excelencia fotográfica de Oliver Wood, recientemente galardonado con un premio BAFTA por “El ultimatum de Bourne”. |
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El desarrollo de “El invitado”, caído en flojera, va derrumbándose entre el gusto por la psicosis persecutoria trivial. La intriga inicial, que despunta brillantez, va perdiendo fuelle para retornar durante la acción final, cuando el remate ha de aparecer por exigencias del guión. Los disparos que anteceden al postre usan balas de fogueo, se nota: a Denzel Washington no le van las despedidas con sentimiento. La inteligencia que Daniel Espinosa desplegó dirigiendo "Snabba Cash", en 2010 juega a la rutina mecánica; su nueva película como director opta a ser un taquillazo palomitero; y es que, a pesar de no estar radiante, el nombre de Denzel Washington vende mucho. |
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