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CINE Y ESPECTÁCULOS
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A GOLPE DE FOTOGRAMA
"7º festival de cine italiano de Madrid"
(continuación)

J. G.
(Madrid, España)

7º festival de cine italiano de Madrid
Ir a parte 1
Hábitat de 'In grazia di Dio'
 
Protagonistas de 'In gracia di Dio'
 
El problema del paro y la acumulación de deudas sacuden desde el principio a “In grazia di Dio”, un drama que no está exento de belleza narrativa. El empeño agotador por mantener un negocio en épocas difíciles, la admisión del fracaso y la readaptación; la renuncia a la propia vida por la de los demás; los sueños por llegar a ser actriz dentro de un mundo que no es afable; la inconsciente y rebelde juventud. El amor maduro convive con el miedo del embarazo no deseado en un ambiente donde ser joven, y equivocarse, acarrea las responsabilidades de un adulto. La amargura del presente acompaña a la felicidad de una vida futura. La emigración laboral sobrevuela el horizonte; el problema del paro ataca de nuevo. Es una lucha de mujeres, tres generaciones, contra un realidad que las pone contra la espada y la pared en un juego de resistencia ante el orgullo y la razón. La supervivencia rige su esfera, un entorno amargo y contemporáneo. El drama convive con los sueños en un mundo circular donde la violencia no grita ni derrama sangre pero asoma en cada espacio que el ojo de la cámara descubre. Edoardo Winspeare trae un mundo encerrado en un globo con sus imperfecciones y necesidades.

El sur italiano se ha convertido en protagonista de este festival. En “La nostra terra”, la comedia agrícola se codea con la criminalidad organizada, decorada por tintes biológicos. La cinta de Giulio Manfredonia se basa en un hecho real: la confiscación de tierras a la mafia, representada aquí por Nicola Sansone. De la herencia dejada por este personaje sólo queda Cosimo, el jornalero que sigue trabajando la hacienda expropiada después de que su familia perdiera el latifundio. Es el prototipo del típico carácter sureño, mezcla de diplomacia campechana y experto en el soborno verbal sin llegar a la extorsión. Es el alma de la película, el impulsor de sus movimientos.

 
Ambiente campestre de 'La nostra terra'

Portador de un conocimiento profundo de la tierra, poseedor de un corazón tan humano como subyugado al poder mafioso. Alguien contrapuesto a la inocencia y lealtad con las leyes de Filippo, para quien contradecir a la justicia no es una práctica común. La granja, que pretende convertirse en paradigma del alimento biológico, se convierte en escenario de enfrentamientos. La burocracia convive con la sutileza del mundo sureño dentro de una ambiente variopinto.

El homenaje a Carlo Mazzacurati, fallecido en 2014, presenta dos películas que se mueven dentro de un humor secundario con final anticipado. En “La lingua del Santo”, dos hombres entran en la Basílica de San Antonio de Padua, y roban la reliquia del santo para pedir a cambio un cuantioso rescate.
Por su parte, “La sedia della felicitá” es una cinta que, a pesar de su banalidad y deslucida comicidad, compartió nominaciones a los Premios Davide di Donatello 2013 con “El capital humano” o “Smetto quando voglio”.

Dino Ossola (izd) junto a Giovanni Bernaschi (dch) en 'El capitale umano'  
Fabrizio Bentivoglio es Willy detto 'Alain Delon'
Paolo Virzì es un nombre familiar entre los grandes del cine italiano. Su popularidad sube enteros al ser elegida su última película, “Il capitale umano”, para representar a Italia en los próximos Oscar. Se trata de un trabajo correcto si bien Paolo Sorrentino puso muy alto el listón con “La gran belleza”. Lo nuevo de Virzì tiene todos los ingredientes del cine entretenido. “Il capitale umano” ha sido elaborado con fluidez aunque los personajes se quedan algo desinflados, a excepción de Dino Ossola (Fabrizio Bentivoglio), un agente inmobiliario arribista que busca el beneficio propio sin saber que está cayendo en las fauces de un tiburón especulador (Giovanni Bernaschi), un buitre insípido y pragmático que hace muy bien su trabajo. La antítesis es su esposa, con alma de actriz frustrada e inquilina de esa burbuja dorada que le ha proporcionado un lujoso vacío interior. Si bien, el verdadero protagonista de la película es la defunción del camarero anónimo que, montado en su bicicleta, nos recuerda a "Muerte de un ciclista” (Juan Antonio Bardem). Es la historia de una infortunio y de las finanzas oscuras. Virzì se queda en la capa superficial de estos negocios.
Bella di notte
 
El área dedicada al cortometraje abre sus puertas con “Bellla di notte”, el tercer trabajo de Paolo Zucca como director, dejando caer un cuento entre lo fantástico y lo tenebroso dentro de un mundo animado. Sus imágenes, de movimientos toscos y estética fina como el trazo de una pluma, dejan lugar a la imaginación y el secretismo, adentrándose en el entorno de la eutanasia de manera atractiva. La Acabadora es el fantasma corpóreo que se pasea por esta historia de narrativa plástica gracias a la voz de Stefano Accorsi (actor de Mazzacurati). En el mismo espacio, el corto animado toma un aspecto más bocetístico gracias al trazo negro de Simone Massi. El uso de la imagen pintada a carboncillo dota de una belleza especial a “L'attesa del maggio” en un intenso pasaje visual.
Edoardo Ponti dirige a Sophia Loren en este monólogo lleno de melancolía y oscurantismo teatral. El apellido Ponti despierta la complicidad entre hijo y madre convertidos en director y actriz. “Voce umana” es un trabajo destinado a exhibir las dotes interpretativas del icono cinematográfico. Fría y sobreactuada, en unas palabras que no fluyen con el dolor que merece el texto de la obra homónima teatral de Jean Cocteau, la sorpresa de esta sección pasó inadvertida, silenciosa y lóbrega, como sus encuadres decadentes.
La imaginación de Antonello Murgia rompe esta náusea nostálgica gracias a una imaginativa situación que otorga a la caja de un supermercado el papel protagónico. Su ruido obsesivo se adueña de Cinzia en “Beep” para convertirse en vidente urbana donde cada persona posee su respectivo códigos de barras. Algo larga en una chispa que decrece y un final deslucido ante lo original de este cortometraje sin caducidad.
Nadie diría que “Non sono nessuno” está ambientado en Nápoles, ya que la primera imagen resucita la sombra de la noche en que Lady Di murió. Un accidente inesperado desencadena escenas donde la ayuda tiene que llegar antes que el desenlace. El valor del tiempo y la urgencia se palpa entre personas que ocupan una ambulancia y se ven obligadas a convivir con la sangre, el dolor, la chulería y su impotencia. La noche es igual en cualquier ciudad, confusa y atropellada.
En la concisión de contar una historia con pocas imágenes radica el éxito del cortometraje. Algo que “Io non ti conosco” consigue sin trabajo y con una elegancia silenciosa. La sencillez de un gesto romántico conduce a su protagonista al descubrimiento de una realidad inesperada: el engaño dentro del matrimonio. Lanza mensajes como dardos afilados y al mismo tiempo cargados de sensualidad enamorada.
Accorsi advierte que, en la vida, el amor es fácil de camuflar con la rutina de la convivencia. La existencia terrenal no es más que un trámite hacia la eternidad; al menos, así lo entienden los protagonistas de “Carlo e Carla”, dos ancianos radiantes de dulzura. Un hospital, teñido por la imagen en blanco y negro, sirve de antesala hacia este milagro que es la vida y la aceptación del presente. La magia del momento es acariciada por las palabras de Carlo y la sonrisa de Carla. Son un todo que se complementa.
La sección documental abre sus proyecciones con “Wolf”, una referencia directa a la historia contada por Claude Lanzmann en “El último de los injustos”. Tras la figura de Wolf Murmelstein se esconden las sombras de Lanzmann y su padre, el rabino Benjamin Murmelsteinen, el último presidente del Consejo Judío en Terezín. A pesar de los años, Wolf Murmelstein se niega a reconocer el papel que tuvo su padre como rabino en este campo nazi que se pretendía presentar como una comunidad de moral limpia en lo que era antesala hacia los campos de exterminio.

 
Wolf Murmelstein

Campo de concentración de Theresienstadt

 
Lanzmann, en su película, describe, a través de entrevistas, el papel de este rabino en el campo alemán de de Theresienstadt mientras que Claudio Giovannesi busca en la figura Wolf Murmelstein un intento de reconciliación con su padre. Wolf, en un diálogo con el psicoanalista David Meghmagi, se aferra a la inocencia paterna, intentando lavar su honor ante la Historia.
Wolf es un personaje autoritario e intransigente que se niega a debatir el pasado; de temperamento fuerte, obtuso y no dado al diálogo, reacio a argumentar sobre la actitud de su padre, mostrando miedo a la hora de querer enfrentarse a la realidad. Su padre fue procesado (y absuelto) por colaboracionismo.
¿Qué sería de un festival de cine si en sus películas no se hablara de cine? La respuesta se encuentra en “Profezia. L'Africa di Pasolini”. Una exploración de la imagen parida por Piere Paolo Pasolini, conjugada con el texto de Sartre (“El Evangelio según San Mateo”). La presencia en los títulos de una dedicatoria al Papa Juan XXIII le otorgó la bendición del Conciclio Valicano II. Esta felicidad, que se culmina con su proyección en la catedral de Nôtre Dame, encontró enemistades con los intelectuales de izquierda italianos.
Gianni Borgna y Enrico Menduni lanzan a la pantalla, con despecho poético, un trabajo de exhaustiva documentación, intelectual, que incita al debate sobre uno de los grandes poetas y cineastas universales de todos los tiempos. PPP se confiesa seducido por una África incierta, plagada de confines enamoradizos. Un continente negro que nace en los rincones y personajes de su película “Accattone” (1961). Después del primer largometraje, Pasolini se lanza a la búsqueda de una fuerza revolucionaria que no había encontrado en su nativa Friuli, donde la marginalidad va creciendo como un hormiguero silencioso.
África es la cuna del subproletariado que aún desconoce el consumismo. Pasolini se preocupa por el futuro de este mundo empujado por el desarrollismo imparable de un Occidente enloquecido. Una tierra donde proliferan las dictaduras; las guerras pisotean naciones y sus habitantes emigran en busca de la conquista italiana. Las reflexiones pasolinianas quedan plasmadas en las imágenes de “Edipo Rey” y “Apunti per un' Orestiade africana”, donde se percibe la atracción por una tierra cuyo horizonte fusiona el cielo y el ojo de la cámara con su inmensidad callada. PPP, l'enfant terrible del cine italiano (y europeo), se convierte en profeta de años venideros, de su filosofía y un mundo sombrío, mostrado en blanco y negro.
Pier Paolo Pasolini  
Escena de 'Accattone'
Siguiendo las profecías de Pasolini, desde la inmediatez temporal, la tecnología invade las vidas de personajes anónimos el 26 de octubre de 2013 en la bota europea. Con “Italy in a Day”, smartphones y cámaras digitales sirven para mostrar, sin intención exhibicionista, un día en la intimidad de personas anónimas a modo de diario sentimental. Las imágenes se convierten en material narrativo sin censura, compartido de manera instantánea e improvisada. Un arma para sincerarse y mostrar la banalidad de la vida, donde las aspiraciones se frustran y un beso hace del día a día un tiempo más llevadero. La tecnología al servicio del sentimiento y la franqueza que aparece a caballo entre el experimento sociológico y la socialización comunicativa.
La cámara se adentra en el trabajo de Umberto Montella gracias a “L'Amministratore”, administrador de fincas, consagrado a lidiar con ricos y pobres. Batalla con las tripas del mundo administrativo y burocrático mientras se preocupa por la vecindad de manera quijotesca. Su mundo, rutinario y mediador, hace que las discusiones se conviertan en desahogo.
'9 x 10 Novanta'
 
El Instituto Luce Cinecità ha acompañado a la historia de Italia desde que en 1924 se convierte en brazo cultural del fascismo. Al cumplir los noventa años, nueve cineastas italianos han sido invitados para realizar un corto de 10 minutos en el que resuman esta etapa. Las imágenes de “9 x 10 Novanta”, tomadas de sus archivos documentales, trasladan a la gran pantalla el sentimiento que hay en una guerra y los duros días de la paz posterior; memorias paisajísticas y recuerdos que terminan fosilizados en la memoria colectiva.
Imágenes en blanco y negro que evocan a la fantasía, donde la ficción se confunde con la realidad (se habla del sexo, de la guerra, del papel femenino en un juego de contrastes visuales y realismo poético). Alice Rohrwacher, dentro de su segunda aparición en este festival, evoca el valor del sonido a través del significado de una canción. Es la visión romántica y trágica de un mundo caótico por parte de personas que no llegaron a vivirlo. El pasado recogido por la óptica de quienes forman el presente. Instantáneas que vuelven a moverse como fantasmas recordando su presencia debido al poder del concepto cinematográfico.
El optimismo y la sonrisa invaden un documental que regala ternura, envolviendo todo en una burbuja de sensibilidad natural. Así es “The special need”, una lección de vitalidad que no distingue entre el amor físico y el emocional. Enea, ante la necesidad inducida por el entorno de descubrir su sexualidad, busca una chica para toda la vida en su círculo de discapacitado. El permisible mundo de la prostitución femenina no es el ambiente más terapéutico que le permita cumplir su necesidad fisiológica. Incluso sufre su rechazo. Junto a Carlo y Alex, dueños de una amistad inseparable, se lanzan en busca de su descubrimiento sexual en una road movie dulce. La fragilidad de Enea le hace poseedor de un encanto limpio. Cuando su madurez sexual persigue calor humano, quiere materializar su búsqueda con el encuentro de una chica. Si todos tienen una novia, ¿por qué él iba a ser menos? Enea juega en otra liga en cuanto a lo afectivo. Aunque, ¿de verdad saben sus amigos lo que necesita? o ¿su preocupación por el ser querido cae en el proteccionismo bienintencionado? Los deseos de Carlo y Alex se adelantan a los de Enea en lo que es una historia de amor entre amigos.

El realizador italiano Roberto Minervini, tras “The Passage” (2011) y “Low Tide” (2012), dentro de su cine localizado en el sur de Estados Unidos, cierra su trilogía norteamericana con “Stop the pounding heart”.
El interior de Texas, en una comunidad de cerrada cristiandad, sirve de escenario para mostrar un ambiente cargado de opresiva insistencia catequista y vaquera. La personalidad independiente de Sara recorrerá un camino lleno de dudas internas en una sociedad que ya le tiene asignado su papel: ser buena madre y esposa. La fortaleza de su fisonomía, equiparable a la de su carácter, vaga errante entre un paisaje solitario. A pesar de que viva en un círculo de incorruptible cerrazón, donde cualquier influencia exterior resulta molesta, su mirada vacía se pierde en la búsqueda de algo que la refuerce en su fe tambaleante y humana. Sus dilemas son aplacados por la teoría bíblica impartida en familia, un entorno que no admite el razonamiento individual tras ser conducido por los preceptos del credo marcado en las Sagrados Textos. Feminidad y teología van juntas, obligadas a entenderse en una película ausente de diálogos atractivos e imágenes envolventes.

Un final oscuro para un festival que brilló gracias a la luz de Gianni Amelio y la esperanza de que el cine italiano siga evolucionando positivamente. (Ir a parte 1)


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