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CINE Y ESPECTÁCULOS
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CONVENCIONALISMO ADOLESCENTE LLENO DE TÓPICOS
Película "Lady Bird"


J. G.
(Madrid, España)

Lady Bird
  Ficha Técnica Video Banda sonora Entrevista a Greta Gerwig, directora  
La ironía en las relaciones familiares es lo más interesantes que Lady Bird ofrece. La influencia religiosa, no siempre celestial, es anecdótica en un ambiente cargado de tensión y esperanza. Lo sacerdotal escapa de la fe compulsiva aunque influye en la vida de una joven que intenta emprender vuelo hacia la libertad autosuficiente. Lady Bird, el alter ego de Christine McPherson, busca un hueco en el mundo alejada del proteccionismo materno, representado por Marion McPherson (Laurie Metcalf). El vínculo madre-hija es el basamento de una historia de amor compleja poco sincera por parte de una progenitora huidiza, débil. Es el muro, indestructible a primera vista, que parapeta a esta mujer descontenta consigo misma; la vía de escape para una frustración que no se atreve a admitir. Mientras que su retoño, lejos de sembrar la discordia, está en una búsqueda constante de la identidad que asoma temerosa con ímpetu juvenil.
El cariz religioso pulula en una atmósfera viciada por la falsa libertad mientras Lady Bird McPherson vive una experiencia secular de forro eclesiástico. Es joven, sensible y enérgica; representa la búsqueda de la identidad por la que todos hemos pasado.
Paso a paso, firme, sin buscar el enfrentamiento ni rechazar el color de la sotana toma el camino terrenal por el que su personalidad, hambrienta de crecimiento interior, se impone. El recuerdo a Juana de Arco actualizada batalla por la construcción de un mundo particular en el que intentar abrir las puertas hacia un futuro incierto.
 
Saoirse Ronan es Lady Bird McPherson  
Lady Bird es una joven a punto de entrar en la universidad
La ópera prima de la actriz y productora californiana promete gracias al grito de rebeldía que ofrece; es el canto al cine independiente creado sin pretensiones, esa seducción que aparece sin proponérselo y deja un sabor amargo incómodo. La película, de bajo presupuesto, cuenta con un plantel interesante y e inteligentemente conducido por un mundo en el que no pasa nada pero ocurre todo lo que tiene que suceder. Todo está medido, nada se improvisa y es esta balsa de aceite la que diluye su interés, echándose de menos los altibajos dramáticos que impulsan el corazón indómito que Christine Lady Bird McPherson sabe alimentar. El peso consanguíneo acentúa un desconcierto enmascarado por fervor de las borracheras preuniversitarias. El cosquilleo corre por un cuerpo que se torna rebelde y un espíritu que bautiza su mirada al exterior con determinación en un mundo hostil y mediocre. En este tránsito hacia la adultez, la sensualidad se redescubre mediante una etapa iniciática marcada por la necesidad identitaria. Mientras, la madre se deja acariciar por el viento y el silencio en su descapotable vaquero. Es el prototipo de mujer que no admite la desilusión emocional, incapaz de atender la llamada de una hija reclamando apoyo.
Lady Bird: una joven muy personal e independiente  
Lady Bird junto a su madre, Marion McPherson (Laurie Metcalf)
La conexión familiar rezuma tensión provocada por la dureza materna y el silencio connivente del padre, convertido en ángel de la guarda, que impulsa, en segundo plano, el afán de su pequeña por descubrir y alcanzar metas. Esa sincronía cómplice desaparece ante la figura maternal.
Lady Bird va más allá del drama adolescente y se impone a la comedia juvenil. El choque generacional identifica estados de ánimo, posiciona ante la vida. Es el momento de los escarceos románticos en las que el amor ocupa una tierra de nadie, de las confesiones entre amigas que representan, por separado, vitalidad y conformismo. Lady Bird es soledad y libertad: una mirada al mundo que rebasa el nombre de guerra; alguien más que una chica postulándose para delegada a punto de acabar el instituto. Sólo cuando Lady Bird reconoce la madurez de Christine se descubre la cara sincera de alguien que vive en el limbo de sus expectativas.
Danny O'Neill (Lucas Hedges) junto a Lady Bird  
Lady Bird (izd) y su amiga Julie Steffans (Beanie Feldstein)

La fotografía sencilla no despega en la búsqueda de la seducción. Greta Gerwig, en su estreno como directora, huye de las imágenes sofisticadas hacia planos de identificación universal. La música refleja una época en la que todos buscamos volar sin más riendas que las impuestas por cada uno. Las situaciones cómicas se lanzan guiños con frases irónicas, convirtiendo el divorcio consumado en un lujo prohibido para esta familia. El cliché infantil de la casa de la abuela convertida en hogar onírico o la amiga gordita en busca de príncipe desesperadamente restan imaginación al atractivo del metraje. El amor desconocido intercambia cromos con los picores sexuales gracias a personajes trillados y superficiales. La sinceridad en la juventud no se calla una insatisfacción eterna propia del momento: su punto fuerte. Lady Bird recuerda a una Boyhood femenina. Es una obra de bajo presupuesto sobrestimada.

J. G.


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