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DOLOR SIN GLORIA
Almodóvar y Banderas se quedan sin Globo de Oro
J. G.
(Madrid,
España)
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Lo bueno que tiene el juego es que no existen dobles tintas: o se gana o se pierde. Cara o cruz. Otra cosa es que los perdedores, luego, maquillen lo resultados. La decepción, aunque no se reconozca públicamente, va por dentro. El cine no se salva de los pronósticos contaminantes que pueden arruinar la mácula de una película precipitándola hacia involucrarla en una carrera que, igual, no quería correr con tanta anticipación. El apoyo de la publicidad informativa acepta tres opciones: encontrarse con una obra maestra (pocos son los casos), estar respaldada por apellidos que aplastan con una campaña de mercado gigantesca o la existencia de una mano que mece la cuna (sin Rebecca De Mornay), muy normal. En el cine como en la literatura y en la política todo es opinable y está sometido al criterio de un público que no siempre tiene la razón. Los taquillazos sirven como índice para medir la repercusión del consumidor y para aplicar la máxima simplista Donde va Vicente, va toda la gente; aceptamos el veredicto general como mantra ciego en vez de generar mentes selectivas. ¿Cuántas veces se acude al cine porque dirige un director determinado o trabaja un actor conocido? Los nombres pesan más que una calidad sobrevalorada. |
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A los españoles nos encanta hacer patria sin necesidad de que Santiago Abascal meta sus pezuñas dialécticas. Pedro Almodóvar es el rey de la provocación, levanta pasiones y rechazos; enamora y atonta; crea un juego peligroso entre la imparcialidad y el fervor sin analizar el pelaje de su criatura. El título de su largometraje más reciente, Dolor y gloria, tiene mucho de premonitorio. La carrera por los premios en la que debía estar presente, y subrayo este verbo, comenzó en Cannes, la meca europea del cine. Después de los doce minutos de aplausos que la crítica especializada dedicó al realizador, algo le tenía que caer. El aplauso, a parte de reconocimiento, tiene mucho de bienvenida al club de los galardonados. El manchego se paseó por la 76ª edición de la Mostra de Venecia para recibir el León de Oro honorífico por su trayectoria cinematográfica, impulsada por su creación reciente. La revista Time ha seleccionado su interpretación como la mejor del año. ¿Qué intereses subyacerán por las tripas de los galardones? Luego vino alfombra roja del hotel Beverly Hilton, en California. La tradición, enfatizada por los periodistas que cuentan noticias para rellenar huecos, manda en el cine pero no siempre gana. Un día antes de los Globos de Oro, la cinta almodovariana se anunciaba con grandes oportunidades para el triunfo como mejor película extranjera; Banderas, como mejor actor. El primer paso en Hollywood, antes de figurar en el Dolby Theatre, está aquí. La surcoreana Parásito se llevó el premio de mejor película en habla no inglesa; Antonio Banderas vio como el galardón al mejor actor protagonista dramático fue para Joaquin Phoenix en Joker. Todo el gozo en un pozo. La gloria dejó paso al dolor. Al actor malagueño le quedan los Bafta y los Goya, con 15 nominaciones que hacen sospechar sobre la calidad del cine español o la categoría del jurado. Son los dos cartuchos finales para una traca que se apaga. Ya nadie habla de Dolor y Gloria. |
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