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AJUSTE DE CUENTAS PARTICULAR
Película Una joven prometedora
J. G.
(Madrid,
España)
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Ficha Técnica |
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Cassandra/Cassie es un personaje oscuro que, poco a poco, descubre el camuflaje de chica inocente. Esa lentitud que revolotea sobre su figura beoda, tirada en una discoteca, se precipita hacia un mundo sórdido sin violencia gratuita. El título de este largometraje avala la condición de muchacha precoz. Sólo el pasado conoce la finalidad de sus propósitos, la fuerza de la venganza agazapada, el poder de la intención oculta. La candidez tamizada por una borrachera fingida esconde al arácnido que aguarda la llegada de su víctima incauta. Las garras descansan apoltronadas en la inocencia etílica. El cebo lanzado al macho engreído merodea por un aire cargado de música discotequera y calentones verbales. La pose adormilada choca con la efervescencia descorchada en hombres excitados por la presa femenina fácil. El semental encendido caza el señuelo con ansia de adolescente principiante. Los primeros pasos de Una joven prometedora despiertan el interés soez del elenco masculino. Se está cocinando un entorno que palpita entre lo fiestero y sofocante. Cassie no es ambiciosa pero apunta maneras gracias a su constancia autodidacta que salta de lo romántico a la venganza con velocidad clarividente. Esta candidata al abuso fácil se quita el disfraz de diana accesible para alcanzar la depredación maquinada.
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La crueldad no se deja seducir por el arrebato del posicionamiento radical. La confabulación firmada entre pasado y presente denuncia el atropello sexual, el poder de la manada sobre el objetivo indefenso. La imagen dulce de Cassie se trasforma en vampira: es la artífice del plan perfecto que acata con minuciosidad controlada. La estrategia de la película mezcla enredo y suspense sin anteponer géneros. La utilización de la música refresca un ambiente que no persigue los giros dramáticos. La fotografía no se tiñe de rojo sangriento, deja chorrear kétchup de una hamburguesa devorada con simbolismo cómico. |
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Emerald Fennell cultiva el humor corrosivo con tranquilidad en su ópera prima. Los giros hacia lo inesperado constituyen el grueso de un estilo desenvuelto. La atracción de un metraje que traspasa la apología feminista mezcla asesinato y ajuste de cuentas con elegancia. El encorsetamiento está prohibido en una cinta donde la directora no busca heroínas. La vengadora silenciosa colecciona nombres que tacha de una lista maldita, no se sabe si con placer sicópata o terapéutico. Quizás, Cassie sea una mezcla de ambas intenciones que alivian la pena del exceso cometido hace años. El sufrimiento llevado con tranquilidad paciente y metódica. La intrascendencia se gana el rango de esperpento elaborado, pisa el acelerador sin sobrepasar los límites de velocidad que la intriga divertida permite. La protagonista de esta comedia negra y popera maneja su estabilidad emocional sin ira pero con dolor, sin resignación; está cargada de inteligencia siniestra. El ajuste de cuentas dirige los pasos de un razonamiento macabro que honre los desmanes del forcejeo varonil. Cassie no es un espejo de Kill Bill afortunadamente. Lástima que la tragedia le impida disfrutar de un epílogo sanador. |
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