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EL ORÁCULO VESICAL
Película Charlatán
J. G.
(Madrid,
España)
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Ficha Técnica |
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Las corrientes de agua son de clases diversas: torrenteras y mansas. El corazón humano late a intensidades inconstantes, movido por la pulsión sentimental y la Historia. El drama desnudo describe el ascenso y decadencia de un nombre, la constancia de una personalidad imperturbable (incluso en momentos desgarradores). Jan Mikolásek da forma a una figura conocida, malinterpretada por el tiempo, y, utilizada. La necesidad humana de agarrarse a la vida ha obligado a utilizar servicios y conocimientos inusuales como alternativa última a lo que la medicina tradicional daba por incurable. El sanador, curandero, herborista, naturópata o como se quiera denominar es el centro de una crónica real que no pilla de sorpresa. Agnieszka Holland ilumina con tenebrismo la sombra de un ser opaco y turbado. Al mismo tiempo, la incursión intimista es aprovechada para denunciar la purgas ideológicas del sistema comunista en Checoslovaquia contra personajes de presencia molesta. Jan conoce los años previos y posteriores al nazismo y el inicio de la agitación política europea. Su popularidad acabó por irritar a autoridades totalitarias que veían como una pieza molesta a alguien convertido en institución ante el pueblo. Su hermetismo demanda contextualización de las épocas vividas para entender la repercusión de sus movimientos. La muerte del presidente checo Antonín Zápotocký Zemrel abre las puertas al acoso de una vocación con móviles más políticos que científicos.
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La personalidad rígida protagónica se hace elástica en los momentos de intimidad. La entidad pública no tiene nada que ver con su privacidad necesitada de amor y compañía. La homosexualidad es el condimento que adereza un guiso crudo, su aparición humaniza a alguien entregado a los demás cargado de carencias afectivas. El giro abre su mundo hacia el horizonte que enfrenta afecto y posesión, deseo y violencia agarrados a la expresividad celosa. Este amor fluye con tranquilidad en una comunicación tierna alejada del roce voluptuoso. Se aparta del protagonismo seminal barato para cultivar un campo cariñoso más elevado donde el cariño ignora sexo y edad.
Los recuerdos imborrables son perseguidores que acosan sin tregua. El acoso producto conocimiento herbolario se mezcla con la condición homosexual, acto delictivo para la justicia checa, sin aclarar su cacería. La pesadilla de una juventud educada en la militarización se desahoga con la entrega a las plantas, el cultivo de un don innato para la sanación y una fe religiosa inculcada.
Los retrocesos en el tiempo mantienen el pulso que permite avanzar a un largometraje construido en este diálogo. Su fotografía rocosa se inclina por un concepto visual oscuro que nubla el protagonismo de los tonos brillantes. El minimalismo atmosférico retoza entre la aspereza y suavidad de momentos amatorios. Los trazos de amor abierto en los que la libertad se respira con sutileza quizás se salven de esta linealidad, desnudos de prejuicios y deseosos de compartición. |
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Jan, un alma atormentada por la frustración sentimental, sintió el aceptación del pueblo, el odio del poder estatal, alcanzó su favor, le permitieron respirar en bandos opuestos, fue usado de manera egoísta. Vivió una época en la que los tratamientos naturales daba sus primeros pasos sin que la ciencia farmacológica reconociese su eficacia. Su dimensión alcanzó la arrogancia necesaria para conseguir una meta que favoreciera a los demás. Se le podría tratar de oportunista benigno más centrado en ayudar que hacer año. El enriquecimiento personal, por el que también fue procesado, no presentaba la maldad que la acusación quería encontrar en las prácticas delictivas de su trabajo. Oskar Schindler comerció con los nazis para salvadora judíos. Nadie discute que puso su conocimiento y talento al servicio de una causa universal.
La interpretación atenuada del actor central, propia del dominio teatral, concede su tiempo al sufrimiento y el amor hasta el fin. Su sencillez refuerza un largometraje con contenido, acertado a la hora de conjugar sonrisas con momentos dolorosos. La simbología del gesto silencioso es imprescindible para disfrutar del romance clandestino entre dos hombres. La narración biográfica gris está dirigida sin intenciones conmovedoras, con apuntes de ficción dramática. Las lagunas morales del gobierno estalinista avivan una caza de brujas contra personas molestas al régimen. La pesadilla inicial queda en el aire como un purgatorio incombustible: contemplar la muerte de un paciente ante la frustración de no haber alcanzado un diagnóstico del enfermo vivo. La satisfacción de salvar vidas no tranquiliza ese pensamiento inmortal. |
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